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Light of the Jedi - Capítulo Seis

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 La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo, el segundo capítulo, el tercer capítulo, el cuarto capítulo y el quinto capítulo.


 

CAPÍTULO SEIS

SISTEMA HETZAL. NAVE TIPO LONGBEAM DE LA REPÚBLICA, "AURORA IX".

75 minutos para el impacto.

"¿Está seguro de ésto, Capitán?", dijo el Contramaestre Innamin, apuntando hacia su pantalla, la cual mostraba la trayectoria calculada de una de las anomalías del hiperespacio mientras viajaba hacia el interior del sistema. "Necesitamos destruir esta cosa antes de que mate a alguien. Tal vez a muchos. El problema es que nuestras computadoras de rastreo no pueden calcular la trayectoria. La anomalía se mueve muy rápido. A lo mucho, diría que tenemos posibilidades de una en tres de atinarle al blanco."

El Capitán Bright sacudió su cabeza, sus tentáculos golpeaban sus hombros. Sabía que debería reprender a Innamin por cuestionar sus órdenes. El muchacho lo hacía todo el tiempo, era joven para un humano, poco más de dos décadas de vida, y creía saberlo todo. Bright generalmente lo dejaba salirse con la suya. La vida era demasiado corta, y las naves que volaban eran, normalmente, muy pequeñas para agregar tensión innecesaria a la mezcla. Una pregunta seria de vez en cuando no era exactamente insubordinación.

Una posibilidad en tres, pensó. No sabía exactamente que esperar. Solo... algo mejor que una posibilidad de una en tres de que pudieran completar exitosamente su misión.

La nave tipo Longbeam, llamada Aurora IX, era lo más moderno, un diseño nuevo de los astilleros de la República en Hosnian Prime. No era una nave de combate como tal, pero tampoco podías descartarla. La nave tenía procesadores distribuidos que podían manejar múltiples soluciones de focalización y preparar una ráfaga de fuego bláster, misiles y medidas defensivas a la vez. Tampoco era fea. Bright pensaba que parecía uno de los peces martillo que solía cazar en Glee Anselm, un cráneo grueso y contundente que se encogía en una sola aleta elegante y sinuosa. Era una bestia ruda y bella, sin duda. Por otro lado, su objetivo, uno de los misteriosos objetos que atravesaban el sistema Hetzal, se movía a una velocidad cercana a la de la luz. Había salido del hiperespacio como un proyectil lanzado desde un rifle. La Aurora IX podía ser la más moderna, pero no significaba que pudiera obrar milagros.

Para los milagros estaban los Jedi.

Y estaban, aparentemente, bastante ocupados por el momento.

"Dispara seis misiles," ordenó Bright.

Innamin dudó.

"Es toda nuestra carga, señor. Está seguro..."

Bright asintió. Gesticuló hacia la pantalla de Innamin. El indicador rojo de peligro, el proyectil, estaba en una trayectoria de colisión contra un objeto verde, representando una estación de carga solar equidistante entre cada uno de los tres soles de Hetzal. La cosa aún estaba lejos pero se movía cada vez más cerca.

"La anomalía se dirige a ese colector solar. Los datos que tenemos de Hetzal Prime indican que la estación tiene siete tripulantes a bordo. No podemos llegar a tiempo para evacuarlos antes de que sea impactada, pero nuestros misiles podrían. Si tenemos una posibilidad en tres de destruir el objeto, entonces mandar seis duplica nuestras posibilidades. No son las mejores probabilidades, pero..."

El otro miembro de su tripulación, el Alférez Peeples, movió su trompa como si fuera a hablar, pero Bright lo silenció con un movimiento, continuando sin detenerse.

"Si, Peeples. Se que mis cálculos están equivocados. Estoy más preocupado por otra ecuación: Si disparamos seis misiles, podemos salvar a siete personas. Veamos que podemos hacer."

Los sistemas de focalización de la Aurora IX resoplaron, ya sin parecer de lo más moderno, al tiempo que el punto rojo se acercaba a las personas que estaban en la granja solar sin manera de escapar. La Longbeam se dirigía al colector solar a velocidad máxima, minimizando la distancia que sus misiles tendrían que viajar, un interesante problema de trayectorias y aceleración y física, algo que despertaba los instintos tridimensionales de Bright después de vivir toda una vida debajo del agua. Sacudió su cabeza, otra vez, haciendo que sus tentáculos que emergían de la parte trasera de su cráneo hicieran sonidos como crujidos, enojado consigo mismo por distraerse cuando había gente que estaba rezando por sus vidas.

Los misiles fueron disparados, seis sonidos retumbaron por el casco de la nave, y la Aurora IX ahora solo tenía lásers. Los misiles dejaban pequeños rastros de humo marcando su camino. Estuvieron fuera del alcance visual en un instante, acelerando a su velocidad máxima en segundos.

"Misiles lanzados," dijo Innamin.

Ahora estaba todo en las manos del elegante procesador distribuido, esperando que hubiera trasmitido de manera efectiva la solución de focalización a los misiles. Tal vez los seis impactarían. No era imposible.

La tripulación miró al mismo tiempo la pantalla que rastreaba los seis misiles, la veloz anomalía y su propia nave, así como el colector solar que se convertía rápidamente en el punto de convergencia de todos los objetos.

El primero de los misiles destelló y se apagó en la pantalla. Nada había cambiado.

"El primer misil falló," dijo Innamin, sin necesidad de hacerlo.

Dos misiles más se desvanecieron. Bright levantó la mano antes de que Innamin volviera a hablar.

"Todos podemos ver, Contramaestre," dijo.

Dos fallas más. Quedaba un misil. Todo lo demás seguía sin cambios.

El último misil se desvaneció de la pantalla, lejos de la anomalía. Un suspiro de desesperación brotó de todos los presentes.

"¿Blásters?" preguntó Bright, sabiendo la respuesta.

"Lo siento, señor," dijo el Alférez Peeples, su voz aguda, casi un lloriqueo. "Incluso el mejor artillero del universo fallaría ese tiro, y yo apenas estoy entre los diez mejores."

Bright suspiró. La especie de Peeples tenía un sentido único del humor, no solo de los chistes, que generalmente eran decentes, sino del momento apropiado para decirlos.

"Gracias, Alférez," dijo Bright.

El colector solar ya era visible en el parabrisas, una enorme estructura larga y delgada, como uno de los corales de plumas en el mar natal de Bright. Cientos de brazos largos estaban organizados en una espiral que salía de una esfera central, en donde la tripulación vivía y trabajaba. Cada uno de esos brazos tenía ojos de recolección a lo largo, que parpadeaban y rotaban almacenando la luz de los tres soles que hacían que Hetzal Prime y sus lunas tuvieran temporadas de cosecha tan largas. El colector regresaba la energía hacia los mundos de cultivos, almacenándola y enviándola a través de tecnología propietaria que era el orgullo del sistema.

El colector era hermoso. Bright nunca había visto algo así. Parecía como si hubiera crecido en vez de ser construido, y tal vez era así. Se decía que todo tipo de cultivo de la galaxia podía crecer en los mundos de Hetzal. Tal vez eso también aplicaba a las estaciones espaciales.

Entonces, un destello, demasiado rápido incluso para los enormes ojos oscuros de Bright, diseñados por la evolución para mirar los detalles en los mares sin luz de Glee Anselm. En un instante, el colector solar había sido destruido. En un instante estaba intacto, realizando sus funciones. Al siguiente instante, era consumido por las llamas, la mitad de sus brazos recolectores destruidos, flotando lentamente por el espacio.

La esfera central permanecía, aunque estaba rodeada por las llamas en su casco exterior, la danza sin sonido de las llamas en gravedad cero. Mientras Bright miraba, las luces exteriores parpadearon y se apagaron.

Bright se puso la mano en la frente. Pestañeó, también. Una vez, lentamente.

Y se giró hacia su tripulación.

"No sabemos con certeza si la gente a bordo de la estación ha muerto," dijo, mirando las caras solemnes de su tripulación.

"Me gustaría intentar un rescate, pero eso," y apuntó hacia el parabrisas en dirección al colector solar que se incendiaba, y se hacía más grande al tiempo que la Aurora IX se aproximaba, "podría colapsar en cualquier momento. O explotar. O implotar. No lo se. El punto es, que si estamos atracados cuando eso suceda, también moriremos."

Bright tocó uno de sus tentáculos con la punta de un dedo.

"Soy un Nautolan, un hecho que ustedes conocen. Piel verde, enormes ojos negros, ¿qué otra cosa podría ser? Lo que ustedes no saben es que éstos tentáculos me dejan captar las feromonas de otros seres, las cuales puedo traducir en sus estados emocionales. Así es como se que ustedes están... aterrorizados."

Peeples abrió la boca, y de alguna milagrosa manera, lo pensó dos veces antes de hacer un chiste y la cerró de nuevo.

"Entiendo que estén asustados," continuó Bright, " pero tenemos un deber. Lo se y ustedes también lo saben. Debemos hacer esto."

Innamin y Peeples se miraron y voltearon hacia su capitán.

"¿Todos somos la República, cierto?" dijo Innamin.

Bright asintió. Sonrió, mostrando sus dientes.

"Lo somos, Contramaestre."

Apuntó a Peeples.

"Alféres, llévenos hacia allá."

 

Escrito por Charles Soule.

Traducido por Mario A. Escamilla

Original de: Light of the Jedi Extended Excerpt.


Light of the Jedi - Capítulo Siete

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La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo, el segundo capítulo, el tercer capítulo, el cuarto capítulo, el quinto capítulo y el sexto capítulo.



CAPÍTULO SIETE

SISTEMA HETZAL. ENCIMA DE LA LUNA AFRUTADA.

70 minutos para el impacto.

Tres Vectors Jedi y un Longbeam de la República surcaban por el espacio, navegando veloces hacia la esfera naranja y verde que era la Luna Afrutada de Hetzal, legendaria por toda la galaxia debido a su abundancia. Cuatro mil millones de personas vivían allí, cultivando y plantando, viviendo sus vidas. Todo eso moriría en menos de 30 minutos si los cuatro Jedi y dos oficiales de la República no eran capaces de destruir o de desviar el objeto que se dirigía justo hacia la luna.

La anomalía era de las más grandes, más que la Longbeam y estaba en curso de impactar el continente principal de la luna. Debido a su velocidad, una porción significante de la parte exterior de la luna se vaporizaría instantáneamente con el impacto, llenando la atmósfera. Después seguiría el calor, las llamas, destruyendo toda la vida, plantas, animales y especies pensantes por igual.

Eso es si se asume que toda la luna no se parte en dos cuando sea golpeada por la anomalía, pensó Te'Ami mientras giraba su nave suavemente, siguiendo una precisa curva junto a los otros dos Vectors piloteados por sus colegas Jedi, realizando la maniobra entre su conexión a la Fuerza y sus manos en las palancas de control.

La destrucción total de la Luna Afrutada era imposible. La cantidad de energía transferida por el impacto del objeto caería como un martillazo sobre el pequeño planetoide. Los mundos parecían ser irrompibles cuando estabas parado en su superficie, pero Te'Ami había visto cosas en su vida... a la galaxia no le preocupaba si pensabas que algo no podía romperse. Rompería las cosas solo para demostrar que podía.

La pequeña flota se movía a velocidades increíbles, en dirección a la anomalía. La Maestra Kriss, en la Third Horizon, había designado esta como una misión prioritaria, lo cual entendía Te'Ami. Cuatro mil millones de personas, totalmente prioritaria.

Podía sentir a Avar en el fondo de su mente, no como palabras, sino más como la presencia e la mujer. La Maestra Kriss tenía una habilidad rara entre los Jedi: Podía detectar los enlaces naturales entre los usuarios de la Fuerza y fortalecerlos, usarlos casi como una red de comunicaciones. Era inexacta, servía más para transmitir sensaciones, lugares, pero era una habilidad útil, especialmente en una situación en la que cien Jedi trataban de salvar todo un sistema al mismo tiempo.

No solo era útil. Era reconfortante. Saber que no estaba sola. Que ninguno lo estaba. Ya fuera que fallaran o tuvieran éxito, los Jedi estaban juntos en ésto.

Pero no fallaremos, pensó Te'Ami. Extendió un largo dedo verde y accionó uno de los delicados interruptores de su consola. Su comunicador se encendió.

"Longbeam de la República, ya es hora. Necesito que transfieran los sistemas de armamento a mi control," dijo ella.

"Enterado," fue la respuesta de la Longbeam, dicha por su piloto, Joss Adren. Su esposa, Pikka, estaba en el asiento del copiloto. Te'Ami no los conocía en persona, solo sabía que eran parte de la tripulación de la Third Horizon, y que se habían ofrecido inmediatamente como voluntarios cuando el crucero arribó al sistema y tuvieron una idea clara de la extensión del desastre. El Almirante Kronara les asignó un Longbeam, mejor tener otra nave allá afuera ayudando que aparcada sin hacer nada en el hangar. Lo poco que alcanzó a escuchar en la charla no relacionada con el problema mientras iban de camino hacia la Luna Afrutada sugería que Joss y Pikka eran algún tipo de contratistas, trabajadores de la Estación Starlight que iban de regreso a los mundos Centrales ahora que su trabajo había terminado.

Parecían buenas personas. Te'Ami esperaba que fueran habilidosos. Esto no sería fácil.

Una luz ámbar parpadeó en la pantalla de Te'Ami y se quedó encendida.

"Las armas están bajo su control," dijo Joss.

"Gracias," dijo, y accionó otros interruptores antes de mover sus manos de regreso a los mandos de control. Los Vectors eran naves intrincadas, la fluidez de respuesta a los controles significaba que podían lograr maniobras increíbles, pero solo si mantenías el enfoque suficiente.

"Muy bien, mis amigos," dijo. "¿Estamos listos?" 

Las respuestas llegaron en el canal dedicado a los Jedi.

La voz grave de Mikkel Sutmani retumbó en los altavoces, traducida inmediatamente al Básico mediante los sistemas de a bordo. "Listo para accionar," dijo. Mikkel. Era el Ithoriano más estable que hubiera conocido jamás. Nunca decía mucho, pero hacía bien su trabajo.

"Estamos listos también," dijo Nib Assek, la tercera y última Jedi en el escuadrón. Su Padawan, Burryaga Agaburry no dijo nada. No era de sorprender. Era un joven Wookiee, y solo hablaba en Shyriiwook, aunque entendía el Básico. Nib hablaba bien su idioma, lo había aprendido específicamente para tomarlo como su aprendiz. No era fácil para la garganta humana recrear los gruñidos, gorjeos y gemidos que componían el habla de los Wookiees, pero ella hizo el esfuerzo. Te'Ami y Mikkel, sin embargo, no podían entender una sola palabra de lo que Burryaga decía.

Independientemente, si Nib Assek decía que ella y su Padawan estaban listos, entonces lo estaban.

"Alcancemos con la Fuerza," dijo Te'Ami. "Lo haremos juntos. Como si fuéramos uno."

Expandió sus sentidos a través de la Fuerza, buscando encontrar el mortal meteoro, o lo que fuera ya que los escáneres no daban mucha información, que viajaba en el espacio hacia ellos. Ahí. Podía sentirlo, distorsionando la gravedad a su paso. Consideró, pensando dónde había estado el objeto, donde estaba y donde estaría.

Más específicamente, donde estaría cuando el poder total de las armas de los Vectors y la Longbeam lo golpearan al mismo tiempo.

El disparo no podía ser calculado por computadora. Tenía que hacerse al tanteo, usando la Fuerza, por todos los Jedi al mismo tiempo.

"Tengo el objetivo,"  dijo. "¿Estamos listos?"

No hubo respuesta de los otros Jedi, pero no la necesitaba. Podía sentir su aprobación a través del enlace que la Maestra Kriss mantenía desde la superficie de Hetzal Prime. Era más rápido que el habla, y más efectivo.

"Seamos las lanzas," dijo, entonando una frase ritual de su pueblo, los Duros.

Para no tener que quitar las manos de sus mandos de control en un momento tan crucial, Te'Ami utilizó un trazo de la Fuerza para levantar su sable de luz desde su funda. El mango era de cerakote oscuro con una cruceta de cobre empañado. La hoja, cuando encendía, brillaba en azul. Estaba rayado y desgarrado con el uso, y tenía un feo manchón de soldadura cerca de la punta donde había soldado uno de los componentes cuando se cayó. Si existía un sable de luz más feo en toda la Orden, nunca lo había visto.

Pero funcionaba cuando ella lo necesitaba, y el cristal kyber que le daba poder seguía tan puro y resonante como el día en que lo había encontrado en Ilum, hacía mucho tiempo.

¿Cambiaría Te'Ami el mango, si lo quisiera? Absolutamente. Muchos Jedi cambiaban sus mangos con regularidad, ya sea para ajustarse a sus técnicas de combate, por innovaciones tecnológicas, o incluso, en algunas ocasiones, por mero cambio de estilo. Estética. Estar a la moda, podrías decir.

Te'Ami no tenía interés en nada de ello. Su sable de luz, feo como era, servía como un perfecto reflejo de la gran verdad de la Fuerza: no importa cómo era la persona por fuera...

...en el interior, todos estaban hechos de luz.

El sable se movió por toda la estrecha cabina. Se posicionó contra una placa de metal en el panel de control del Vector con un satisfactorio clic, sostenido en su lugar por un pequeño campo de energía. Un ligero zumbido vibró por todo el casco de la nave al tiempo que los sistemas de armas se activaban. Un nuevo conjunto de pantallas y diales se encendió, con el color azul de la hoja de su sable. Las armas de un Vector solo podían activarse usando el sable de luz como llave, era una forma de asegurarse que ningún no-Jedi pudiera usarlas, y que cada que se iban a usar, fuera una acción bien pensada.

Otra ventaja adicional, era que los lásers de la nave podían ajustarse mediante un control en los mandos. No todo disparo era para matar. Podían deshabilitar, advertir... tener toda clase de opciones disponibles. En este caso, sin embargo, la configuración estaría al máximo. Necesitaban desintegrar la anomalía del hiperespacio y convertirla en vapor, lo que requería la energía completa de los tres Vectors además de lo que tuviera la Longbeam. Un solo enorme disparo.

Funcionaría. Tenía que funcionar. Cuatro mil millones de seres indefensos en la Luna Afrutada pendían en la balanza.

Te'Ami extendió sus sentidos otra vez, sintiendo la disponibilidad de sus colegas. Había algo... del lado de la nave de Nib Assek. Miedo... casi... pánico.

"Nib, estoy sintiendo," empezó a decir, y la respuesta vino antes de que pudiera terminar.

"Lo se, Te'Ami," se oyó la voz de Nib. Calmada, tal vez con un poco de pena. "Es Burryaga. Está teniendo un mal momento intentando aplacar sus emociones. Creo que es el estrés de lo que estamos haciendo. Todas las vidas que están en juego."

"Está bien, pequeño," dijo Mikkel con su voz grave, traducidos por el comunicador. "Eres tan solo un Padawan y estamos exigiendo demasiado de ti. Te'Ami, ¿podemos liberarlo de la carga de ayudarnos a calcular el tiro?" 

"Si," dijo Te'Ami. "No debes avergonzarte de esto, Burry. Solo tómalo como una oportunidad de aprendizaje."

Te'Ami, lo alcanzó con la Fuerza, eliminando gentilmente la conexión con el Padawan de Nib Assek. El Wookiee estaba en silencio. Podía sentir las turbulentas emociones en él. Bueno, no era motivo de vergüenza, como había dicho. Todos los Jedi encontraban su propio camino, a algunos les tomaba más tiempo que a otros.

"Vamos," dijo Nib, tal vez tratando de compensar la tardanza causada por su pupilo. "Nos estamos quedando sin tiempo."

"Estoy de acuerdo," dijo Te'Ami.

Movió sus pulgares en los mandos de control, primero ajustando los diales para indicarle al sistema de armamento que necesitaba toda la energía. Entonces puso sus manos en los gatillos.

El objeto se aproximaba a la luna. Donde había estado. Donde estaba. Donde estaría.

Los otros Jedi estaban listos. Dispararían en el mismo momento en que ella lo haría, junto con los sistemas ligados de la Longbeam de Joss y Pikka, todos los disparos perfectamente coordinados al mismo lugar en el espacio.

Cuatro mil millones de personas. Era hora. Te'Ami apretó sus manos en los gatillos.

Un chillido provino del sistema de comunicaciones, ruidoso e insistente. Un grito, o un alarido, con potencia y pánico. Sorprendió a Te'Ami y si no fuera una Jedi, hubiera disparado sus armas por accidente. Pero era una Jedi, así que no disparó.

Le tomó un momento a Te'Ami entender lo que escuchaba, no era un grito, sino palabras. En Shyriiwook. Burryaga estaba diciendo algo que no podía entender. Era ruidoso, insistente, desesperado. Sus emociones surgían a través de la Fuerza, con la misma mezcla de miedo y pánico.

"Burryaga, lo siento, no entiendo Shyriiwook. ¿Estás bien? Nos estamos quedando sin tiempo. Tenemos que disparar."

"No," dijo Nib Assek, con voz cortante e insistente. En el fondo, los chillidos y gruñidos de la voz de Burryaga sonaban por su comunicador. "No podemos atacar."

"¿De qué hablas?" dijo Mikkel. "No tenemos opción."

"Burryaga me lo está explicando. Las emociones que registramos no provienen de él, no eran suyas. Estaba sintiéndolas. Tenía que ajustar, sobrepasar su propio miedo antes de entenderlas."

"Por favor, Nib, solo explica lo que quiere decir," dijo Te'Ami.

 Un largo alarido, como un silbido en Shyriiwook, y luego una pausa.

"El objeto," dijo Nib. "Lo que tenemos que destruir para salvar la luna. No es solo un objeto. Es escombro, parte de una nave."

Te'Ami dejó caer sus manos, lejos de los controles de mando.

"Está lleno de gente," terminó Nib. "Estan vivos."

 

Escrito por Charles Soule.

Traducido por Mario A. Escamilla

Original de: Light of the Jedi Extended Excerpt.

Light of the Jedi - Capítulo Ocho

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La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo, el segundo capítulo, el tercer capítulo, el cuarto capítulo, el quinto capítulo, el sexto capítulo y el séptimo capítulo.


 

CAPÍTULO OCHO

CIUDAD AGUIRRE, HETZAL PRIME

65 minutos para el impacto.

La Fuerza le cantaba a la Maestra Jedi Avar Kriss, un coro que era la totalidad del sistema Hetzal, la vida y muerte en movimiento constante contrapunto. Era una canción que conocía bien, la escuchaba todo el tiempo, a dondequiera que fuera. Aquí, la melodía de la Fuerza estaba fuera de tono, un sonido discordante de muerte y miedo y confusión. La gente estaba muriendo, o sentía el pavor de su destino inminente.

Entrelazados en la canción estaban los Jedi, el valiente personal de la República y los mismos ciudadanos heroicos de Hetzal, usando los recursos que tenían para intentar salvar a la gente de estos mundos.

La Third Horizon había aterrizado cerca de la Residencia Ministerial en Ciudad Aguirre, la capital de Hetzal Prime. La República estaba coordinando esfuerzos con el gobierno Hetzaliano para intentar detener la marea del desastre, asegurándose que la evacuación procediera de la manera más ordenada posible, rastreando los proyectiles que llegaban, ayudando en donde podían.

Avar Kriss seguía en el puente de mando de la nave, aún sirviendo como el punto de conexión de todos los Jedi en el sistema, haciendo que pudieran sentirse entre ellos, su presencia y estado emocional. A veces las palabras o imágenes llegaban sin desearlo, pero solo raramente. Era todo parte de una canción, y Avar cantaba y le cantaban.

Aun así, pudo recopilar una gran cantidad de información de lo que la canción le decía. Sabía que había cincuenta y tres Vectors Jedi activos en el sistema Hetzal. Sabía qué Jedi trabajaban en el planeta, por ejemplo, en ese momento, Bell Zettifar, el prometedor Padawan de Loden Greatstorm, estaba aproximándose a la superficie de Hetzal Prime a una enorme velocidad.

Elzar Mann, su más viejo y cercano amigo en la Orden, estaba solo en un Vector, ya que volaba la versión de un solo tripulante, cercano a uno de los tres soles del sistema. Casi siempre estaba solo. Avar era una de los únicos dos Jedi con los que trabajaba regularmente, eran solo ella y Stellan Gios. Esto era en su mayor parte debido a que Elzar... decir que no era digno de confianza no era la frase exacta. Era un experimentador, si ese término podía usarse con las técnicas Jedi. No le gustaba usar la Fuerza de la misma forma dos veces.

Los instintos de Elzar eran buenos, y no solía intentar nada inusual cuando había mucho en juego. Generalmente sus experimentos en la Fuerza solían expandir la comprensión de la Orden, y ocasionalmente lograba cosas increíbles.

Pero a veces fallaba, y a veces fallaba de manera espectacular. De nuevo, siempre cuando no había vidas de por medio, pero aún así, esa incertidumbre en conjunto con la renuencia de Elzar Mann a explicar lo que intentaba... bueno, muchos en la Orden se frustraban con él. Avar creía que eso explicaba porqué seguía siendo un Caballero Jedi y no un Maestro. Sabía que eso le molestaba a Elzar. Creía que era injusto. Pero a él no le preocupaban los caminos de los otros Jedi a través de la Fuerza, ¿por qué a ellos les debería preocupar el suyo? Solo quería seguir su camino a donde quiera que le llevara.

Avar no entendía las exploraciones de Elzar más que cualquier otro Jedi, pero sabía que la clave de su relación era que nunca le pedía explicaciones. Nunca, jamás. Ese arreglo había propulsado su amistad desde los días en que eran jovencitos en el Templo Jedi de Coruscant. Eso, y que a ella le gustaba. Era divertido, listo, y juntos habían crecido en la orden. Stellan, Elzar y ella, los tres inseparables durante sus años de entrenamiento.

Alejó su mente de Elzar Mann, escuchando la Fuerza. Sintió a los Jedi en los mundos de los sistemas, en los Vectors, y aún más de ellos en las estaciones o satélites o naves, por todo el sistema, ayudando en lo que podían, generalmente en conjunto con las veintiocho Longbeams de la República desplegadas desde la Third Horizon.

La cadena de conexión a través de la Fuerza incluso le decía que otros de la Orden estaban en camino, haciendo su mejor esfuerzo para responder a la llamada original de auxilio por parte del Ministro Ecka, incluso estando lejos de Hetzal. El más cercano era el Maestro Jora Malli, futuro comandante del cuartel Jedi en la recién completada Estación Starlight, junto con su segundo al mando, el imponente Maestro Trandoshan Sskeer. Stellan Gios estaba en camino desde el puesto de avanzada en Hynestia como si hubiera sido llamada por sus pensamientos, cruzando el hiperespacio en una nave prestada. Y había más.

Avar envió un mensaje de bienvenida, y llamó a todos los Jedi que podía alcanzar, estuvieran cerca o lejos de Hetzal. La distancia no importaba en la Fuerza. ¿Quién podría saber cuanto ayudarían?

Hasta el momento, la cuenta de muertes causados por el desastre era baja, apenas por encima de la interacción normal de la vida y la muerte en un grupo grande de seres vivos. Estaba preocupada porque eso podía cambiar en cualquier momento, aún no tenían un buen conocimiento de lo que estaba pasando aquí. Nada de esto era natural. Nunca había escuchado nada como esto... una enorme andanada de proyectiles apareciendo en un sistema, saliendo del hiperespacio sin aviso alguno.

No podía imaginar que hubiera pasado si la Third Horizon no estuviera pasando cerca después de recargar combustible, o si la inspección de la Estación Starlight no hubiera sido interminablemente demorada por el supervisor del proyecto, un oficioso Bith llamado Shai Tennem. Había insistido en mostrarle a los Jedi y a los visitantes de la República cada elemento de la construcción de la estación, por oscuro que fuera, haciendo que su salida fuera demorada e irritando inmensamente al Almirante Kronara. Pero si hubieran salido a tiempo, la Third Horizon hubiera estado en el hiperespacio profundo cuando hubieran recibido la alerta de evacuación del Ministro Ecka, demasiado lejos para llegar a tiempo al sistema Hetzal.

Si no hubiera sido por un celoso administrador Bith, Hetzal estaría lidiando con éste apocalipsis con sus propias uñas.

La canción de la Fuerza.

Entre lo que le decía directamente a Avar y lo que comentaban los oficiales alrededor de ella en el puente de la Third Horizon, podía mantener un panorama instantáneo del desastre, en lo general y en lo particular.

Sobre Hetzal Prime, un técnico de la República completaba las reparaciones en una nave de evacuación que había perdido potencia al salird el planeta, para que pudiera continuar su viaje a la salvación.

Cerca del segundo gigante gaseoso más grande, dos Vectors disparaban sus armas, incinerando un fragmento.

Una Longbeam era llevada al límite de sus motores mientras intentaba llegar a una estación espacial dañada, en las orillas del sistema. Sus motores habían fallado catastróficamente. Avar jadeó al sentir la sensación fría y oscura.

Y encima de la Luna Afrutada, una impresión muy clara, tan cercana a un mensaje como era posible a través de la Fuerza en estas circusntancias...

una sensación proveniente del Caballero Jedi llamado Te'Ami admitiendo que su comprensión de que lo que estaba pasando aquí, era total y trágicamente incompleta.

"No," dijo Avar, perturbada por la urgencia de lo que Te'Ami intentaba transmitir. Sus emociones eran turbias, y la canción de la Fuerza brillaba en su mente, haciéndose más callada, menos distintiva.

Enfócate, se dijo a si misma. Te necesitan.

Avar Kriss calmó sus emociones y escuchó. Ahora, gracias a Te'Ami, sabía qué era lo que debía buscar. Llamó al Jedi con su mente, imaginándose su cara, piel verde, el cráneo alto en forma de domo, los enormes ojos rojos, y fue casi instantáneo darse cuenta de lo que Te'Ami le intentaba mostrar. De hecho, ahora que estaba enfocada, era casi obvio. Avar extendió su conciencia por todo el sistema, llegando a sus límites.

No puedo dejar ninguno sin encontrar, pensó. Ni uno.

Abrió sus ojos y desplegó sus piernas, posando sus pies nuevamente sobre el puente de la Third Horizon. Los oficiales la miraron, sorprendidos, no había hablado ni se había movido en much tiempo.

El Almirante Kronara estaba hablando con la Canciller Lina Soh, quien había llamado mediante un relé de alta prioridad desde Coruscant. Sus delicadas facciones aparecían en las pantallas de comunicación del puente. Parecía frágil, pero no lo era en absoluto. Kronara, en contraste, tenía una cara que podría romper un martillo si éste lo golpeara. Se miraba rudo, y lo era. Vestía el uniforme de la Coalición de Defensa de la República, gris claro con acentos en azul, la gorra bajo su brazo en deferencia por la investidura de la canciller.

La resolución de la pantalla era baja, con líneas firmes de estática cruzando la cara de Lina Soh cada pocos segundos, pero era de esperarse. Coruscant estaba muy lejos. 

"Gracias a la luz que su nave se encontraba suficientemente cerca de Hetzal para responder, Almirante," estaba diciendo la Canciller Soh. "Enviamos nuestras naves de ayuda tan pronto como pudimos, pero incluso recibir la señal de auxilio de Hetzal tomó tiempo. Usted sabe lo inconstantes que son los relés del Anillo Exterior."

"Lo sé, Canciller," respondió Kronara. "Estamos agradecidos por cualquier ayuda que pueda dar. Estamos teniendo progreso aquí, pero hay un gran número de heridos y estoy seguro que muchos sistemas vitales necesitarán reparaciones. Le diré al Ministro Ecka que ha mandado ayuda. Estoy seguro que lo agradecerá."

"Por supuesto, Almirante. Todos somos la República."

Avar caminó por el puente, pasando a un lado de Kronara mientras terminaba la transmisión con Coruscant. Él la miró, con curiosidad, mientras ella se detenía frente a la pantalla que mostraba el estado del esfuerzo de mitigación del desastre, todas las naves, gentes, Jedi, República, locales. Rojo, verde, azul, mundos, vidas, esperanza, desesperación.

Tocó ciertas anomalías en rojo con su dedo. Al hacerlo, eran resaltadas, cada una rodeada de un círculo blanco. Cuando terminó, cerca de una decena de proyectiles habían sido señalados.

Avar se alejó de la pantalla, mirando a la tripulación del puente. Estaban confundidos, pero se mostraron respetuosos, esperando a que ella explicara lo que había hecho.

"Detesto decir esto, mis amigos," dijo ella, "pero esto acaba de complicarse más. Tenemos un nuevo objetivo."

Las facciones del Almirante Kronara se contorsionaron en una mueca. Avar no lo tomó como un insulto.

"¿Eso reemplaza los parámetros de nuestra misión actual?" preguntó.

"Eso sería excelente," dijo ella. "Pero no. Todavía tenemos que hacer lo mismo que venimos a hacer, evitar que estos fragmentos destruyan Hetzal, pero ahora hay algo más."

Gesticuló hacia la pantalla, donde los puntos rojos destacados, se dirigían hacia los soles.

"Las anomalías que he señalado aquí contienen seres vivos. Esto ya no se trata solamente de salvar los mundos de éste sistema."

La comprensión se mostró en la cara de Kronara. Su mueca se hizo más pronunciada.

"Entonces es una misión de rescate, además de todo lo otro."

"Es correcto, Almirante," dijo Avar.

Un coro de voces consternadas surgió de parte de los oficiales que se habían dado cuenta que todo su progreso hasta el momento era solo el comienzo de un esfuerzo aún más grande.

"¿Cómo es eso posible?"

"¿Cuántas personas? ¿Quiénes son?"

"¿Son naves? ¿Es una invasión?"

El Almirante Kronara levantó una mano y las voces se detuvieron.

"Maestra Kriss, si dice que algunos de estos objetos llevan a seres vivos, entonces así será. ¿Pero cómo propone que montemos el rescate? Estos objetos se mueven a velocidades increíbles. Nuestros sistemas de enfoque apenas logran atinarles, y ahora debemos... ¿atracar con ellos?"

Avar asintió.

"No se cómo lo haremos. No aún. Espero que alguno de ustedes tenga una idea. Pero diré que cada una de éstas vidas es tan importante como las de este planeta o cualquier otro. Debemos comenzar creyendo que será posible salvar a todos. Si la voluntad de la Fuerza es otra, que así sea, pero no aceptaremos la idea de abandonarlos sin intentarlo."

Movió su mano en un gran círculo, señalando toda la enorme pantalla.

"Esto es con lo que hay que trabajar, lo que trajimos. Cada nave de Hetzal está ocupada con la evacuación, así que solo tenemos los Vectors y los Jedi que los pilotean, además de las Longbeams y sus tripulaciones. Encuentren una forma. Sé que lo harán. Les avisaré a todos los Jedi. Tal vez la Fuerza nos proporcione una respuesta."

Los oficiales del puente se miraron unos a otros, y comenzaron a moverse con una nueva andanada de actividad, mientras planeaban una decena de imposibles misiones de rescate.

Avar Kriss cerró sus ojos. Volvió a levitar. La Fuerza le cantaba, sobre el peligro y la valentía y el sacrificio, sobre los Jedi honrando sus votos, actuando como guardianes de la paz y la justicia en la galaxia.

La canción de la Fuerza.

 

Escrito por Charles Soule.

Traducido por Mario A. Escamilla.

Original de Light of the Jedi Extended Excerpt.

Extracto de A Test of Courage

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Se aproxima una nueva era de Star Wars. The High Republic comienza en enero, llevando a los fans a una galaxia muy, muy lejana, doscientos años antes de los eventos de La Amenaza Fantasma. Esta era nos da la oportunidad de explorar un gobierno diferente, villanos que no conocemos y la Orden Jedi como solía ser. Eso significa enamorarse de nuevos personajes, como Vernestra "Vern" Rwoh. Ella es Caballero Jedi, uno de los más jovenes en varias generaciones con tan solo 16 años. Vern es el centro de la novela A Test of Courage, de Justina Ireland, y tenemos un extracto, que nos trae un giro de tuerca en el sable de luz: el látigo de luz.


 

Honesty gritó alarmado y todos voltearon a verlo. "Quema," dijo. Levantó su brazo donde una gota de lluvia había caído en su manga, dejando un hueco en el material y dejando las orillas chamuscadas.

"Ah, tiene razón," dijo Avon, agachando su cabeza y corriendo para situarse al lado de J-6. "¿Dónde está tu sombrilla?"

"¿Y si dices por favor?" dijo J-6. Un compartimiento se abrió en su pecho, un mango plateado se extendió por encima de su cabeza. Hubo un crujido al tiempo que un domo azul de energía se extendía alrededor del tubo, creando un toldo protector.

"Ven acá, Honesty. A menos que también tengas poderes Jedi que te protejan," dijo Avon, subiéndose los goggles a la frente. Vernestra se dio cuenta que había estado usando la Fuerza de manera inconsciente para evitar que las gotas de lluvia la golpearan, y una mirada hacia Imri reveló que él también había hecho lo mismo.

Pero usar la Fuerza de ese modo no era sostenible, así que Vernestra cortó unas cuantas hojas anchas y usó la Fuerza para levitarlas encima de Imri y de ella. Eso los mantendría secos.

Honesty se juntó con Avon y J-6, y los tres caminaban al mismo tiempo de manera incómoda. El pequeño droide explorador volaba entre los árboles, entonando una alegre melodía. "Adelántense y sigan a SD. Él los llevará a la caverna que encontré. Yo puedo rastrear su señal y los alcanzaré," dijo Avon a los Jedi, mirando la lluvia con preocupación.

"También podemos rastrearlos sin problema," dijo Honesty, apuntando a la rama chamuscada por los golpes de Vernestra. "Aún más importante, ¿se inunda esta zona?" preguntó Honesty, mirando el piso.

"Esperemos que no," dijo Vernestra. Si la lluvia era lo suficientemente cáustica como para deshacer la ropa, entonces un río sería desastroso para cualquier tipo de vida no nativa. Podían ser materia cruda, pero nadie quería terminar derretido por una tormenta.

"Imri, quédate conmigo," dijo Vernestra antes de redoblar sus esfuerzos contra el follaje que bloqueaba su camino. Los dos comenzaron a acuchillar la densa vegetación, y mientras lo hacían, la lluvia incrementaba de intermitente a regular. Las hojas sobre su cabeza se hacían más pesadas, y Vernestra tenía que concentrarse en mantener las hojas en un ángulo que permitiera a la lluvia fluir sin golpearlos. El presentimiento que había sentido Vernestra se había convertido en pavor, y sentía un peso sobre sus hombros. Podía hacer un camino en la jungla aún más rápido, pero eso significaría mostrar la verdadera naturaleza de su sable de luz. Miró a Imri. Estaba empecinado en usar su sable para cortar el follaje. Pero se veía tan cansado como Vernestra.

Podría lidiar con la verdad.

"Imri, ponte detrás de mi," dijo Vernestra. Se habían adelantado tanto que no había nadie más que pudiera ver lo que estaba a punto de hacer, y se desvaneció un poco de la ansiedad de Vernestra. "Puedo hacer esto más rápido pero necesito que te mantengas fuera de mi camino."

"Vern, ¿de qué estás hablando?" preguntó él, pero obedeció su petición de quedarse atrás. 

"Mira," Vernestra giró el anillo frontal de su sable de luz, y la hoja sólida se fracturó y se dividió antes de caer en una sinuosa hebra de luz púrpura. Vernestra balanceó el látigo de luz de manera que el mortal rayo cortara la vegetación frente a ella, limpiando el camino en solo una fracción del tiempo que habían invertido Imri y ella.

"Espera, ¿cómo lograste hacer eso?" preguntó Imri. No sonaba crítico de la poco ortodoxa arma, solamente curioso. "¿Estudiaste los archivos sobre las armas de luz?"

"No, el diseño completo se me apareció a la mitad de la noche hace unas pocas semanas. No pude dormir hasta terminar las modificaciones." Vernestra balanceó el látigo haciendo un ocho, dejando que el brillo residual completara la figura. Había comenzado a entrenar en secreto con el látigo, y ni siquiera Douglas sabía sobre las modificaciones a su sable de luz. Imri era el primero en verlas.

"Los látigos de luz son usados por las Hermanas de la Noche," dijo él. Vernestra miró a Imri por el rabillo del ojo. Había aprendido rápidamente que el látigo necesitaba más atención y cuidado que el sable de luz. Un movimiento en falso y podía cortar sus propios brazos.

"Durante las Guerras Sith, los Jedi también usaron látigos de luz," dijo Vernestra, limpiando el camino y moviéndose a más velocidad. Sin importar la conversación filosófica, todavía tenían encima una enorme tormenta, y no podrían levitar hojas sobre ellos para siempre. "¿Has leído los testimonios de Cervil la Misteriosa? Ella dijo que el látigo había sido usado en ocasiones para defenderse de los Señores del Sith cuando usaban las Formas Prohibidas. Además, la Fuerza misma me guió hasta este diseño. No creo que el lado oscuro haya dirigido su construcción. ¿Sientes ira o discordia en mí?" Vernestra no mencionó que no le había dicho nada a nadie sobre el cambio a su sable de luz, ni siquiera a su antiguo maestro, Stellan Gios. Imri no necesitaba saber todo.

Imri sacudió su cabeza y sus mejillas se sonrosaron. "Lo siento, no quería interrogarte."

"Interrogarme está bien, Imri. También debí haberme preguntado sobre el diseño. ¡Pero mira! Ya demostró ser útil!"

Vernestra limpió un grupo final de árboles jóvenes y entonces el verdor se terminó, revelando un pequeño claro y una elevación. SD-7 estaba justo delante, levitando sobre la lluvia.

"Imri, ¿ves esa piedra?" preguntó Vernestra, apagando su látigo de luz y poniendo el arma en su funda. "Parece que hay una cueva debajo. ¿Puedes quitarla?"

Imri asintió y levantó una mano hacia la cueva. Al principio, la enorme piedra no se movió, pero entonces comenzó a girar hacia ellos. Ganó velocidad al llegar a la pendiente e Imri gruñó bajo el esfuerzo de detenerla, temblando y sudando al llegar al límite de su fuerza.

Un segundo antes de que se estrellara contra ellos, Vernestra la empujó hacia la izquierda, mandando la enorme roca hacia el denso follaje. El sonido de su paso cuesta abajo era casi tan fuerte como los truenos.

"Lo siento," dijo Imri. El enorme muchacho estaba inclinado, las manos sobre sus muslos. La hoja sobre su cabeza que lo protegía de la lluvia se cayó al tiempo que perdía su enfoque. Las gotas de lluvia chisporrotearon al caer sobre su túnica, quemando el pálido material. Vernestra movió sus hojas para cubrir al Padawan.

"Está bien, Imri. Lo hiciste bien, solo necesitas aprender a enfocarte en la tarea por completo. Mi maestro me enseñó que ayuda mucho si visualizas toda la tarea, no solo un paso a la vez. Podemos practicar una vez que hayas descansado. Vamos, echemos un vistazo a la cueva."

 

Escrito por Justina Ireland.

Traducido por Mario A. Escamilla

Original de: STAR WARS: THE HIGH REPUBLIC Brings Back the Lightsaber Whip

La Promesa del Amanecer de Plata - Capítulo Uno

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En octubre del 2019, reportamos la cooperación de Lucasfilm con una editorial china para traducir novelas al mercado local y crear una novela exclusiva para la región. Apenas ésta semana fue lanzada al mercado, en formato de entregas semanales la novela "The Vow of Silver Dawn" (La Promesa del Amanecer de Plata), escrita por el autor con el seudónimo "Su Majestad el Rey". La novela está situada en el final de la era de la Alta República, aproximadamente unos 50 años antes de La Amenaza Fantasma, y es considerada totalmente canon.

Trataremos aquí de presentarles la novela traducida por Google, corregida y maqueteada por nosotros.


STAR WARS 

LA PROMESA DEL AMANECER DE PLATA

Por "Su Majestad El Rey"


Capítulo 1 Bienvenido a Begamore

Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana.

La República gobierna una civilización galáctica altamente desarrollada y la capital, Coruscant, es como una estrella ardiente. La luz brillante y el calor se esparcen generosamente.

Sin embargo, debe haber sombras en los rincones donde la luz no puede llegar, y la pobreza y la decadencia son inevitables en la periferia de la República. 

Begamore, ubicada en el Anillo Exterior de la galaxia, ha rodeado un doble sistema estelar, que hace revoluciones irregulares. Se menciona ocasionalmente, y la gente simplemente se siente liviana por su pobreza y demás.

Sin embargo, hace unas décadas, un político llamado Jamie Brasen ascendió con fuerza en el planeta de Begamore. Con una imagen de integridad, se ganó el apoyo de tres mil millones de personas en el planeta, se convirtió en presidente de Begamore y envió a su marioneta al Senado de la República. En la capital, Coruscant, obtuvo una imagen personal casi impecable. Se ganó el respeto de muchos parlamentarios.

En opinión del Senado, Jamie Brasen es honesto, con una personalidad amable y humilde. Bajo su gobierno, Begamore se volvió cada vez más próspero y gradualmente se deshizo de la pobreza y el atraso. La capital verde Xiguang fue construida por él para convertirse en un punto de referencia.

La metrópoli ha asombrado a innumerables turistas de lejanas regiones. Pero él mismo ha mantenido una imagen limpia durante décadas. Parecía llevar una vida de austeridad, incluso cuando asistía a la Conferencia de la República, vestía una chaqueta remendada. 

El llamado santo no es más que eso.

—— 

"Efectivamente, no hay un verdadero santo en el mundo ..."

Una mujer humana cubrió su rostro hermoso y digno con un manto gris, caminando tranquilamente a la sombra de la calzada oscura y húmeda, mirando los edificios torcidos a ambos lados y el refugio que proporcionan. Sola y temblorosa, la mujer no pudo evitar fruncir los labios y soltar un triste suspiro en su corazón. 

No está lejos de este lugar, a 20 metros sobre su cabeza para ser precisos, el lugar más orgulloso del planeta de Begamore. La ciudad próspera, la luz verde como un bosque de acero. El estilo arquitectónico de la ciudad se basa en Coruscant, aunque no como Coruscant, se extiende por todos los rincones del planeta, pero para los planetas remotos y pobres, es tan brillante como una estrella.

Simplemente, ¿cuántas personas saben que debajo de la epidermis brillante, se ha podrido hasta los huesos? Cuanta gente sabe que de los 3.000 millones de habitantes de Begamore, solo un puñado puede vivir en el edificio moderno de la capital [Green Sunlight]. ¿Cómo es la vida de una persona con clase? 

La mujer caminó en silencio y, después de un rato, la siguió un grupo de figuras furtivas. En este reino subterráneo, las mujeres caminan solas por los barrios marginales, casi arrojando un cebo al estanque de peces para pescar.

Traficantes de esclavos que anhelan esclavos de clase alta, médicos clandestinos del mercado negro que buscan órganos frescos, asesinos que disfrutan del asesinato, los jugadores desesperados se sucedieron uno tras otro. 

Sin embargo, la mujer solo miró hacia atrás a las figuras furtivas, eran como la niebla de la mañana que se encuentra con el sol, repentinamente se dispersan. Vaya, estos matones en el mundo subterráneo ni siquiera pueden recordar para qué están aquí.

A la mujer no le importaba esto. Después de llegar a Begamore, se han encontrado demasiadas veces incidentes similares. Era extraño. Sacudió la cabeza y continuó caminando, hasta un hotel ruinoso, en la única habitación de invitados de clase alta. Se quitó la chaqueta, exhaló e hizo clic en la enorme pantalla que cubría toda la pared de la habitación de invitados, usando su muñeca. Utilizó un dispositivo de comunicación personalizado con forma de pulsera para transmitir nuevos datos. 

Dos fotos se iluminaron rápidamente en la pared, los empobrecidos niños de las fotos habían sido detenidos como ganado en Anwu. En la jaula del día, esperando el destino del ganado.

En otra foto, a modo de comparación, la parte alta de la ciudad está borrosa, como disfrutando de la zona central comparable a la República. La rica vida de los ricos. 

Fotos como esta iluminan toda la pared, y esto es solo una semana después de que la mujer llegara a Begamore.

En la pantalla, varias fotos y comentarios están conectados por hilos de diferentes colores, como tejidos densamente. La red e innumerables pistas apuntan a un núcleo. 

En el medio, ¡está la foto del presidente del planeta Begamore, Jamie Brasen!

Es el presidente de Begamore, conocido en Coruscant, quien ha causado innumerables tragedias.

Las escenas detrás de escena de una gran organización criminal son todas de Jamie Brasen, quien es el timón del consorcio y el jefe más alto de la organización. Antes de llegar al poder, Begamore era pobre, pero vivía en la humildad. La gente nunca había perdido su humanidad y había vivido una vida pacífica durante miles de años. Sin embargo, en solo unas pocas décadas, la tierra de este planeta, debajo de la superficie está llena de criminales y huesos. 

Todo esto es aún desconocido, Jamie Brasen todavía disfruta de la reputación de un santo, sin nadie que pueda exponer lo que se esconde debajo de su perfecta personalidad.

La mujer miró fijamente la red de pistas en la pared y se quedó en silencio, mientras el anillo de comunicación en su brazo de repente parpadeaba. Cuando puso el anillo de comunicación sobre la mesa, apareció una proyección holográfica azul. 

Vio una cabeza alienígena parecida a un pulpo aparecer en el campo de visión, y los cuatro tentáculos en la barbilla se retorcieron suavemente. Mostrando su identidad, dos ojos redondos mostraron miradas extremadamente respetuosas.

"Te saludo, querida Maestra Jedi ..." 

Antes de terminar de hablar, la mujer interrumpió: "Ya te lo he dicho, por favor llámame Mostema".

El Quarren parecía un poco tenso. 

Mostema dijo: "No se ponga nervioso, simplemente trátelo como un intercambio comercial entre colegas. Eres responsable de todo el trabajo de inteligencia de Gamol y realmente necesito tu consejo profesional. "

El Quarren se avergonzó aún más al escuchar esto: "Jamie Brasen es un político muy astuto, yo he operado aquí durante muchos años, y no he podido agarrarle ni siquiera un adolorido pie. " 

"También es un resultado importante poder verificar la astucia de la otra parte". Mostema consoló al Quarren, "Hablando de ello, ¿Tiene alguna sugerencia para el próximo trabajo? "

Mientras hablaba, la Maestra Jedi transmitió toda la información que había recopilado al agente Quarren. 

Después de escuchar el trabajo, el Quarren rápidamente dirigió su atención a su pantalla, y sus enormes ojos se inyectaron de sangre.

"Maestra, ¿son estas las pistas que reunió? Realmente es una Maestra Jedi, estos superan nuestros estándares ¡En ningún lado se han recolectado tantos! Déjeme ver ... Dios, ¡esta cadena de pruebas es muy completa! Solo resta agregar el testimonio del Hotel StarFan y de Shining Manpower ... " 

Antes de terminar de hablar, Mostema iluminó dos nuevos retratos en la pantalla a través del anillo de comunicación. Los jefes del Hotel StarFan y de Shining Manpower, así como su información y testimonios relacionados fueron transmitidos al mismo tiempo.

El Quarren se quedó atónito: "... Es digno de la famosa 'omnipotencia Jedi', ¡por lo que la cadena de pruebas está completa! Cuando se presente la evidencia al Senado en nombre de la Orden Jedi, debería ser suficiente. Si es aceptada, ¡el reinado malvado de Jamie Brasen termina aquí! " 

La mujer gruñió y asintió, pero después de un rato sonrió y negó con la cabeza.

"Pero ¿qué pasa si no se envía en nombre de la Orden Jedi? Por ejemplo, si lo haces tú o incluso un trabajador. ¿Gente común en Begamore? " 

El Quarren se quedó desconcertado por un momento, y bajó la voz: "Eso probablemente no sea suficiente. El comportamiento criminal del presidente es muy sigiloso. Rara vez lo hace él mismo, y casi todos lo hacen en su nombre. No hay pruebas contundentes de delito. Y para la República tiene una personalidad casi perfecta, todo el mundo piensa que es un santo político, humilde y honesto. También tiene al grupo de abogados más prestigioso de la galaxia, que ha cambiado de bando muchas veces. De hecho, incluso con evidencia legal derribar a un político fuerte que ha controlado el planeta durante décadas es descabellado, así que espero que pueda ... "

"¿Hablar en nombre de los Jedi para derribarlo? Entonces el asunto se convierte en esencia un abuso de la influencia Jedi, sería interferir con la Fuerza en el juicio del Senado. Si me resultaba sospechoso, podrían decir que aproveché la influencia de los Jedi para cubrir la ley. Si quiere que el Senado lo lleve a juicio ¿Cuál es la diferencia entre nosotros y el tirano? " 

El Quarren pensó durante mucho tiempo y sugirió a regañadientes: "Si debe recopilar pruebas veraces a nivel legal, puede haber muchos trucos. Ahora que el Consejo Jedi ha decidido investigar a Jamie Brasen, ¿podría usar sus habilidades para enfrentar al presidente directamente y obligar a que él mismo confiese la verdad? Es el tipo de técnica Jedi que se puede utilizar ... "

La Maestra Jedi lamentó profundamente esa observación: "La técnica de la Fuerza dominada por los Jedi es una espada de doble filo. Por supuesto que puedo usar la Fuerza para confundir la mente de Jamie y hacer que confiese crímenes, pero de la misma manera, también puedo usar esta técnica para hacer lo mismo con personas inocentes. El testimonio obtenido mediante hipnosis es inaceptable. Además, dado que Jamie Brasen está preparado, si es astuto, es perfectamente posible que utilice tácticas para no revelar la verdad incluso cuando esté hipnotizado. " 

El Quarren dijo impotente: "Si cree eso, entonces estamos en graves problemas. Jamie gobierna Begamore. Desde hace mucho tiempo, todo el planeta es como una combinación de un laberinto y una telaraña, es difícil localizarlo a través de pistas circunstanciales. Tan solo existe la mansión legendaria donde vive el presidente. Hay una mansión privada en las afueras de Green Loch Hill, donde lleva una vida extravagante. Recibe a muchos visitantes en la mansión. Y la mayoría de sus crímenes han sido orquestados y completados allí. Pero incluso después de investigar durante varios años, no he podido colarme a la mansión.”

Mientras hablaba el Quarren, escuchó que el anillo de comunicación en la mesa comenzaba a sonar, y el frío semblante de la mujer se derritió por un instante. Aunque fue solo un poco, el Quarren estaba seguro que no lo había notado.

Mostema dijo: "Sobre la mansión de Jamie, le he pedido a mi aprendiz que investigue". 

El Quarren se sorprendió: "¿Aprendiz? ¿No viniste sola?"

“No, y mi aprendiz Sean, todavía está en la etapa de Padawan, tiene 17 años pero todavía es muy inmaduro. Necesita más entrenamiento, así que le pedí que investigara la Mansión Presidencial en la ciudad baja. "

El Quarren escuchó atentamente y dijo: "Maestra, Jamie siempre ha dado gran importancia a los secretos de la mansión. ¡Cualquiera que se atreva a investigar estará en peligro! Sin mencionar el distrito de Green Loch. ¡Muchos de mis agentes de élite desaparecieron en el distrito de Green Loch! " 

"Sí, así que le dije que tuviera mucho cuidado al investigar".

"No es una cuestión de ser cuidadoso, no deberías haber mandado a tu Padawan. En mi humilde opinión, incluso un Jedi que ha dominado la técnica de la Fuerza también ... " 

Pero mientras hablaba, Mostema se acercó y presionó el botón de comunicación en el anillo, y de repente otra proyección apareció al lado de la cabeza del Quarren.

Era un adolescente humano que parecía tener solo dieciséis o diecisiete años ... Los Quarren no son muy buenos para distinguir la edad humana o sus conceptos de belleza, pero al ver a este adolescente de cabello y ojos negros, inmediatamente sintió una sensación de confianza. 

Y la otra parte tomó la iniciativa de saludarlo.

"¡Buenas tardes, Maestra! ¿Este es el agente Sr. Squak? ¡Me alegro de conocerlo! He leído su reporte de investigación sobre Begamore, el trabajo es realmente muy meticuloso, ¡lo cual es muy admirable! " 

La piel áspera del Quarren mostró abruptamente un color rojizo: "Esto, esto es demasiado vergonzoso, ¿cómo? No ha habido resultados fiables durante años ... "

"No, pero aunque su trabajo no ha dado ningún resultado, la República pidió a la Orden Jedi que enviara a la Maestra a investigar, lo que aceleró sustancialmente el proceso. Creo que la gente de Begamore recordará su trabajo en el futuro."

El Quarren se quedó sin palabras.

Into The Dark: primer extracto

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 En este extracto de "Into The Dark", la novela juvenil del proyecto The High Republic, escrita por Claudia Gray, los Jedi Orla Jareni, Cohmac Vitus, Reath Silas y Dez Rydan están a punto de iniciar una nueva misión. Pero primero deberán encontrarse con la nave y la tripulación que los transportará, y no son lo que nuestros héroes esperan.

 


En ese momento, la atención de Reath, y la de los demás, fue interrumpida por una nave volando a través del espaciopuerto, bastante bajo, y aterrizando en el hangar donde debía estar su transporte. Era una nave inusual, al menos para Reath: su casco estaba pintado de azul oscuro, y su cabina y motores eran redondos, como bulbos. Había sido, o construida hacía mucho tiempo, o los que la construyeron no estaban familiarizados con la tecnología actual, lo cual era un poco problemático. Al tiempo que se posaba en el hangar, los Jedi intercambiaron miradas.

"Parece más una nave de transporte que de pasajeros," dijo el Maestro Cohmac.

"¿A quién le importa? Puede viajar por el espacio, ¿no?" dijo Dez con una sonrisa mientras caminaba y el aire revoloteaba su cabello y su túnica con un silbido.

 Reath frunció el cejo, "¿Tal vez?"

Tan pronto como la nave se posó en la plataforma con un sonido metálico, la rampa de aterrizaje se abrió. De ahí emergió una joven chica, probablemente de la edad de Reath, no más de dos años mayor, con piel bronceada. Su largo cabello café estaba libre y caminó hacia ellos vistiendo un overól normal de piloto, perfectamente limpio y planchado, con el mismo tono de azul que la nave. En su manga tenía bordada una insignia con forma de estrella en color naranja. Puso sus manos en sus caderas y los estudió con decepción en los ojos. "¿Ustedes son los pasajeros hacia Starlight? Pensé que ibamos a recoger un montón de monjes o algo así. Ustedes se ven... normales."

"Somos tus pasajeros, y somos un cierto tipo de monjes," dijo el Maestro Cohmac sin ninguna señal de sorpresa, aunque hizo una breve pausa antes de preguntar. "¿Eres la piloto?"

Ella sonrió y apuntó hacia la nave con su pulgar. "Por supuesto que no. Soy la copiloto, Affie Hollow. Él es el piloto."

Una copiloto adolescente parecía cuestionable para Reath, pero cuando miró hacia donde apuntaba, sus preguntas desaparecieron, reemplazadas por unas más preocupantes. Preguntas como: ¿La camisa de ese hombre está abierta hasta la cintura? ¿Está abriendo sus brazos como si quisiera un abrazo grupal? ¿Quiere un abrazo grupal? ¿Está bajo los influjos de la especia?

No, más bien ¿cuánta especia tomó este tipo?

"Bellos hijos," dijo el piloto, con un acento lacónico y una enorme sonrisa. "Soy Leox Gyasi, y por este medio les doy la bienvenida a la nave."

Hubo una breve pausa, la cual hizo a Reath sentirse mejor; incluso los experimentados Jedi no sabían como tomar a este tipo. Dez finalmente dio un paso al frente con su usual carisma. "Dez Rydan. Un placer conocerlo. ¿Cuál es el nombre de su nave?"

Leox y Affie se miraron, claramente esperando contar algo. "Lo acabo de decir," dijo Leox. Era un hombre alto, delgado y bronceado, y su pelo rubio oscuro parecía no haber sido peinado en un buen tiempo. Probablemente nunca. "Nuestra nave se llama... La Nave. Le puse así no solo por el contenedor en sí, sino por el espacio dentro del contenedor que nos da su valor y propósito. Para mirar más allá de lo obvio, ¿saben?"

Eso suena como si el Maestro Yoda estuviera tomando especia, pensó Reath. Lo cual era o una muy buena señal, o una muy, muy mala señal.

"Me agrada," dijo Orla con un gusto aparentemente genuino. "Así que, ¿podemos ver nuestros camarotes?"

Affie hizo un gesto. "Acerca de eso. Somos más bien una nave de transporte..." el Maestro Cohmac echó una mirada a Dez que parecía decir, es lo que nos faltaba, "pero hemos arreglado algunas particiones y catres para ustedes." La cara de Affie se iluminaba cuando sonreía. "Sólo por que somos un sustituto de último minuto no quiere decir que no podamos hacer el viaje cómodo."

Leox interrumpió. "Eso es, si no son muy especiales con su definición particular de confort."

Orla fue la primera en subir por la rampa. "Somos Jedi, señor Gyasi. No requerimos que nos mimen."

Affie arrugó su nariz. "Entonces, ¿los Jedi son monjes o no?"

Eso detuvo a Reath cuando se dió cuenta lo que significaba. Si realmente no entendían que eran los Jedi... "Ustedes deben ser de allá de la frontera, ¿verdad?"

"Para nosotros, no es una frontera, hijo," Leox los guió hacia La Nave. "Es nuestro hogar. Pero si quieres decir que no estamos acostumbrados a esta parte de la galaxia, es verdad. Nunca había estado tan cerca de los Mundos Centrales, por mucho."

"La Cofradía Byne se encarga de la transportación en nuestro sector," dijo Affie con orgullo. "Somos una de las naves de la Cofradía Byne, una de las más pequeñas, en realidad, pero Scover Byne nos dio nuestra primera misión hacia Coruscant."

Reath, apenado por su falta de tacto acerca de "la frontera", estaba ansioso de continuar la conversación. Estaba seguro que sería el momento adecuado para preguntar más sobre Leox, Affie, su nave y cómo habían obtenido ese honor en particular. También deseaba explicar qué era la Orden Jedi a quienes nunca habían escuchado de ella.

Pero toda la conversación terminó cuando Leox y Affie hicieron una pausa frente a la cabina de mando. "Y éste de aquí," dijo Leox con una sonrisa, "es nuestro navegaor, Geode."

Parada en una esquina de la cabina estaba una piedra.

Casi tan alta y ligeramente más ancha que el propio Reath, era una piedra de color gris oscuro, con orillas redondeadas y una superficie escamosa, tipo pedernal. Era impresionante, para ser una piedra. Pero era, solamente una piedra, ¿o no? Reath frunció el cejo, seguramente esto era una especie de broma rara.

"Es un Vintian, de Vint." Dijo Leox mientras pasaba su mano por los "hombros" de la piedra, como lo haría con cualquier amigo. "Geode es su apodo, por cierto. Resulta que no puedes pronunciar correctamente su nombre si tienes boca."

Reath intentó tomar sentido de esa oración y falló. Su único consuelo es que Dez y el Maestro Cohmac estaban tan confundidos como él. Orla Jareni, sin embargo, tenía una de sus usuales sornrisas.

"Geode, ¿eh?" dijo. "Encantada de conocerte."

Affie dio una palmada en un costado de Geode. "Es un poco tímido al principio, pero ya verás cuando te conozca mejor."

Leox rio al tiempo que los continuó guiando a través de la nave. "Si, solo esperen. Pero no quiero darles una mala impresión. Geode es salvaje, pero cuando se trata de maniobrar la nave, es totalmente profesional."

"Sólido, podrías decir," dijo Orla levantando una ceja. "Muy bien. Veamos nuestros camarotes."

"Bueno, tenemos primero que construirlos antes de que los puedan ver," admitió Affie. "Es buen momento para comenzar."

Grandioso, pensó Reath mientras seguía a los demás. No solo estoy camino al patio trasero de la galaxia, sino que el trabajo de guiarnos a través del hiperespacio le pertenece a una roca.

A veces la Fuerza tenía sentido del humor.



Escrito por Claudia Gray
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de The Jedi Prepare for a New Mission in Star Wars: The High Republic: Into the Dark – Exclusive Excerpt

La Promesa del Amanecer de Plata - Capítulo Dos

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En octubre del 2019, reportamos la cooperación de Lucasfilm con una editorial china para traducir novelas al mercado local y crear una novela exclusiva para la región. Apenas ésta semana fue lanzada al mercado, en formato de entregas semanales la novela "The Vow of Silver Dawn" (La Promesa del Amanecer de Plata), escrita por el autor con el seudónimo "Su Majestad el Rey". La novela está situada en el final de la era de la Alta República, aproximadamente unos 50 años antes de La Amenaza Fantasma, y es considerada totalmente canon.

Aquí pueden leer el Capítulo Uno.


 

Capítulo Dos. Solución Simple.

Si no hubiera sido por el tono de sinceridad absoluta en la voz del muchacho, sin ningún asomo de sarcasmo, el Quarren hubiera azotado su escritorio con sus manos con dedos de succión.

"Entonces, ¿te has reunido con el Mythrol?" preguntó Mostema al holograma.

"Así es."

El Quarren no pudo evitar preguntar, "¿El Mythrol? ¿El mismo Mythrol que dice ser el jefe de repostería de la mansión, pero que pasa su tiempo en los bares y casinos de la ciudad baja?"

Sean rió. "Sip, gracias a su reporte de investigación que hizo nuestro trabajo mucho más fácil, pude establecer contacto directo con el objetivo."

"Ese Mythrol es muy astuto y muy peligroso, ¡debes ser precavido!"

Una irónica expresión de acuerdo cruzó la cara de Sean en respuesta a las palabras del Quarren. "Si, muy astuto en verdad. Me tomó dos horas extraerle algunas respuestas."

El Quarren quiso decir que ni sus mejores agentes pudieron acercarse al Mythrol en dos semanas de intenso trabajo, pero las palabras murieron en su garganta.

Pero, por supuesto, el joven era un Jedi también; si todo lo que necesitaba era usar el truco de la mente, entonces el Mythrol hubiera confesado todo...

Sin embargo, Mostema preguntó: "¿Sin usar la Fuerza?"

"Por supuesto que no, Maestra. Recordé sus enseñanzas."

Una expresión de asombro pasó por la cara del Quarren, como si quisiera decir, Esperen, ¿que rayos están haciendo ustedes? ¿Por qué no usarían la Fuerza?

Adivinando la confusión del Quarren, Mostema explicó. "Sean no es muy agraciado en el uso de la Fuerza. Su sensibilidad es menor al promedio comparada con otros Padawans de su edad. Así que aunque necesita trabajar duro para mejorar su conexión, también se ha formado el hábito de no depender completamente de ella. La Fuerza es más que una simple herramienta que usan los Jedi."

Sean pareció avergonzarse, mientras decía. "Los tres pilares de un Jedi son, la Fuerza, la sabiduría y la disciplina. Me ha faltado un poco de la primera, desde que nací, así que si dependiera de ella para hacerlo todo, sería una desgracia..."

Está bién, pensó el Quarren, lo que digan, pero sin la Fuerza, ¿cómo es que el Padawan logró que el chef hablara?

Como si leyera su mente, Sean dijo, "Fui a todos sus bares y casinos favoritos hasta encontrarlo, lo emborraché y le gané todas sus posesiones apostando. Después de eso, fue fácil hacer que me dijera todo."

El Quarren miró su propio reporte, en la sección sobre el Mythrol. Había anotado que era "un criminal experimentado, un apostador proficiente y un gran bebedor."

Pero, siendo un agente de la República, el Quarren recuperó rápidamente la compostura y preguntó: "¿Te dio la ubicación de la mansión?"

"Me dijo como hacer un pastel tipo Kashyyyk de siete pisos. ¡Estoy seguro que podría hacerlo mejor que él!" contestó Sean.

El Quarren frunció el cejo.¿Qué tiene que ver una receta de postres con todo esto?

"El solo logró colarse a la mansión gracias a las recetas secretas de sus postres. Ahora que puedo prepararlos incluso mejor que él, puedo reemplazar al Mythrol como el jefe de repostería de la mansión de Amanecer Verde," explicó Sean.

El Quarren no pudo evitar interrumpirlo: "Espera un momento, ¿la mansión del presidente está en Amanecer Verde?"

"Si, en la parte noreste. Es difícil no verla."

"¿Eso te dijo el Mythrol?"

"Solamente lo seguí hasta allí."

"...¿lo... seguiste?" preguntó el Quarren con incredulidad, mirando los reportes en su datapad, donde con meticuloso detalle había apuntado los incontables agentes de elite que habían intentado llegar a la mansión y que habían sufrido brutales muertes.

"Pasé un par de días rastreando la rutina del Mythrol antes de hacer contacto, y encontré que cada vez usaba una ruta diferente para ir a la mansión, antes de desaparecer súbitamente. Si lo hubiera rastreado después de ese punto, se hubiera dado cuenta."

El Quarren asintió con su cabeza, finalmente algo concordaba con su maldito reporte.

"Pero estos lugares ocultos revelaron la verdad, porque a través de la observación me dí cuenta que sin importar donde desaparecía, siempre era cerca de cloacas o lugares similares bajo tierra. No fue difícil entonces deducir que la mansión tenía rutas especiales a través del sistema de drenaje."

Vamos, hijo, ¿realmente era necesario decir "no fue difícil deducir" y echarle más sal a la herida?

"No es un método nuevo, la "Nueva Guía para Agentes" que fue publicada en Corellia, tiene veintisiete casos documentados en donde otras mansiones ocultas usaban métodos similares para su personal. Encontré a la compañía constructora responsable de construir el sistema de drenaje, así que obtuve y analicé todos los planos arquitectónicos, y los rastreé hasta encontrar la ubicación de la mansión. Al fin y al cabo, todos estos déspotas del Anillo Exterior siempre piensan igual."

El Quarren borró silenciosamente todos los archivos de investigación de su datapad, jurando nunca mencionar todos los años de investigación a ninguna otra alma viviente.

Sean seguía hablando con entusiasmo, "Además, de acuerdo a mi investigación, en cinco días el presidente recibirá a un grupo de gángsters en la mansión. ¡Creo que sería una excelente oportunidad para hacer una movida!"

Mostema golpéo su puño en su escritorio y dijo: "¿En cinco días? Esta podría ser nuestra oportunidad."

El Quarren se mostró agitado. "¿Maestra, espera ejecutar a todos los miembros del sindicato criminal de Jamie?"

Ambos Jedi le echaron simultáneamente una mirada de asombro.

Con su voz más seria, Sean elaboró: "¿Cómo podríamos hacerlo? Los Jedi no buscan pelea, y no puedo ni siquiera pensar en asesinar a un jefe de estado legítimo. La razón por la que hemos estado trabajando tanto y recopilando pistas y evidencias es para que Jamie reciba un juicio justo de acuerdo a la ley, para demostrar sus actividades criminales, y para fomentar los ideales de paz y justicia en los corazones de la gente de Begamore. Usar violencia para acabar con la violencia solo creará a otro dictador que siga violando la ley y disciplina."

El Quarren se sintió apenado. Aparentemente, la comprensión del espíritu de la ley parecía no haber hecho mella en su interior.

Sin embargo, rápidamente vociferó otra inquietud, "Si esto no es una ejecución, entonces ¿qué tipo de oportunidad puede presentarse en cinco días? ¿Por qué necesitamos esperar hasta entonces para infiltrarnos? ¿No podríamos simplemente entrar, reunir la evidencia, y salir?"

"Un hombre tan cuidadoso no dejaría evidencia concreta a la vista, ni en su propia mansión," replicó Sean.

El Quarren no pudo evitar continuar con sus preguntas. "¡Incluso la existencia de la mansión constituye un crimen! Con su salario como Presidente, no podría haber adquirido un bien de esa magnitud ni en mil años, ¡sin mencionar que en Coruscant siempre se ha jactado de no gastar más de cinco mil créditos al año! Aun peor, existen rumores acerca de la extravagancia de la mansión, que juran está llena de todo tipo de valiosos tesoros..."

"Podría simplemente decir que la mansión le pertenece a alguien más, y que solo vive ahí temporalmente. De hecho, de acuerdo a nuestra investigación, el dueño de la mansión es un accionista de Begamore Heavy Industries Corporation, no el mismo presidente."

Han pasado solo un par de días, ¿y ya conoce a todos en la mansión?

El Quarren siguió con su linea de interrogación. "Pero ha vivido tanto tiempo en la mansión, debería haber alguna evidencia de sus crímenes, ¿no? Esqueletos en el closet, por decirlo así..."

"Existe esa posibilidad, pero creo que un criminal tan intrigante baje la guardia, ni en su propio hogar. Por ejemplo, podría usar palabras en clave para realizar sus órdenes ilegales, y no podrían usarse en su contra aunque fueran grabadas."

El Quarren finalmente se quedó callado.

"Además, de acuerdo a algunos testigos en la mansión, tengo motivos para creer que un jefe criminal tan cuidadoso pueda manejar el riesgo que involucran todas las posiciones de su organización, de tal manera que nadie tenga todo el conocimiento completo de la extensión de sus actividades ilegales, o de quién es cómplice. Esto añade dificultad al objetivo de recolectar evidencia. Al mismo tiempo, las múltiples capas de administración y un sistema de comunicación en una sola dirección nos impediría rastrear los crímenes hasta el mismo presidente, incluso si logramos penetrar algunas líneas de contacto."

Al escuchar todo esto, el Quarren casi se desmaya. "¡Jamie Brasen no es un lunático! ¿Quién elaboraría tantas trabas en su propia mansión? ¿No le preocupa morir de agotamiento?"

"Jamie Brasen es un tirano peligroso, y todos tienden a ser bastante paranoicos, a veces incluso dementes, lo que nos dice que no podemos predecir sus acciones usando lógica convencional. Ni podemos permitirnos subestimarlo; después de todo, ha tenido a los agentes de inteligencia de la República dando vueltas por años," indicó Sean.

Los ojos del Quarren se llenaron de tristeza. "¡Lo haces ver como si fuera imposible llegar hasta él! Si el riesgo es tan alto como dices, ¿entonces qué planes tienen para la misión?"

"Entraremos a través del banquete, en cinco días," replicó Sean. "Puede entrenar a sus allegados en la mansión a comunicarse con palabras clave, pero con los otros gángsters tendrá que usar Básico o algún otro idioma en común..."

Mostema interrumpió antes de que Sean pudiera terminar. "No podemos tampoco garantizar que no usen comlinks especializados, con sistemas de encripción al instante, y que se autodestruyan para evitar dejar evidencia."

"Si, Maestra, había considerado esto también. Es por eso que estaré allí en cinco días, mientras Jamie Brasen se estresa por no poder utilizar sus códigos."

Mostema asintió, "Muy bien, lo dejo todo en tus manos."

"No está nada bien, ¡en absoluto!" interrumpió el Quarren. "Maestra Jedi, ¿realmente planea dejar que Sean se infiltre en la mansión? ¡Es demasiado arriesgado!"

Mostema respondió con severidad, "Lo se. Hacer que un Caballero Jedi se infiltre de esta manera, con el objetivo siendo un líder político legítimo, hará que existan dudas sobre el resultado de la investigación. Además, será más controvertido si se utiliza la Fuerza para extraer los pensamientos de cualquier persona involucrada con la investigación. Ese tipo de acciones podrán ser cuestionadas por un grupo de exitosos abogados. Los riesgos en esta empresa siguen estando bajo consideración, y estas en lo correcto al recordarnos. Así que Sean, debes recordar que no puedes usar la Fuerza durante esta operación."

"Lo entiendo, Maestra."

El Quarren replicó abatido, "Lo siento, Maestra Jedi, pero no entiendo. ¿Estamos hablando en Básico en este momento? ¿Por qué siento que ustedes, Maestra y aprendiz, están hablando en un lenguaje propio? ¿Han entendido algo de lo que les he dicho? La mansión de Jamie Brasen es como la guarida de una fiera que ha estado en secreto durante muchos años. El maníaco tirano ha operado allí por décadas, nadie sabe que tipo de trampas existan, ¿y va a dejar que un Padawan de diecisiete años se infiltre, sin usar la Fuerza, el mismo día en que todos los jefes del crimen compartan un banquete?"

Mostema miró al Quarren. "Entonces, ¿tienes alguna recomendación para Sean?"

Sean miró con expectación al alienígena.

Los tentáculos faciales del Quarren se extendieron en shock, parecía que se partiría en dos.

¡No me miren así! Pensó. Realmente no entiendo el mundo de los Jedi. Es como poner un explosivo y luego pedirme que lo desactive. Si, tengo un buen consejo, tomen un largo paseo por una escotilla. Pareciera que tratan a la Fuerza como si fuera una herramienta común que pueden apagar a voluntad.

Pero qué más podría decir.

"Tengan cuidado y manténganse seguros," dijo el Quarren secamente.

Sean le agradeció con entusiasmo. "¡Entendido! Mientras más compleja y difícil es una misión, uno necesita enfocarse más en lo fundamental. No me sorprende que sea un agente de elite para la República, con pocas palabras, ha logrado decir mucho."

El Quarren apenas pudo musitar, "Si, seguro."

"¿Tienes algún plan preliminar para la operación?" preguntó Mostema.

"Si," replicó Sean. "Aunque probablemente necesite usar un poco de improvisación, he logrado hacer un burdo plan de referencia usando los recursos a mi alcance. Se lo enviaré para que me ayude con su crítica constructiva."

Luego de decir esto, Sean presionó una sucesión de botones en su comunicador de pulsera. Un flujo de datos comenzó a ser transmitido al tiempo que una luz parpadeaba continuamente.

La transmisión continuó durante algún tiempo.

El Quarren no pudo evitar tocar su pantalla, pensando que su datapad había fallado. "¿Ha sido interrumpida la transmisión? Por mi parte aparece que el archivo aún no se ha descargado."

"No se preocupe, los planes de operación generalmente son muy grandes, así que la transmisión tomará un poco de tiempo."

El Quarren estaba confundido. ¿Muy grande? Este canal de comunicaciones podía transmitir la enciclopedia galáctica en menos de diez segundos, y ya habían pasado cinco minutos. ¿Estaban acaso transmitiendo un holograma de los planos de todo Coruscant, con más de cinco mil niveles y cerca de un trillón de habitantes?

Mientras el Quarren comenzaba a impacientarse, una luz verde parpadeó en su datapad, indicando que la transmisión estaba completa. Con dedos temblorosos, abrió el archivo.

Ola tras ola de carpetas aparecieron en su vista, videos esparcidos como estrellas en el cielo, todos conectados con un conjunto de líneas complejas de muchos colores y grosores, formando una red visualmente deslumbrante y complicada.

En su interior, el Quarren quería decir. "Así que me enviaron el holograma de los planos de Coruscant, ¿eh? ¿Un burdo plan de referencia? Su definición de burdo es un insulto al Básico Galáctico que se habla en toda la República."

Pero se contuvo.

Por supuesto, Mostema meditó por unos instantes antes de decirle a Sean. "Si es bastante burdo, pero es aceptable en esta etapa temprana del proceso. Te ayudaré con el texto, así que comencemos."

"¡Con gusto!"

Mostema miró al Quarren. "Señor Squack, ¿tiene algo más que añadir?"

El Quarren solo pudo emitir una risa seca y triste.


Primer extracto de "Alphabet Squadron: Victory's Price"

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En la tercera parte de la trilogía de Alphabet Squadron, titulada Victory's Price, los pilotos as de la Nueva República harán un último intento para derrotar a la Shadow Wing mientras lidian con la traición de Yrica Quell de desertar una vez más.

Las naves del escuadrón están tan destrozadas como los espíritus de sus pilotos, pero siempre se cuidarán las espaldas. La novela, escrita por Alexander Freed, saldrá a la venta en Estados Unidos el próximo 2 de marzo del 2021.


Los escuadrones Flare y Hail estaban en vuelo, rebasando a Wyl y su escuadrón Wild por ambos lados. Un TIE se deslizó hacia cada uno de los escuadrones de la Nueva República, lanzando una volea de disparos de láser que se disiparon en las rocas o se perdieron en la distancia. Los cazas TIE de Flare y Hail se voltearon en retirada después de disparar, pero el último de los TIEs siguió su curso. Wyl podía verlo frente a él, su "ojo" central oculto por un asteroide que pasaba.

¿Qué estás planeando?

El TIE giró hacia un lado. Wyl le lanzó una advertencia a Denish Wraive, pero el disparo del TIE no estaba dirigido al caza que pilotaba el anciano. En su lugar, los disparos impactaron el asteroide más cercano, destrozándolo. Wyl podía ver los fragmentos, como metralla, que se dirigían hacia él, hacia Wraive...



"¡Cuidado!" gritó, inclinándose sobre su consola mientras aceleraba con sus motores, y giraba para evitar estrellarse contra otro asteroide. Wraive seguía vivo, al menos todavía aparecía en el radar, pero el TIE se había posicionado detrás de él, navegando y usando las rocas como cubierta al tiempo que los demás cazas de la Nueva República regresaban el fuego. "¡Nos está usando como carnada!" dijo. "¡Sigan su curso hacia el crucero y no se enfrasquen a menos que sea necesario!"

Pero el TIE no se movió para enfrentarlos. En su lugar, continuó rompiendo asteroides. Aparecía y desaparecía en el radar cuando activaba sus bloqueadores de señales, y Wyl escuchaba los gritos de alarma de sus pilotos entre la estática. Se preparó para girar y se dio cuenta que se había separado de sus camaradas, su A-Wing se había alejado cuando la primera nube de escombros lo separó de los cazas más lentos.

¿Había sido intencional? No podía saberlo. Ya no importaba.

Los pilotos Wild Nueve y Doce habían perdido el control intentando evadir los asteroides; ambos hacían espirales entre la formación, obligado a que los demás pilotos se esparcieran. El TIE ahora tenía el camino abierto hacia el crucero, pero Wyl estaba más cerca y el Deliverance había acelerado considerablemente, cruzando el campo de asteroides mientras ignoraba las rocas que se estrellaban contra sus escudos deflectores.

"Se están preparando para saltar." Era la voz de Syndulla, casi gruñiendo a través del comunicador. "No responden a nuestras demandas para rendirse. Si puedes detenerlos..."

"Yo seguiré al TIE," dijo Kairos. "Ve tras el crucero."

Wyl no sabía donde estaba el U-Wing y no se atrevía a fijarse. Los asteroides se hacían más pequeños, estaba llegando a la orilla del campo, y podía ver al crucero y sus escoltas a la distancia, ajustando el curso para saltar hacia el hiperespacio.

Confiaba en Kairos. Confiaba en Syndulla. Su mano enguantada paseó por su consola mientras transfería energía de sus escudos hacia sus motores. El A-Wing cantó con una melodía metálica aguda.

Sus cañones no le harían gran daño al crucero con el poco tiempo que le quedaba. Así que preparó un misil de impacto, apuntándolo hacia los brillantes motores del crucero, mientras ignoraba toda la charla de sus pilotos. Se un soldado, no un líder, se dijo. Eso es lo que necesitan en este momento.

"No hay violencia en la gravedad. El sol vació se consume," dijo Chass, añadiendo: "Restriégales las caras."

No entendía porqué había comenzado a rezar, o porqué estaba citando tantas frases religiosas últimamente; pero aceptaría cualquier ayuda posible.

Su computadora de disparo se desplegó. Estaba a punto de apretar el gatillo cuando recibió otra voz, distorsionada y casi indescifrable.

"Esta es la Teniente Quell del Escuadron Imperial 204. Retírese inmediatamente o será destruido."

Justo había lanzado su armamento. Escuchó las groserías de Chass y los chillidos de T5, mientras Nath y Kairos permanecían en silencio. La General Syndulla apenas tuvo tiempo de preguntar "¿Quell?" antes de que el TIE activara el bloqueador de señales y Wyl estaba tan confundido para hacer otra cosa que mirar el rastro que dejaba su misil; demasiado sorprendido como para darse cuenta del asteriode que acababa de explotar detrás de él hasta que un pedazo de granito penetró su escudo trasero y empujó su cuerpo en el arnés de seguridad, haciendo sonar una alarma. Uno de sus motores se apagó y comenzó a moverse en espiral. Un destello esmeralda pasó cerca de su cabina y se dio cuenta que el TIE estaba disparando.

Yrica Quell le estaba disparando.

Intentó controlar el curso del A-Wing, murmurando suaves palabras como si se tratara de un animal asustado. Sus alas golpearon pedazos de roca, que al inicio se desvanecían como polvo contra sus escudos; pero sus escudos comenzaron a fallar y las rocas se impactaban contra el casco.

Cuando logró estabilizarse, el TIE ya había pasado de largo. Sus bloqueadores de señal estaban apagados y pudo ver en el radar como se unía al crucero; los escuadrones Flare y Hail se aproximaron pero era demasiado tarde. Giró su cuerpo para ver como el Deliverance rociaba a los cazas con disparos verdes al tiempo que el crucero y sus escoltas aceleraban y se distorsionaban convirtiéndose en líneas de luz, dejando solamente imágenes remanentes.

"¿Qué diablos?" preguntó Chass, diciendo lo mismo que estaba sintiendo.

Que diablos, en verdad.

Escrito por Alexander Freed
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de Join the Fight for the New Republic in Star Wars: Victory’s Price – Exclusive Excerpt


Segundo extracto de "Alphabet Squadron: Victory's Price"

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 La trilogía de Alphabet Squadron por Alexander Freed nos ha permitido echar un vistazo al complicado panorama político que acontece después de El Regreso del Jedi, a través de los ojos de pilotos veteranos de la guerra civil galáctica. Ahora que las cosas se aproximan hacia el final, el Remanente Imperial está planeando un ataque mayor... pero no contra nuestros héroes.


"Este es el Coronel Soran Keize, de la Ala Imperial 204 y el portanaves Yadeez. En respuesta a las acciones traicioneras del Consejo de Yomo, su desafío a las órdenes de la Gran Almirante Sloane en cuanto a redirigir sus bienes hacia el sector D'Aelgoth, su negativa a reconocer al verdadero Regente del Imperio en Coruscant, y su alianza con el Sindicato Shiortuun, entre otras, hemos sido asignados para traer la venganza a su mundo."

El cabello oscuro del orador enmarcaba una cara angular, de labios delgados, y su voz tenía el tono de un forense recitando los resultados de una autopsia. Hera Syndulla apenas le prestó atención. Había visto la holograbación tres veces, y lo que importaba ahora era ver la reacción del resto de los asistentes.



Sentados alrededor de la oscura mesa de conferencias estaban Wyl Lark, Kairos, Chass na Chadic y Nath Tensent, los sobrevivientes de lo que Caern Adan había llamado el grupo de la Inteligencia de la Nueva República contra la Ala Imperial 204. Todos estaban callados, sus caras iluminadas por el brillo azul del holoproyector. Hera los miró con fijación como si su intensidad pudiera permitirle penetrar sus cráneos, entender porqué Wyl y Nath estaban sentados tan lejos de sí; porqué Chass na Chadic apretaba su quijada mientras miraba fijamente al espacio; porqué Kairos agitaba su mano tendida, como si fuera una mujer ciega tratando de trazar el contorno de la cara de Keize.

No dudaba que estaban perturbados, pero tenía que saber si estaban listos.

La grabación pronunció su amenaza final y el holo desapareció de la existencia. Las luces del cuarto de conferencias de la Deliverance se encendieron. Los pilotos cambiaron de posición y se sentaron derechos, Hera rompió el silencio. "Esa grabación es de hace tres días," dijo. "Se repetía constantemente en un canal al que accedimos en el convoy Imperial que encontramos, como si alguien lo hubiera dejado ahí como una advertencia. No hemos recibido reportes de Fedovoi End, pero debemos asumir que Shadow Wing entró y salió."

Continuó, intentando suprimir la rabia que sentía y manteniendo el nivel de su voz. "En nuestro último censo, Fedovoi End albergaba medio millón de tropas y sus familias. Era un puesto militar, cierto, pero no habíamos visto muertes a esta escala desde la Operación Cenizas."

Nath gruñió, como si nada de esto le sorprendiera. Kairos colocó sus manos planas un centímetro por encima de la mesa.

"El Imperio se está devorando solo," dijo Chass.

"Si," asintió Hera. "Los lealistas han entrado en guerra con las facciones que quieren separarse, y que los ciudadanos atrapados entre ambos bandos se vayan al demonio."

"Soran Keize," dijo Wyl. "Hemos oído ese nombre antes."

No estaba acongojado. Estaba enfocado. Bien, pensó ella. Se lo difícil que es.

"Así es," comenzó Hera, pero Nath levantó el dedo y ella le dio la palabra con una inclinación de la cabeza.

"Inteligencia mandó los archivos hace una hora," dijo Nath. "Soran Keize, el segundo al mando de la Coronel Shakara Nuress. Piloto as, ha estado en esto casi veinte años, ha entrenado a casi toda la Shadow Wing. Lo último que sabíamos es que su rango era de Mayor, pero..."

"...pero creíamos que había muerto," Wyl terminó la oración.

Nath gruño de nuevo. "Es lo que nos dijo Quell. Definitivamente no estuvo en Pandem Nai, y acabar con Nuress realmente dejó a la unidad sin un líder. Lo que no sabíamos era que Adan tenía pistas que sugerían que Keize seguía vivo."

Eso era sugerir que Yrica Quell había mentido sobre su mentor, de la misma forma que había mentido sobre su participación en la Operación Cenizas. El recuerdo acudió a Hera con una dosis de frustración y resentimiento, además del pesar. A pesar de las fallas de Yrica Quell, y habían sido muchas, había estado a cargo de Hera, y la participación de Quell en el genocidio de Nacronis solo se había revelado unas pocas horas antes de su muerte. Hera no sabía lo que hubiera hecho de estar en el lugar, ¿habría abrazado a la mujer, la habría aprisionado por sus crímenes, o ambas?

Y si esto es lo que yo pienso, imagina lo que sienten los demás.

"¿Adan sabía?" preguntó Kairos, apenas con voz audible.

"Tenía gente investigando el pasado de Quell," dijo Nath, "y se tropezaron con Keize. Aparentemente, abandonó Shadow Wing después de Nacronis, al mismo tiempo que Quell. Lo rastrearon hasta un montón de lodo llamado Vernid, creo. Se había cambiado el nombre, trabajó en minería... nunca supimos cuál era su plan. Cuando Inteligencia lo encontró, mató un par de agentes y desapareció."

Nath giró en su asiento, cruzando los brazos sobre su pecho. "No sabemos cuando se reencontró con Shadow Sing, pero Nasha Gravas y su gente estuvieron revisando la evidencia de Troithe. Cámaras en las calles, restos biológicos, todo lo que pudieron reunir de cuando estuvieron sin poder volar. Si pones todo junto, se vuelve claro que Keize estaba a cargo al menos en ese tiempo."

Chass arqueó una ceja. "¿Entonces podemos echarle la culpa a Kreize de todo lo que sucedió? ¿Destruir la Lodestar, dispararle a mi nave?"

"Eso parece," asintió Nath.

"¿Y entonces también podemos echarle la culpa a Adan por mantenerlo oculto? ¿Lo de Keize? ¿Lo de Quell?" los ojos de Chass brillaron. "¿O tal vez podemos echarle la culpa a Quell por no mencionar que su jefe genocida seguía vivo?"

"Chass..." comenzó Hera. Regañar a la mujer solo haría que los ánimos se caldearan, pero no le gustaba la dirección que estaba tomando la conversación.

Wyl interrumpió. "En Vernid, ¿pudo haber desertado? ¿Estaba tratando de recomponer su vida?"

Chass rió. "Vaya que no lo está haciendo."

"Supongo que es posible," dijo Nath, "pero estoy de acuerdo con Chass. Vernid está en el pasado, y ahora..." manoteó como señalando el mensaje holográfico.

La conversación se convirtió en un caos. Nath se inclinó hacia atrás en su asiento y especuló sobre las conexiones de Keize y la flota Imperial. Chass se burló de los secretos de Quell y de los de la Inteligencia de la Nueva República. Wyl se preguntó como afectaría la presencia de Keize a las tácticas de la 204 mientras intentaba consultar datos sobre Fedovoi End y sus ciudades principales.

"Está volviendo a suceder," dijo Kairos, y nadie pareció escuchar excepto Hera. Nath y Chass seguían hablando.

"Está volviendo a suceder," repitió Kairos, está vez en un grito ronco.

Los demás guardaron silencio.

Hera asintió lentamente. "Estan volviendo a matar planetas. Si."



Escrito por Alexander Freed
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de In This Star Wars: Victory's Price Excerpt, the Empire Strikes Back...at Itself

Exhibición Star Wars

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 ¡¡ESTE 11 DE FEBRERO TENDRAS UN DIA LLENO DE STAR WARS!! A partir de las 11am visita Plaza Mocambo Veracruz y disfruta de una exhibición de coleccionables y la protección de los episodios, 2, 3 y Rogue One.📽️ ¡No puedes faltar! ¡A partir de las 8pm puedes tomarte una foto con tus personajes favoritos de la saga! 📸 ¡Te esperamos!



Star Fest Boca 2024

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¡Nos vemos en el Foro Boca!

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