Escrito por Rebecca Roanhorse
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Read the exclusive first excerpt of 'Star Wars: The Clone Wars: Stories of Light and Dark'
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Explicación de la situación política y cultural de los Chiss |
El 21 de mayo de 1980 se estrenó Star Wars: El Imperio Contraataca. Para celebrar el 40 aniversario de la película, se anunció From a Certain Point of View: The Empire Strikes Back, una nueva antología con 40 historias de 40 autores que reimaginan la clásica secuela a través de los ojos de personajes del fondo, héroes, villanos, droides y criaturas, incluyendo algunos regresos muy bienvenidos.
En este extracto de "Fé en un Viejo Amigo", escrita por Brittany N. Williams, regresamos al desesperado viaje del Halcón Milenario tras la batalla de Hoth, cuando Han Solo, Leia Organa y sus amigos intentan escapar de las garras del Imperio. Excepto que aquí, nos reencontramos con L3-37, la droide rebelde de Lando Calrissian. Ahora es parte de la computadora central del Halcón, pero sigue siendo tan excéntrica como siempre.
Fé en una Vieja Amiga, por Brittany N. Williams, de "From A Certain Point Of View: The Empire Strikes Back".
"Chewie, llévate al profesór y conéctalo al sistema propulsor."
La computadora del Halcón Milenario observó a Chewbacca arrastrar a C-3PO, todavía protestando, fuera de la cabina y hacia el cuerpo de la nave. Los sensores de audio captaron la letanía del droide de protocolo pero no necesitaron mirarlos a través de las cámaras.
GROSERO, dijo V5-T.
Resultados de la búsqueda:Profesor, chirrió ED-4, una clasificación para un ser pensante o droide que provee un alto nivel de educación. Actualizando vocabulario.
Si, pero es demasiado parlanchín para mi gusto, dijo L3-37.
Resultados de la búsqueda: Parlanchín, un término coloquial que significa tener propensión a hablar en exceso. Actualizando vocabulario.
GROSERO.
De hecho. L3-37 se hubiera encogido de hombros en días mejores. Los días antes de que fuera incorporada al Halcón y se convirtió en uno de los tres cerebros de droide que componían la computadora de la nave.
De hecho, se había construido un buen par de hombros.
La nave se agitó bruscamente, los sensores gimieron y se silenciaron al tiempo que todo dentro del Halcón se tambaleaba de un lado a otro. La Colectiva Milenaria, como había llamado L3-37 a su trío de conciencias, se puso a trabajar. ED-4 escaneó los sensores exteriores mientras V5-T checaba los sistemas internos y L3-37 vigilaba las cámaras y micrófonos.
Miró como Chewbacca ayudaba a C-3PO a levantarse.
"Te dije que el asteroide no era estable," gimió el droide, "pero nadie me escucha..."
L3-37 cambió al siguiente juego de cámaras.
LOS SISTEMAS CONTINÚAN FUNCIONANDO AL SETENTA Y CINCO POR CIENTO, dijo V5-T.
No se registran daños adicionales en el exterior, dijo ED-4. Aunque los sensores traseros están muy... parlanchines.
L3-37 sintió la emoción de ED-4 al usar la nueva palabra, pero su propia confusión saltó al frente. ¿Parlanchines sobre qué?
SE DETECTAN RITMOS CARDÍACOS ELEVADOS EN LA CABINA, dijo V5-T.
La Colectiva cambió a modo visual, activando las cámaras. Han tenía a la mujer, Leia, entre sus brazos. L3-37 sospechaba que podía significar. Recordaba como el ritmo cardíaco de Lando se elevaba cuando estaban en estrecha proximidad. Algo parecido a la tristeza se presentó en su conciencia.
¿Es esto el apareamiento de orgánicos? dijo ED-4 mientras ajustaban el audio de la cabina.
La Colectiva escuchó, y L3-37 agradeció la distracción. Ese sentimiento alcanzó a ED-4, quien le dio un mensaje de consuelo.
L3-37 ya no tenía el cuerpo que había tardado tanto en construir, ni el compañero humano con el que había estrechado relaciones tan profundas. Pero al menos no estaba sola, y de eso estaba agradecida.
"Capitán, el contacto con usted no basta para que me emociona," siseó Leia.
Han se puso de pie. "Disculpa, cariño. No hay tiempo para nada más."
ASQUEROSO, dijo V5-T.
La Colectiva se rió, algo que solo habían aprendido cuando L3-37 se les unió. Antes, habían sido una conciencia singular despreocupada por lo que habían sido alguna vez. Pero L3-37 les había llevado el conocimiento de que un todo podía ser compuesto de tres partes individuales sin necesidad de debilitarse.
Se había negado a perder su propio nombre y se había asegurado que los demás conservaran el suyo. V5-T era un droide de transporte, del tipo que ponen en todos los cargueros ligeros YT-1300 y había sido el primero en estar ahí. ED-4 había sido un droide de espionaje corporativo que había sido cargado en el Halcón antes de que L3-37 y Lando hubieran puesto sus ojos en la nave.
Y L3-37, ella había sido un droide sin comparación, parte astromecánico, parte droide de espionaje, parte droide de protocolo, sin contar todo lo que había construido para sí misma.
Antes de que la hubieran desintegrado a tiros en ese trabajo en Kessel...
¿Hola? Una nueva voz habló en binario, claro y conciso. Una voz familiar. Soy C-3PO, relaciones humano-ciber...
Si, lo sabemos, dijo L3-37 mientras la Colectiva se centraba en la ubicación del droide. ¿Qué quieres?
Oh, vaya. Dijo C-3PO. Vamos, no hay necesidad de ser...
GROSEROS, exclamó V5-T.
Exacto, solo estoy tratando de...
Éste es el que es demasiado parlanchín, dijo ED-4, ¿verdad?
L3-37 resopló. Parlanchín y medio.
¿Perdona? Jadeó C-3PO.
Resultados de la búsqueda: Perdona - una expresión usada para ofrecer una disculpa. Actualizando vocabulario. Disculpa aceptada.
¿Qué... esto es ridículo. Estoy tratando de hablar con la computadora central del Halcón Milenario.
LO ESTÁS HACIENDO.
¿Quién de ustedes...
TODOS.
Si, pero quien...
Si, estás hablando con la Colectiva Milenaria. ¿Qué necesitas?
Debo decir, que esta es la conversación más extraña que he tenido en Binario...
HAZ TU PREGUNTA.
Oh, bueno, si esta es en realidad la computadora central del Halcón Milenario.
Lo es, dijo la Colectiva a coro.
C-3PO resopló pero continuó. Me han pedido que investigue el estado del hiperdrive de la computadora.
Hubieras empezado por ahí, dijo L3-37. Dile al chamaco...
EL EMPALME ESTÁ ROTO
...que necesita aprender a reparar mejor...
El eje positivo está bien, dijo ED-4. El eje negativo, no.
...pero si, está hecho añicos. Dile que deje de ser un tacaño y lo reemplace. ¿Captaste todo eso?
Después de un silencio de confusión mientras el droide de protocolo intentaba comprender el análisis de la Colectiva, la presencia de C-3PO desapareció al tiempo que se desconectó del sistema.
Finalmente, los sensores de audio captaron un suspiro de exasperación.
"¿Dónde esta R2 cuando lo necesito?"
L3-37 pensó en el droide astromecánico que gustaba de conectarse de vez en cuando para platicar. A ella le gustaba.
"Señor," dijo C-3PO.
La Colectiva prendió las cámaras más cercanas, mirando como Han entraba en la habitación.
"No estoy seguro donde aprendió su nave a comunicarse, pero usa un dialecto muy extraño."
GROSERO, dijo V5-T, y la Colectiva estuvo de acuerdo.
Escrito por Brittany N. Williams
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de Empire at 40 | L3-37 and the “Millennium Collective” Run the Falcon in From a Certain Point of View: The Empire Strikes Back – Exclusive Excerpt
Boba Fett robó cámaras al ser presentado en 1980 en El Imperio Contraataca, cuando estaba recibiendo órdenes de Darth Vader para cazar a los héroes Rebeldes. "Sin desintegraciones."¿Pero qué pasaba por la mente de uno de los personajes favoritos en ese momento?
Ésta es la historia que Zoraida Córdova nos contará en "From A Certain Point of View: The Empire Strikes Back", la antología de cuentos cortos que conmemora el 40 aniversario de la película.
Boba Fett tenía muchas habilidades pero una sola virtud. Y no era la paciencia.
Después de ser llamando por Darth Vader con la promesa de una nueva recompensa, Boba tomó la imposible decisión de abandonar todo lo que estaba haciendo, y eso incluía su misión actual. No quería que nadie pensara que se estaba volviendo delicado, que no podía encargarse de un trabajo, sin importar lo pequeño que fuera. La víctima en cuestión era un escurridizo Sullustan con papadas caídas que había roto un contrato con Jabba el Hutt. La galaxia estaba llena de idiotas. Pero donde había un idiota, había una caja con créditos que Fett podía obtener.
O que hubiera podido obtener, si la imagen de Vader no se hubiera aparecido con instrucciones que parecían órdenes. No le gustaba recibir órdenes de nadie, pero sabía que no era buena idea decirle no al Señor de los Sith. No era que tuviera miedo de él, o de nada en realidad. No exactamente. Pero era preferible tener al señor Soplidos como aliado en vez de enemigo. Así que Fett le dejó su encargo a un novato en la nómina de Jabba que quería hacerse de una reputación. Nadie podía decir que Fett no echaba un hueso al piso de vez en cuando.
Mientras esperaba las coordenadas en la quietud de su nave, Fett miró su reflejo. Un pensamiento fugaz le recodó que necesitaba una afeitada, cuando sus sensores se iluminaron con una transmisión. Ajustó el curso de la Slave I y se dispuso a viajar a... un campo de asteroides. Apenas esquivó una enorme roca que se dirigía hacia su cabina. Nada que no pudiera manejar, pero una advertencia hubiera sido bien recibida. Transmitió su código de entrada y aterrizó en el hangar del Executor solo para que le dijeran que esperara. Espere. Hubiera podido llevar a su presa con Jabba, tal vez incluso gozar de una bebida fría con Chalmun y aún tener tiempo de sobra para llegar aquí.
Fett respiró profundamente y se pasó la mano por su cabello cortado al ras, se aseguró su casco, checó su blaster y desembarcó. Tuvo que admitir que el acorazado de Vader era bastante impresionante. Pulcro y metálico de tal forma que hacía que el grupo de naves de los caza recompensas parecieran un montón de chatarra de los Jawas. Los stormtroopers y un grupo de oficiales se movieron rápidamente. Captó las caras de desprecio de varios de ellos. Incluso escuchó su nombre de los labios de un oficial pelirrojo. Boba Fett.
Tuvo el sentimiento de que su presencia no era bienvenida, ni la de los otros cinco caza recompensas caminando por ahí. Inclinó la cabeza hacia Bossk y Dengar. Los otros tres le sonaban conocidos, pero la mayoría de los caza recompensas eran solo un borrón en su memoria. Dos droides y un Gand con un respirador circular que parecía un excelente blanco. Boba Fett no dijo nada, simplemente esperó junto a los demás.
"Boba," le dijo Bossk en un silbido.
Cuántas veces tendría que decirle al viejo Trandoshan que era Fett, o Boba Fett. Ya no era un niño pequeño. Claro, tenían historia juntos. Probablemente era lo más cercano a un amigo, si realmente quisiera tener un amigo.
Antes de que Fett pudiera responder, uno de los oficiales vestidos de negro se acercó. "Éste grupo. Síganme."
Éste grupo. ¿Se sentirían amenazados por el hecho de que Vader los había llamado para hacerse cargo del trabajo? Boba Fett se mofó. Típicos Imperiales.
Los droides de protocolo y centinela, convertidos en caza recompensas, siguieron los pasos del oficial, quien comenzó a caminar por los corredores iluminados, al tiempo que los pisotones metálicos y de botas se unían en una cadencia rítmica.
A su izquierda pudo oler a Dengar antes de que se pusiera a su lado, presionando su rifle bláster Valken-38 hacia su pecho. El tipo había gastado prácticamente la mitad de sus créditos comprando ese incienso raro de Felucia que se pegaba a la bufanda que usaba todo el tiempo. Cuando trabajaban juntos, Fett nunca lo había visto lavar su ropa. No era como si los caza recompensas fueran higiénicos. Fett frotó una mancha café en su guantelete evitando preguntarse qué tipo de sustancia había sido.
"¿Alguna idea de que tipo de trabajo es éste?" pregunto Dengar. Su voz era mas ronca de lo que Fett recordaba.
Miró hacia arriba y hacia abajo de los corredores. Los oficiales corrían de un lado a otro. Pudo sentir una ligera inclinación, como si el Executor estuviera dando un brusco giro persiguiendo algo. O a alguien.
"Te apuesto veinte créditos a que se trata del Halcón Milenario."
"Tomaré esa apuesta," sonrió Dengar.
Bossk gruñó, alcanzándolos. "Dejé otro trabajo para tomar éste. Valdrá la pena si puedo añadir la piel de ese Wookiee a mi colección."
"El Imperio los busca," musitó Dengar. "Jabba los busca. ¿Cómo es que escoria como Solo termina siendo el más buscado en la galaxia?"
"Entre él y el Wookiee apenas tienen medio cerebro y se unieron a la Rebelión," dijo Bossk.
Dengar se encogió de hombros. "No puedo imaginar como siguen escapándose en esa ruina de nave."
"Es pura suerte," les aseguró Fett. Pero sus instintos le decían que había algo más en esta persecución. Ese había sido siempre el error de Bossk y Dengar. Iban tras sus víctimas, pero nunca se metían en sus cabezas. Había rebeldes dispersos por todos lados, esperando, reagrupándose. Vader estaba obsesionado con esa nave y su tripulación. Recordó su último trabajo para el Señor de los Sith, cazando al piloto que había volado la Estrella de la Muerte en un millón de pedazos sin valor. Se habían conocido en las ardientes dunas de Tatooine, con el aire viciado por los Tuskens calcinados. Fett nunca había visto a nadie disfrutar tanto una muerte. Se consideraba a sí mismo del tipo que dispara y se olvida, pero Vader... Vader era otra cosa. Era la venganza viviente. Fett había hecho algo bueno. Había conseguido el nombre, Skywalker, y se había retirado. Había escuchado rumores de lo que Vader hacía cuando lo decepcionaban. Pero ese nombre le había valido buenos años a Fett. Tal vez había sido tan afortunado como la escoria rebelde.
El oficial Imperial que guiaba a los caza recompensas echó una mirada hacia atrás, incapaz de esconder la sonrisa sarcástica de su pálida cara pecosa. Si miraba una vez más a Fett, se aseguraría de dejársela de forma permanente.
Tras una serie de vueltas alrededor de pasillos que parecían idénticos, era como si la nave completa estuviera diseñada para hacerte sentir que no había escapatoria.
Finalmente llegaron al puente de mando. Caminaron en fila por la pasarela y adivina qué. Esperaron todavía más. Boba Fett miraba la conmoción de los hombres en los uniformes negros, cada uno más pálido y aterrorizado que el siguiente. Por la tensión en el aire, estaba claro que alguien había fallado en su trabajo hacía poco, y todos estaban a las vivas.
"Esperen aquí," les dijo el oficial, se dio la vuelta y se retiró. Claro, claro. ¿A donde banthas se suponía que tenía que ir? ¿Tenía prisa por enseñarles a los oficiales novatos como presionar un botón? ¿Mejorar sus habilidades de tecleo?
Fett evaluó a los otros caza recompensas. El droide asesino era un modelo IG con fotoreceptores rojos que parpadeaban. El otro era un oxidado droide de protocolo que parecía haber cambiado de cabeza. El Gand estaba cerca del droide, y los largos tubos que salían de su cara emitían el olor del amoníaco. Parecía que apenas podría amarrarse los zapatos.
¿Ésto era con lo que trabajaba Vader? No estaba seguro si sentirse confiado o insultado por estar entre ellos.
Fue entonces cuando Boba Fett sintió el cambio en el puente de mando. La manera en que todos los oficiales se agachaban hacia sus pantallas, mirando como los puntos que indicaban cada TIE Fighter parpadeaban en la pantalla. Vader estaba entrando.
El sonido de su respiración presurizada era el más alto en el corredor, puesto que todos los oficiales se enfocaban en sus tareas. Si, vayan e intenten no atraer la atención hacia ustedes, cobardes.
Vader se paró frente a Dengar y luego frente al droide asesino, como si intentara tomarles la medida. Era imposible saber lo que Vader pensaba o sentía. ¿Acaso sentía alguna otra cosa que no fuera rabia? Tal vez Fett podía entender eso. Cuantas ves no le habían dicho que se quitara el casco. "Mírame a los ojos, Boba Fett. Estoy seguro que no eres tan valiente sin tu pequeño casco." El miedo al anonimato era, bueno, un deleite.
Entonces le escuchó. ¿Acaso no se daban cuenta de que las fosas causaban eco? Algún hijo de Hutt había dicho "Caza recompensas, no necesitamos esa escoria". Si claro, si el Imperio no necesitara caza recompensas, entonces ¿porqué estaban repletas las arcas del Gremio con créditos Imperiales? ¿Por qué Vader necesitaba su ayuda cuando una enorme nave, un colosal acorazado lleno de soldados de juguete, no podían hacer el trabajo que Boba Fett claramente haría?
Ese destello de rabia pasó por todo su cuerpo. Bossk murmuró algo en su lenguaje nativo Dosh mientras Vader seguía caminando, su capa ondulándose como una sombra.
"Habrá una enorme recompensa para aquel que encuentre al Halcón Milenario. Pueden usar cualquier método necesario, " dijo, y Boba Fett apretó sus labios a de decir algo. Prefirió no hacerlo cuando Vader se detuvo frente a él. "Pero los quiero vivos." Apuntó un dedo hacia Fett. "Sin desintegraciones."
"Como ordene," replicó Fett. ¿Que otra cosa podría decir? Logras freír a un par de tipos una vez, puramente por accidente, y la gente nunca lo olvida.
Escrito por: Zoraida Córdova
Traducido por: Mario A. Escamilla
Original de: 'Star Wars': Get under Boba Fett's helmet in exclusive 'From a Certain Point of View' excerpt
Checklist - Star Wars The Black Series | |||
---|---|---|---|
Figura | Foto | Serie/Número | Exclusividad |
Luke Skywalker | Wave 1 - 01 | N/A | |
Darth Maul | Wave 1 - 02 | N/A | |
Sandtrooper | Wave 1 - 03 | N/A | |
R2-D2 | Wave 1 - 04 | N/A | |
Slave Leia | Wave 2 - 05 | N/A | |
Boba Fett | Wave 2 - 06 | N/A | |
Greedo | Wave 2 - 07 | N/A | |
Han Solo | Wave 2 - 08 | N/A | |
Stormtrooper | Wave 3 - 09 | N/A | |
Obi-Wan Kenobi | Wave 3 - 10 | N/A | |
Luke Skywalker | Wave 3 - 11 | N/A | |
Anakin Skywalker | Wave 3 - 12 | USA | |
Clone Trooper | Wave 3 - 13 | USA | |
Boba Fett with Han Solo in Carbonite | -- | SDCC Exclusive | |
Sandtrooper | Wave 2 - 14 | N/A | |
Darth Vader | Wave 2 - 15 | N/A | |
Luke Skywalker | Wave 2 - 16 | N/A | |
Chewbacca | Wave 2 - 17 | N/A | |
TIE Fighter Pilot | Wave 2 - 18 | USA | |
Yoda | Wave 2 - 19 | USA | |
Clone Trooper Sergeant | Wave 2 - 20 | USA | |
Obi-Wan Kenobi | Wave 2 - 21 | USA | |
Han Solo (Stormtrooper Disguise) | Wave 2 - 22 | N/A | |
Bossk | Wave 2 - 23 | N/A | |
Emperor Palpatine | Wave 2 - 24 | N/A | |
Luke Skywalker (Stormtrooper Disguise) | Wave 2 - 25 | N/A | |
Clone Trooper Captain | Wave 2 - 26 | USA | |
Commander Cody | Wave 2 - 27 | USA | |
IG-88 | Wave 2 - 28 | USA | |
Princess Leia Organa as Boushh | Wave 2 - 29 | USA | |
Jabba the Hutt | Deluxe | N/A | |
Speeder Bike & Biker Scout | Deluxe | N/A | |
Han Solo & Tauntaun | Deluxe | N/A | |
Luke Skywalker & Wampa | Deluxe | N/A | |
Cantina Showdown | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Imperial Shadow Squadron | -- | Target Exclusive | |
Jabba the Hutts Throne Room | -- | SDCC Exclusive | |
Boba Fett Prototype Armor | -- | Walgreens Exclusive | |
Finn (Jakku) | #01 | N/A | |
Rey (Jakku) & BB-8 | #02 | N/A | |
Kylo Ren | #03 | N/A | |
First Order Stormtrooper | #04 | N/A | |
Chewbacca | #05 | N/A | |
Captain Phasma | #06 | N/A | |
Poe Dameron | #07 | N/A | |
Guavian Enforcer | #08 | N/A | |
Constable Zuvio | #09 | N/A | |
Resistance Trooper | #10 | USA | |
First Order TIE Fighter Pilot | #11 | USA | |
First Order Snowtrooper | #12 | USA | |
General Hux | #13 | USA | |
X-Wing Pilot Asty | #14 | USA | |
Jango Fett | #15 | N/A | |
First Order Flametrooper | #16 | N/A | |
Finn (FN-2187) | #17 | N/A | |
Han Solo | #18 | N/A | |
Ahsoka Tano | #19 | N/A | |
Kanan Jarrus | #20 | N/A | |
Luke Skywalker | #21 | N/A | |
Sergeant Jyn Erso (Jedha) | #22 | N/A | |
Captain Cassian Andor | #23 | N/A | |
K-2SO | #24 | N/A | |
Imperial Death Trooper | #25 | N/A | |
Kylo Ren (unmasked) | #26 | N/A | |
Director Krennic | #27 | N/A | |
Scarif Stormtrooper Squad Leader | #28 | Juguetron | |
C-3PO (Resistance Base) | #29 | N/A | |
Princess Leia Organa | #30 | N/A | |
AT-AT Pilot | #31 | N/A | |
Obi-Wan Kenobi | #32 | N/A | |
Sabine Wren | #33 | N/A | |
Darth Revan | #34 | N/A | |
Snowtrooper | #35 | N/A | |
Chirrut Imwe | #36 | Amazon | |
Baze Malbus | #37 | Amazon | |
Emperor's Royal Guard | #38 | N/A | |
Lando Calrissian | #39 | N/A | |
Qui-Gon Jinn | #40 | N/A | |
Tusken Raider | #41 | N/A | |
Hera Syndulla | #42 | N/A | |
Darth Vader | #43 | N/A | |
Rey (Jedi Training) | #44 | N/A | |
Kylo Ren | #45 | N/A | |
Luke Skywalker (Jedi Master) | #46 | N/A | |
Grand Admiral Thrawn | #47 | N/A | |
Stormtrooper | #48 | N/A | |
Maz Kanata | #49 | N/A | |
Elite Praetorian Guard | #50 | N/A | |
Finn (First Order Disguise) | #51 | N/A | |
General Leia Organa | #52 | N/A | |
Captain Poe Dameron | #53 | N/A | |
Supreme Leader Snoke | #54 | USA | |
Resistance Tech Rose | #55 | USA | |
Jaina Solo | #56 | USA | |
DJ (Canto Bight) | #57 | N/A | |
Rey (Island Journey) | #58 | N/A | |
Clone Captain Rex | #59 | N/A | |
Death Star Trooper | #60 | N/A | |
Jawa | #61 | N/A | |
Han Solo (Solo) | #62 | N/A | |
Grand Moff Tarkin | #63 | N/A | |
Range Trooper | #64 | N/A | |
Lando Calrissian (Solo) | #65 | N/A | |
Qi'ra | #66 | N/A | |
4-LOM | #67 | N/A | |
Tobias Beckett | #68 | USA | |
Rebel Trooper | #69 | Amazon | |
Han Solo (Bespin) | #70 | N/A | |
Val (Vandor-1) | #71 | N/A | |
Imperial Patrol Trooper | #72 | N/A | |
L3-37 | #73 | N/A | |
Dengar | #74 | N/A | |
Princess Leia (Hoth) | #75 | N/A | |
Lando Calrissian (Skiff Guard) | #76 | N/A | |
Rio Durant | #77 | N/A | |
Han Solo (Mimban) | #78 | N/A | |
Dryden Vos | #79 | N/A | |
Vice Admiral Holdo | #80 | N/A | |
Padmé Amidala | #81 | N/A | |
Mace Windu | #82 | N/A | |
Battle Droid | #83 | N/A | |
C1-10P (Chopper) | #84 | N/A | |
Obi-Wan Kenobi (Padawan) | #85 | Amazon | |
Ezra Bridger | #86 | Amazon | |
Doctor Aphra | #87 | Amazon | |
BT-1 (Beetee) | #88 | Amazon | |
0-0-0 (Triple Zero) | #89 | Amazon | |
Supreme Leader Kylo Ren | #90 | N/A | |
Rey & D-0 | #91 | N/A | |
Sith Trooper | #92 | N/A | |
Cal Kestis | #93 | N/A | |
The Mandalorian | #94 | N/A | |
Second Sister Inquisitor | #95 | N/A | |
Offworld Jawa | #96 | N/A | |
First Order Stormtrooper | #97 | N/A | |
Jannah | #98 | N/A | |
First Order Jet Trooper | #99 | N/A | |
Luke Skywalker (Yavin Ceremony) | #100 | N/A | |
Cara Dune | #101 | N/A | |
Wedge Antilles | #102 | N/A | |
Zorii Bliss | #103 | N/A | |
Clone Commander Bly | #104 | N/A | |
Knight of Ren | #105 | N/A | |
Sith Jet Trooper | #106 | N/A | |
Count Dooku | #107 | N/A | |
Battle Droid (Geonosis) | #108 | N/A | |
Plo Koon | #109 | N/A | |
Anakin Skywalker (Padawan) | #110 | N/A | |
Obi-Wan Kenobi (Jedi Knight) | #111 | N/A | |
Kit Fisto | #112 | N/A | |
Supreme Leader Kylo Ren (First Edition) | First Edition - 90 | Mixup - Suburbia | |
Rey & D-O (First Edition) | First Edition - 91 | Mixup - Suburbia | |
Sith Trooper (First Edition) | First Edition - 92 | Mixup - Suburbia | |
Cal Kestis (First Edition) | First Edition - 93 | Mixup - Suburbia | |
The Mandalorian (First Edition) | First Edition - 94 | Mixup - Suburbia | |
Second Sister Inquisitor (First Edition) | First Edition - 95 | Mixup - Suburbia | |
Offworld Jawa (First Edition) | First Edition - 96 | Mixup - Suburbia | |
First Order Stormtrooper (First Edition) | First Edition - 97 | Mixup - Suburbia | |
Luke's Landspeeder | Deluxe | N/A | |
Rey's Speeder | Deluxe | N/A | |
Dewback & Sandtrooper | Deluxe | N/A | |
Stormtrooper (with Blast Accessories) | Deluxe | N/A | |
Enfys Nest & Swoop Bike | Deluxe | N/A | |
General Grievous | Deluxe / Online Exclusive | N/A | |
Luke Skywalker & Yoda (Jedi Training) | Deluxe | N/A | |
Porgs | -- | N/A | |
The Child | -- | N/A | |
First Order Stormtrooper | -- | SDCC Exclusive/Juguetron | |
Stormtrooper 4-Pack | -- | Amazon Exclusive - USA | |
Stormtrooper 4-Pack | -- | Entertainment Earth Exclusive - USA | |
Darth Vader (Emperors Wrath) | -- | Walgreens Exclusive - USA | |
First Order Snowtrooper Officer | -- | N/A | |
Kylo Ren (Starkiller Base) | -- | N/A | |
Poe Dameron & First Order Riot Control Stormtrooper | -- | Target Exclusive - USA | |
Imperial Shock Trooper | -- | Walmart Exclusive | |
Clone Troopers of Order 66 4-Pack | -- | Entertainment Earth Exclusive | |
Rey (Starkiller Base) | -- | K-Mart Exclusive | |
Astromech 3-Pack | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Kylo Ren Unmasked | -- | Star Wars Celebration Exclusive | |
Obi-Wan Kenobi | -- | SDCC Exclusive | |
Sergeant Jyn Erso (Jedha) | -- | SDCC Exclusive | |
Sergeant Jyn Erso (Eadu) | -- | K-Mart Exclusive | |
Death Trooper Specialist, Captain Cassian Andor & Sergeant Jyn Erso (Jedha) | -- | Target Exclusive | |
C-3PO | -- | Walgreens Exclusive | |
Scarif Stormtrooper | -- | Walmart Exclusive | |
Imperial Hovertank Pilot | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Imperial AT-ACT Driver | -- | Target Exclusive | |
Clone Commander Gree | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Grand Admiral Thrawn | -- | San Diego Comic Con Exclusive | |
Luke's Landspeeder | -- | San Diego Comic Con Exclusive | |
Luke Skywalker & Rey (Jedi Training) | -- | San Diego Comic Con Exclusive | |
Captain Rex (Phase II) | -- | HasCon Exclusive | |
First Order Stormtrooper Executioner | -- | Target Exclusive | |
Guardians of Evil | -- | Barnes & Noble, GameStop & Disney Store Exclusive | |
Elite Praetorian Guard (with Heavy Blade) | -- | Amazon Exclusive | |
First Order Stormtrooper (with Gear) | -- | Amazon Exclusive | |
Supreme Leader Snoke (Throne Room) | -- | GameStop Exclusive | |
Luke Skywalker (Jedi Master) Ahch-To Island | -- | Target Exclusive | |
Kylo Ren (Throne Room) | -- | Walmart Exclusive | |
Rey (Jedi Training) on Crait | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Admiral Ackbar & First Order Officer | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Obi-Wan Kenobi (Force Spirit) | -- | Walgreens Exclusive | |
Inferno Squadron Agent | -- | GameStop Exclusive | |
Gamorrean Guard | -- | Target Exclusive | |
Clone Commander Wolffe | -- | GameStop, DisneyStore & Barnes&Noble Exclusive | |
Mimban Stormtrooper | -- | Walmart Exclusive | |
Chewbacca | -- | Target Exclusive | |
Han Solo "Exogorth Escape" | -- | San Diego Comic Con Exclusive | |
"Red Squadron" Astromech 3-Pack (R2-X2, R2-D2, R5-D8) | -- | Amazon Exclusive | |
General Veers | -- | Walgreens Exclusive | |
Admiral Piett | -- | Online Exclusive | |
Moloch | -- | Target Exclusive | |
Captain Phasma (Quicksilver Baton) | -- | Toys"R"Us Exclusive | |
Han Solo & Princess Leia on Hoth | -- | European Convention Exclusive | |
Princess Leia (Bespin Escape) | -- | Target Exclusive | |
Zuckuss | -- | Disney Store Exclusive | |
Imperial Jumptrooper | -- | GameStop / EBGames Exclusive | |
Luke Skywalker (Death Star Escape) | -- | Target Exclusive | |
Darth Maul | -- | Star Wars Celebration Exclusive | |
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La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya habíamos traducido el primer capítulo que pueden leer aquí.
CAPÍTULO DOS
EL ANILLO EXTERIOR. SISTEMA HETZAL.
2.5 horas para el impacto.
El técnico de escáner (tercera clase) Merven Getter estaba listo. Listo para checar su salida, listo para tomar el transbordador de regreso al sistema interior, listo para llegar a la cantina que estaba a unas cuantas calles del espaciopuerto en la Luna Enraizada donde Sella servía los tragos, listo para ver si hoy era el día en el que tendría el coraje suficiente para invitarla a salir. Ella era Twi'lek y él Mirialan, ¿pero qué más daba? Todos somos parte de la República. Era la frase de la Canciller Soh y la gente lo creía. De hecho, Merven creía creerlo, también. Las actitudes estaban cambiando. Las posibilidades eran infinitas.
Y tal vez, una de esas posibilidades involucraba a un técnico de escáner (tercera clase) asignado a una estación de monitoreo en la lejana eclíptica del sistema Hetzal, en sí increíblemente lejos en el Anillo Exterior, tristemente distante de las brillantes luces de los interesantes mundos del Centro de la República. Tal vez éste técnico de escáner (tercera clase), quien había pasado sus días mirando holopantallas, apuntando el tráfico de naves espaciales que entraban y salían del sistema, podría de hecho ser notado por la hermosa mujer de piel escarlata que le servía una jarra de la cerveza local tres o cuatro veces por semana. Sella últimamente se quedaba un rato a platicar con él, dando de vueltas mientras atendía a otros clientes que llegaban a su pequeña taberna. Parecía encontrar sus historias sobre la vida en las orillas del sistema inexplicablemente interesantes.
Merven no comprendía porqué estaba tan fascinada. A veces las naves llegaban al sistema, saliendo del hiperespacio y apareciendo en las pantallas, y otras veces se iban... y sus iconos desaparecían de sus pantallas. Nada interesante pasaba jamás, los planes de vuelo eran registrados anticipadamente, así que siempre sabía lo que entraba o salía. Merven era responsable de asegurarse que esos planes de vuelo se siguieran y nada más. En el caso de que algo inusual ocurriera, su trabajo sólo era notificar a las personas más importantes que él.
El técnico de escáner (tercera clase) Merven Getter pasaba sus días mirando como la gente se iba a otros lugares. Él, por el contrario, se quedaba en el mismo lugar.
Pero tal vez no hoy. Pensó en Sella. Pensó en su sonrisa, la forma en la que decoraba sus lekku con esos encajes que ella misma diseñaba, la forma en la que detenía lo que estuviera haciendo para servirle una jarra de cerveza en el momento en que entraba, sin que tuviera que pedirla.
Si. La invitaría a salir a cenar. Esta noche. Había estado ahorrando, y sabía de un lugar no muy lejano de la cantina. No tan lejos de su propia habitación tampoco, pero eso ya era pensar demasiado.
Solo tenía que terminar su endemoniado turno.
Merven le echó un vistazo a su colega, la técnico de escáner (segunda clase) Vel Carann. Quería preguntarle si podía salir más temprano ese día y tomar el transbordador hacia la Luna Enraizada. Ella siempre estaba leyendo algo en su datapad, sus ojos danzando de un lado a otro. Tal vez alguna de las novelas de romance Jedi con las que estaba obsesionada. Merven no lo entendía. Había leído unas cuantas, todas estaban ambientadas en las remotas fronteras de la República, llenas de amores no correspondidos y miradas anhelantes... la única acción eran las batallas con sables de luz que claramente eran un sustito para lo que los personajes realmente querían hacer. Vel no debía leer material personal durante el trabajo, pero si la denunciaba, simplemente presionaría un botón y cambiaría a un manual técnico insistiendo en que no estaba haciendo nada malo. El problema es que, ella era segunda clase, y el era tercera clase, lo que significaba que mientras él hiciera su trabajo, ella no tendría que hacer el suyo.
No. No valía la pena ni siquiera pedir salir temprano. No a Vel. Podía terminar el resto de su turno. Ya no faltaba mucho y...
Algo apareció en su pantalla.
"¿Eh?" dijo Merven.
Eso era raro. No había nada programado para entrar o salir del sistema en los próximos veinte minutos.
Algo apareció. Varios "algos". Diez.
"¿Que..." dijo Merven.
"¿Algún problema, Getter?" preguntó Vel, sin dejar de mirar su pantalla.
"No estoy seguro," dijo. "Tengo un montón de entradas no programadas, y no están reduciendo su velocidad."
"Espera... ¿qué?" dijo Vel, poniendo a un lado su datapad y finalmente echando un vistazo a sus monitores. "Oh, eso es extraño."
Más iconos aparecieron en las pantallas de Merven, demasiados para contarlos en un vistazo.
"¿Es esto... crees que son... asteroides, tal vez?" dijo Vel, su voz temblorosa.
"¿A esa velocidad? ¿Saliendo del hiperespacio? No creo. Haz un análisis," dijo Merven. "Mira a ver si puedes descubrir que son."
La estación de Vel permaneció silenciosa.
Merven echó un vistazo.
"Yo... no se como hacerlo," dijo ella. "Después de la última actualización, nunca me preocupé en aprender los sistemas. Parecías tener todo bajo control, y yo solo estoy aquí para supervisar, sabes y..."
"Bien," dijo él, nada sorprendido. "¿Puedes al menos rastrear las trayectorias? Esa subrutina ha sido la misma durante los últimos dos años."
"Si," dijo Vel. "Puedo hacer eso."
Merven regresó a sus pantallas y empezó a teclear comandos en sus teclados.
Ahora había cuarenta y dos anomalías en el sistema, todas moviéndose casi a la velocidad de la luz. Increíblemente rápido, en otras palabras, demasiado para las reglas de seguridad. Si en realidad eran naves, quien las piloteaba se haría acreedor a una enorme multa. Pero Merven no creía que fueran naves. Eran demasiado pequeñas para empezar, y no tenían emisiones de motores.
¿Asteroides, tal vez? ¿Rocas espaciales, de alguna manera lanzadas hacia el sistema? ¿Alguna especie rara de tormenta espacial, o un enjambre de cometas? No podía ser un ataque, eso sabía. La República estaba en paz, y parecía que así estaría por un buen rato. Todos eran felices, viviendo sus vidas. La República funcionaba.
Además, el sistema Hetzal no tenía nada digno de atacar. Era solo un grupo ordinario de planetas, el mundo principal y sus dos lunas habitadas, la Fructificada y la Enraizada, con un enfoque en producción de agricultura. Tenía algunos gigantes gaseosos y bolas heladas de roca, pero realmente solo era un montón de granjeros y de las cosas que hacían crecer. Merven sabía que era importante, que Hetzal exportaba comida para todo el Anillo Exterior, y que algunos de sus productos incluso llegaban a los sistemas internos. Había esa cosa llamada bacta, de la que había estado leyendo, un tipo de reemplazo milagroso para la juvan que intentaban cosechar en el mundo principal, se suponía que revolucionaría la medicina si lograban producirlo en masa... pero, a fin de cuentas, eran solo plantas. Era difícil emocionarse por plantas.
Hasta donde sabía, Hetzal era famoso por que era el mundo natal de una famosa cantante de gill llamada Illoria Daze, quien podía hacer vibrar su aparato vocal de tal forma que podía cantar melodías en armonías de seis partes. Eso, en combinación con su interesante historia de pobreza a riqueza, la había hecho famosa en toda la República. Pero Illoria ni siquiera estaba aquí. Vivía en Alderaan con toda la gente elegante.
Hetzal no tenía nada de valor real. Nada de esto tenía sentido.
Otro montón de objetos apareció en sus pantallas, tantos que estaban congestionando la habilidad de su computadora para rastrearlos. Incrementó la resolución, cambiando a una vista del sistema, para tener una mejor opinión. Merven podía ver que las cosas, fueran lo que fueran, no estaban entrando al sistema solamente por la ruta de acceso normal del hiperespacio. Estaban saliendo por todas partes, y de hecho varias se habían acercado bastante a...
"Oh no," dijo Vel.
"También lo veo," dijo Merven. No había necesidad de hacer un análisis de la trayectoria.
Las anomalías iban hacia el sol, y muchas estaban en curso de interceptar a los sistemas habitados y sus estaciones orbitales. Las cosas no estaban disminuyendo su velocidad. Para nada. A casi la velocidad de la luz, no importaba si eran asteroides, o naves, o burbujas heladas de dulces. Con lo que chocaran simplemente... desaparecería.
Mientras observaba, uno de los objetos golpeó un satélite de comunicaciones no tripulado. Tanto la anomalía como el satélite desaparecieron de su pantalla, y la galaxia ahora tenía un poco más de polvo estelar.
Hetzal Prime era suficientemente grande como para resistir unos cuantos impactos como esos y sobrevivir como un cuerpo planetario. Incluso las dos lunas habitadas podrían soportar un par de golpes. Pero todos los que vivían en ellas...
Sella estaba ahora en la Luna Enraizada.
"Tenemos que salir de aquí," dijo. "Estamos en la zona de impacto, y más de estas cosas están apareciendo en cada segundo. Tenemos que ir al transbordador."
"Estoy de acuerdo," dijo Vel, con un rastro de confianza regresando a su voz. "Pero necesitamos enviar una alerta a todo el sistema. Tenemos que hacerlo."
Merven cerró sus ojos por un momento, y los volvió a abrir.
"Tienes razón. Por supuesto."
"La computadora necesita los códigos de autorización de ambos para activar la alarma a todo el sistema," dijo Vel. "Lo haremos cuando de la señal."
Tecleó unos cuantos comandos en su teclado. Merven hizo lo mismo, y esperó su señal. Cuando la dió, terminó de teclear su código.
Una pequeña alarma sonó en el cuarto de operaciones al tiempo que el mensaje era enviado. Merven sabía que un sonido similar estaba siendo escuchado en todo el sistema Hetzal, desde las cabinas de los recogedores de basura hasta el palacio ministerial en el mundo primario. Cuarenta mil millones de personas ahora estaban mirando hacia arriba con miedo. Una de ellas era una hermosa Twi'lek de piel escarlata probablemente preguntándose si su Mirialan favorito acudiría a la taberna esa tarde.
Merven se levantó.
"Hemos hecho nuestro trabajo. Es hora de ir al transbordador. Podemos enviar un mensaje explicando lo que sucede mientras vamos en camino."
Vel asintió y se levantó de su asiento.
"Si. Salgamos de..."
Uno de los objetos saltó del hiperespacio, tan cerca y moviéndose tan rápidamente que, en términos astronómicos estaba encima de ellos para cuando apareció.
Una llamarada y la anomalía desapareció, junto con la estación de monitoreo, sus dos técnicos de escáner, y todos sus objetivos, miedos, esperanzas y sueños; la energía cinética del objeto había convertido todo en átomos en menos de un instante.
Escrito por Charles Soule.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Light of the Jedi Extended Excerpt.
La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo y el segundo capítulo.
CAPÍTULO TRES
CIUDAD AGUIRRE, HETZAL PRIME
2 horas para el impacto.
"¿Es esto real?" preguntó el Ministro Ecka cuando comenzaron a sonar las alarmas en su oficina, consistentes, insistentes, imposibles de ignorar. Lo que, suponía, era su objetivo.
"Eso parece," respondió el Consejero Daan, ajustando un rizo de su cabello detrás de su oreja. "La alerta se originó en una estación de monitoreo en la orilla externa del sistema. Viene con el nivel de prioridad más alto, y está dirigida a todo el sistema. Cada computadora ligada al procesador principal está sonando la misma alarma."
"¿Pero qué lo ha causado?," preguntó el ministro. "¿No incluía algún mensaje?"
"No," replicó Daan. "Hemos intentado solicitar una explicación, pero no ha habido respuesta. Creemos.. que la estación de monitoreo fue destruida."
El Ministro Ecka pensó por un momento. Giró su silla para dar la espalda a sus consejeros, la vieja madera crujía un poco bajo su peso. Miró hacia el amplio ventanal que conformaba la pared detrás de su escritorio. Lo que podía ver eran los campos dorados de Hetzal, hasta el horizonte. El mundo, todo el sistema realmente, creía en usar cada espacio disponible para hacer crecer, crear y cultivar. Los edificios tenían cultivos en sus techos, los ríos y lagos se usaban para hacer crecer algas y helechos benéficos, las torres tenían terrazas, de donde colgaban vides de frutos que crecían a los lados. Los droides cosechadores flotaban por encima, recolectando frutas maduras, cuando era temporada. En este momento era temporada de fruta de miel, moras del rey, y melones de hielo. El próximo mes sería otra cosa. En Hetzal, siempre era temporada de algo.
Amaba esta vista. Creía que era la más pacífica de la galaxia. Todo era tan pacífico. Productivo y correcto.
Ahora, con las alarmas sonando en sus oídos, no lo parecía tanto. Todo se veía tan... frágil.
"Algo está sucediendo allá afuera," dijo alguien, una consejera Devaronian llamada Zaffa.
Ecka la conocía desde hacía tiempo, y era la primera vez que la había visto preocupada por algo. Estaba mirando con el cejo fruncido hacia una pantalla.
"Una plataforma minera en el sistema medio acaba de desaparecer," dijo Zaffa. "La red satelital está comenzando a mostrar huecos, también. Es como si algo estuviera haciendo desaparecer nuestras instalaciones, una por una."
"¿Y aún no tenemos imágenes? Es una locura," declaró Ecka.
Apuntó a su jefe de seguridad, un corpulento humano de media edad.
"Borta, ¿por qué no sabe su gente qué está pasando?"
Borta frunció el cejo. "Ministro, con todo respeto, usted sabe porqué. Sus cortes presupuestales recientes redujeron la división de seguridad de Hetzal a una décima parte de su tamaño original. Estamos trabajando en ello, pero no tenemos mucho que ofrecer."
"¿Es una anomalía natural? No puede ser... no estamos bajo ataque, ¿verdad?"
"En este momento, no lo sabemos. Lo que está pasando es consistente con algún tipo de infiltración enemiga, pero no estamos registrando señales de motores, y los lugares afectados son totalmente aleatorios. Aún tenemos unas cuantas estaciones orbitales de defensa, pero están intactas. Si es un ataque, ya deberían estar atacando nuestra capacidad de respuesta de combate, pero no lo han hecho."
La alarma sonó de nuevo, y Ecka dio la vuelta en su silla apuntando al consejero Daan, quien se encogió.
"¿Podría apagar esa maldita alarma? ¡No me deja pensar!"
Daan se levantó, enderezándose y apretó un control en su pantalla. La alarma afortunadamente fue silenciada.
Otro consejero habló, un hombre delgado de pelo rojizo y piel extremadamente pálida, Keven Tarr. El Ministerio de Tecnología lo había enviado. Ecka no tenía mucho uso para cualquier tecnología que no estuviera relacionada con el campo agrícola. En su corazón, seguía siendo un granjero, pero sabía que Tarr era considerado muy listo. Probablemente no tardaría hasta que el tipo consiguiera un mejor trabajo en una parte sofisticada de la galaxia. Era lo normal en mundos como Hetzal. No todos se quedaban.
"Creo que puedo mostrarle lo que está pasando, Ministro," dijo Tarr.
El tipo tenía los dedos muy largos para un humano, y bailaban sobre su datapad.
"Voy a transferir los datos al droide, y podrá proyectar la información para que todos la podamos ver."
Tecleó unos cuantos comandos más, entonces desenrolló un cable de conexión de su datapad y lo conectó al puerto de acceso del droide hexagonal de comunicaciones que esperaba en la esquina de la habitación. Caminó al frente y su único ojo verde se encendió mientras se movía.
De ese ojo, la máquina proyectó una imagen en la enorme pared de la oficina del ministro reservada para ese propósito. Normalmente, las presentaciones en la videopared tendrían que ver con estadísticas de cultivos o programas de erradicación de pestes. Ahora, en cambio, mostraba todo el sistema Hetzal, todos sus mundos y estaciones, satélites, plataformas y naves.
Y algo más.
Para el Ministro Ecka, parecía como si un campo estuviera invadido por un enjambre de insectos que lo consumían todo. Cientos de pequeñas luces se movían a través del sistema a lo que parecía ser una increíble velocidad, todos en la misma dirección: hacia el sol. Más en concreto, hacia el planeta. Hacia Hetzal Prime y las Lunas Afrutada y Enraizada, sin mencionar todas las estaciones, satélites, plataformas, naves... muchas de las cuales tenían personas a bordo.
"¿Qué son?" preguntó.
"No sabemos," respondió Tarr. "Obtuve esta imagen enlazando señales de los satélites y estaciones de monitoreo que sobreviven, pero están desapareciendo rápidamente y estamos perdiendo capacidad de sensores. Lo que sean estas anomalías, se mueven a casi la velocidad de la luz, y es difícil rastrearlas. Y por supuesto, cada que golpean algo, es.."
"Algo nada bueno," terminó la frase el General Borta.
"Apocalíptico, iba a decir," dijo Tarr. "Estoy rastreando un gran número de trayectorias que impactarán con el mundo principal."
"¿No hay nada que podamos hacer?" dijo Ecka mirado a Borta. "¿Podemos... derribarlas?"
Borta le echó una mirada sin esperanza. "En algún punto, tal vez tuvimos esa oportunidad. Al menos algunas. Pero la defensa planetaria no ha sido nuestra prioridad... en mucho tiempo."
La acusación flotó en el aire, pero Ecka no se arrepintió. Había tomado decisiones que parecían correctas en su momento, con la mejor información que tenía a su alcance. ¡Estaban en paz! Todo estaba en paz. ¿Por qué gastar dinero que podía servir para ayudar a la gente en otras formas? En cualquier caso, no había forma de mirar atrás. Era tiempo de tomar otra decisión. La mejor que podía tomar.
No dudó. Cuando los cultivos se incendiaban, no podías vacilar. Sin importar lo malas que estuvieran las cosas, mientras más esperabas, peor se podían poner.
"Da la orden de evacuación. En todo el sistema. Manda un mensaje a Coruscant. Hazles saber lo que está pasando. No podrán mandar alguien que llegue a tiempo, pero al menos sabrán."
La consejera Zaffa lo miró, sus ojos llorosos.
"No se si podamos ejecutar esa orden de manera eficiente, Ministro," dijo. "No tenemos las suficientes naves como para una evacuación planetaria, y si estas cosas realmente se mueven a la velocidad de la luz, no tendremos mucho tiempo hasta que..."
"Lo comprendo, Consejera Zaffa," dijo Ecka, su voz firme. "Pero incluso si logramos salvar a una persona, esa persona debe ser salvada."
Zaffa asintió y tecleó en su pantalla.
"Está hecho," dijo. "La evacuación total del sistema está en progreso."
El grupo continuó mirando la proyección en la pared, donde cada vez se incrementaban las ráfagas de estática. La red de Tarr estaba perdiendo capacidad al tiempo que más satélites encontraban su incendiario fin, pero el mensaje estaba claro. Era como si hubieran disparado una enorme escopeta hacia el sistema Hetzal, y no había nada que pudieran hacer para salvarse.
"Todos deberían tratar de encontrar una manera de abandonar el planeta," dijo Ecka. "Me imagino que las naves que tenemos se llenarán rápidamente."
Nadie se movió.
"¿Qué hará usted, Ministro?" preguntó el consejero Daan.
Ecka giró de nuevo hacia su ventana, mirando los campos dorados hasta el horizonte. Era todo tan pacífico. Era imposible que algo malo pudiera suceder aquí.
"Creo que me quedaré aquí," dijo. "Transmitiré en vivo a la gente, trataré de mantenerlos calmados. Alguien tiene que cuidar de la cosecha."
Por todo el planeta de Hetzal Prime, y las enormes llanuras de sus lunas habitadas, el mensaje del Ministro Ecka viajó rápidamente, apareciendo en datapads y holopantallas, transmitido en todos los canales de comunicación, diciendo en esencia: Nadie está a salvo. Aléjense lo más pronto posible.
La explicación era muy breve, lo cual causó especulaciones. ¿Qué sucedía? ¿Alguna clase de accidente? ¿Qué desastre podría ser tan grande que un sistema completo tuviera que ser evacuado?
Mucha gente ignoró la advertencia. Habían ocurrido falsas alarmas antes, y a veces los atacantes de redes habían hecho bromas penetrando los sistemas de alertas de emergencia. Cierto, nunca había sido nada en esta escala, pero realmente, eso hacía que todo fuera más fácil de ignorar. Después de todo, ¿el sistema entero estaba en peligro? No había forma de que fuera posible.
La gente se quedó en sus hogares, en sus lugares de trabajo. Apagaron sus pantallas y siguieron con sus vidas porque era mejor que pensar en la alternativa. Y si miraban al cielo de vez en cuando y veían como naves se alejaban.. simplemente se decían a sí mismos que la gente en esas naves eran tontos asustadizos.
Otros, en todos lados, se paralizaron. Querían sentirse seguros pero no sabían cómo. No todos tenían forma de abandonar los mundos. De hecho, la mayoría no tenía cómo. Hetzal era un sistema lleno de granjeros, gente que vivía cerca de la tierra. Si llegaban a viajar a otros lados de la República, era en ocasiones especiales, experiencias que solo tenían una vez en su vida. Ahora, cuando les decían que tenían que irse al espacio casi al instante... ¿cómo? ¿Cómo podrían hacer eso?
Pero alguna gente en Hetzal tenía naves, o vivían en las ciudades donde el viaje espacial era más común. Juntaron a sus familias, reunieron sus tesoros y corrieron hacia los espaciopuertos, esperando ser los primeros en llegar, los primeros en comprar sus pasajes. Inevitablemente, no era así. Los esperaban multitudes, filas interminables, precios que subían a niveles que solo los más ricos podían pagar, gracias a oportunistas sin escrúpulos. La tensión surgió. Hubo peleas, y aunque Hetzal tenía una fuerza de seguridad para calmar las cosas, los mismos oficiales miraban al cielo y se preguntaban si convenía pasar sus últimos momentos de vida ayudando a otros a ponerse a salvo. Un final noble, pero, ¿deseable? Los oficiales de seguridad también eran personas, con familias propias.
El orden comenzó a romperse.
En la Luna Enraizada, un amable comerciante decidió abrir las puertas de la nave que usaba para transportar los comestibles de la luna hacia los voraces mundos del Anillo Exterior. Ofreció todo el espacio disponible, y aunque su piloto le recordó que la nave era vieja, y que los motores habían visto mejores tiempos, no le importó. Era un momento de ser magnánimo y dar esperanza, y por La Luz, salvaría a todos los que pudiera.
La nave, llevando a 582 personas, incluyendo al comerciante y su propia familia, logró despegar de la pista de aterrizaje, cuando el piloto forzó al máximo los motores. Solo necesitaban escapar de la gravedad de la luna. Una vez que estuvieran en el espacio, todo sería mucho más fácil. Podrían escapar y ponerse a salvo.
La nave logró ascender un kilómetro antes de que los motores explotaran. La lluvia de fuego cayó sobre aquellos que se habían quedado debajo, quienes ahora no sabían si habían sido afortunados o no, considerando que no sabían lo que les esperaba. El mensaje del Ministro Ecka no lo decía.
Una variante del mensaje enviado desde Hetzal hacia otros sistemas o naves que pudieran escucharlo> Estamos en un problema desesperado. Manden ayuda si pueden.
Fue captado por receptores en otros mundos del Anillo Exterior: Ab Dalis, Mon Cala, Eriadu y muchos más, esparciéndose por el sistema de enlaces de la República hacia el interior de la misma, hacia los planetas de los Anillos Medio e Interior, la región de las Colonias y hasta el fulgurante Centro. Virtualmente todos los que lo recibieron querían hacer algo para ayudar, pero ¿qué? No estaba claro si lo que pasaba en Hetzal habría terminado cuando la ayuda pudiera llegar.
Pero aún así salieron naves en camino, la mayoría naves médicas, con la esperanza de que pudieran ofrecer tratamiento a los ciudadanos heridos en Hetzal.
Si es que alguno sobrevivía.
"Acudan a las instalaciones de transporte," dijo el Ministro Ecka a un droide cámara que grababa sus palabras e imagen, transmitiéndolas a todo el sistema. "Mandaremos naves para recoger a los que no tengan forma de escapar del planeta. Tomará tiempo, pero manténganse en calma y en paz. Tienen mi palabra, iremos por ustedes. Todos somos de la misma cosecha. De buena cepa. Sobreviviremos ésto de la forma en que hemos sobrevivido inviernos duros y veranos secos, ayudándonos entre todos.
"Todos somos Hetzal. Todos somos la República," dijo.
Levantó la mano y el droide cámara dejó de transmitir. Este era el cuarto mensaje que había enviado desde que comenzó la emergencia, y esperaba que sus comunicaciones fueran de utilidad. Los reportes sugerían que no era así, habían comenzado los alborotos en los espaciopuertos de los tres lugares habitados, pero ¿qué más podía hacer? Mandaba sus mensajes desde su oficina en Ciudad Aguirre, demostrando que no había abandonado a su gente aunque podía haberlo hecho. Una muestra de solidaridad. No era mucho, pero era algo.
A su alrededor, el resto de su equipo coordinaba sus propios intentos de ayudar en la medida de lo posible. El General Borta trabajaba con su escasa flota de seguridad para mantener el orden y evacuar a la gente de los planetas. Con la ayuda del Consejero Daan, habían organizado un conjunto de enormes cargueros de abarrotes, los cuales habían sido ordenados a tirar su carga en el espacio para acomodar a los refugiados. Cada uno podría albergar a cientos de personas. No de manera cómoda, por supuesto, pero no era una situación donde importara el confort.
Las naves más pequeñas transportaban a los Hetzalianos hacia las enormes naves de transporte, descargando gente y corriendo de regreso a recoger más. Era un sistema imperfecto, pero era lo que habían podido organizar al momento. No existía un plan para una contingencia como ésta.
El Ministro Ecka se echaba la culpa de ello, ¿pero cómo hubiera podido saber? Esto no debería pasar. Era imposible, fuera lo que fuera. Después de todo, él era solo un granjero, y...
No, pensó, avergonzado de sí mismo. Era el Ministro Zeffren Ecka, líder de todo el maldito sistema. No importaba si no había podido anticipar este desastre, estaba sucediendo, y tenía que hacer lo que pudiera para ayudar.
Mientras consideraba, miró a Keven Tarr, quien no había dejado de monitorear su pequeña red, tratando de mantener el flujo de información. El joven estaba trabajando en tres datapads separados y un conjunto de droides de comunicaciones proyectaban varias gráficas en las paredes, mostrando la mayor cantidad posible de datos acerca del alcance del desastre que continuaba en el sistema. Aún no tenía respuestas reales, excepto confirmar que Hetzal seguía siendo atacado por lo que fuera que estaba viajando en el sistema. Los satélites, estaciones, plataformas, ... eran aplastadas por la tormenta mortal que había llegado. Era como las moscas comedoras que solían plagar la Luna Afrutada hasta que fueron eliminadas genéticamente.
Si llegaba el enjambre, no había nada que pudieras hacer. Te agachabas, sobrevivías y volvías a segar tus campos cuando se hubieran ido.
Ecka miró a Keven Tarr limpiarse el sudor de los ojos, mirar a su datapad principal, la que tenía en la pequeña mesa que había improvisado como escritorio.
Los ojos de Tarr se abrieron y sus dedos se congelaron sobre la pantalla.
"Ministro," dijo. "Estoy... estoy recibiendo una señal."
"¿Qué señal?" dijo Ecka.
"Yo... yo le mostraré," dijo Tarr, con un tono extraño en su voz, como de sorpresa, de algo inesperado.
Las palabras tronaron en el aire, al tiempo que uno de los droides de comunicaciones transmitía el mensaje a todos en la oficina del Ministro Ecka. La voz de una mujer. Solo unas cuantas palabras, pero lo que acarreaban, si... era lo que más necesitaban en ese instante.
"Soy la Maestra Jedi Avar Kriss. La ayuda va en camino."
Esa simple cosa.
Esperanza.
Escrito por Charles Soule.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Light of the Jedi Extended Extract.
La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo, el segundo capítulo y el tercer capítulo.
CAPÍTULO CUATRO
CRUCERO DE LA REPÚBLICA CLASE EMISARIO
"THIRD HORIZON"
90 minutos para el impacto.
Una nave apareció en el sistema Hetzal, saliendo del hiperespacio y desacelerando rápidamente para alcanzar velocidades convencionales. Estaba muy cerca del sol, y los campos gravitacionales que navegaría hubieran hecho pedazos a muchas otras naves, incluso a esta, si es que la tripulación del puente no fuera una de las mejores que podía ofrecer la República.
La nave era la Third Horizon, y era hermosa. Las superficies de la nave se ondulaban a lo largo de su casco como si fueran olas en un mar plateado, afilándose hasta rematar en un punto, con torres y almenajes, como una fortaleza vista de lado, con alas y espiras y espirales. Mostraba ambición. Mostraba optimismo. Mostraba la belleza que podía obtenerse, sin considerar el costo o esfuerzo.
La Third Horizon era una obra de arte, simbólica de los grandes mundos de la República que representaba.
Naves más pequeñas abandonaron sus posiciones en el casco de la nave, desprendiéndose como pétalos en la brisa, pequeñas motas plateadas y doradas. Estas eran las naves de la Orden Jedi, sus Vectors. Así como los Jedi y la República trabajaban en conjunto, así lo hacía la enorme nave y su contingente Jedi. Otras naves más grandes salieron de los hangares de la Third Horizon también, los caballos de batalla de la República, llamados Longbeams. Naves versátiles, cada una capaz de efectuar tareas de combate, búsqueda, rescate, transporte o cualquier cosa que sus tripulaciones necesitaran.
Los Vectors se configuraban como naves de uno o dos pasajeros, puesto que no todos los Jedi viajaban solos. Algunos solían llevar a sus Padawans, para que aprendieran las lecciones que sus Maestros les daban. Los Longbeams podían tripularse con tan solo tres personas, pero tenían espacio cómodo para una tripulación de veinticuatro: soldados, diplomáticos, médicos, técnicos, lo que fuera necesario.
Las pequeñas naves atravesaban el sistema, acelerando lejos de la Third Horizon con un propósito. Cada una con un destino, un objetivo. Vidas que salvar.
En el puente de la Third Horizon, una mujer, humana, estaba alejada. La actividad bullía a su alrededor, en los espacios arqueados y nichos del puente, al tiempo que los navegadores y especialistas comenzaban a coordinar los esfuerzos para salvar al sistema Hetzal de la destrucción. El nombre de la mujer: Avar Kriss, quien por la mayor parte de sus tres décadas de vida, había sido miembro de la Orden Jedi. De niña, había llegado al gran Templo en Coruscant, esa escuela, embajada y monasterio que servía como recuerdo de que la Fuerza conectaba todo ser vivo. Había sido una iniciada primero, y mientras avanzaba en sus estudios, una Padawan, luego Caballero Jedi, y finalmente...
... una Maestra.
Ésta era su operación. Un almirante llamado Kronara estaba a cargo de la Third Horizon, que a su vez era parte de la pequeña fuerza de paz mantenida por la Coalición de Defensa de la República, pero había cedido el control de la tarea de ayuda a Hetzal a la Jedi. No había conflictos o discusiones sobre la decisión. La República tenía sus fortalezas, y la Orden Jedi las suyas, cada una estaba acostumbrada a apoyar y beneficiar a la otra.
Avar Kriss estudió el sistema Hetzal, proyectado en la pantalla plana plateada en el puente por un droide de propósito único que flotaba sobre ella. Las imágenes eran una mezcla de la información recopilada de las estaciones del sistema, así como de los sensores de la Third Horizon. En verde, los mundos, naves, estaciones espaciales y satélites de Hetzal. Sus propios recursos, los Vectors, Longbeams y la Third Horizon en sí, eran azules. Los pedazos mortales que se movían a través del sistema a velocidades increíbles, de procedencia y naturaleza todavía desconocida, eran rojos. Mientras miraba, nuevas motas escarlatas aparecían en la pantalla. Lo que estuviera sucediendo, aún no había terminado.
La Jedi colocó su mano sobre su hombro, donde una larga capa blanca estaba asegurada por un broche dorado con la forma del símbolo de la Orden...
un amanecer viviente. Esta era la vestimenta ceremonial, apropiada para el cónclave conjunto Jedi-República que la Third Horizon había asistido en la recién completada estación espacial llamada Starlight Beacon. Ahora, sin embargo, considerando las tareas por venir, el traje ornamental era una distracción. Avar tocó el broche y la capa se soltó. Se cayó al suelo como si fuera un charco hecho de tela, revelando debajo una túnica más simple, con ornamentos en dorado. En su cintura, una funda blanca, y un cilindro de metal, una sola pieza de lineas pulcras en electrum plateado, como si fuera el mango de una herramienta sin herramienta, y una cruceta al final. Un arma en la que ella era proficiente, pero que no necesitaría hoy. Los sables de luz de los Jedi no salvarían a Hetzal. Serían los Jedi en sí.
Avar se sentó en el piso, acomodándose, con las piernas cruzadas. Su cabello dorado llegaba a los hombros, y parecía moverse por sí mismo lejos de su cara. Lo ató usando un nudo complejo, una mandala, cuya creación se usaba como ayuda para enfocarse. Cerró sus ojos.
La Maestra Jedi alentó su respiración, intentando tocar la Fuerza que la rodeaba, la impregnaba. Lentamente, levitó, deteniéndose hasta alcanzar un metro por encima del piso.
Alrededor del puente de mando, la tripulación de la Third Horizon se dio cuenta. Asintieron, o sonrieron levemente, o simplemente sintieron como afloraba la esperanza, antes de regresar a sus tareas urgentes.
Avar Kriss no lo notó. Para ella solo existía la Fuerza, y lo que ésta le decía, lo que debía de hacer.
Comenzó.
Escrito por Charles Soule.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Light of the Jedi Extended Extract.La página oficial de Penguin Randomhouse ha publicado un extracto extendido de los primeros 8 capítulos de la novela Light of the Jedi, de Charles Soule, la cual inicia el proyecto multimedia The High Republic. Ya hemos traducido el primer capítulo, el segundo capítulo, el tercer capítulo y el cuarto capítulo
CAPÍTULO CINCO
HETZAL PRIME. EN ÓRBITA.
80 minutos para el impacto.
Bell Zettifar sintió los primeros lengüetazos de la atmósfera rozar su nave. Su Vector no tenía nombre, no de manera oficial, todas las naves eran básicamente iguales, y en teoría intercambiables entre los Jedi, pero él y su maestro siempre usaban la misma, con la mancha a lo largo de las alas obtenida en una tormenta de iones que habían atravesado una vez. La mancha tenía un patrón como de pequeños destellos estelares, así que Bell la había nombrado, sólo en su mente y nunca en voz alta, como la Nova.
Los Vectors eran diseñados de manera minimalista. Pocos escudos, casi nada de armas, poca asistencia de computadoras. Sus capacidades estaban definidas por sus pilotos. Los Jedi eran el escudo, el armamento y las mentes que calculaban lo que la nave podía hacer y adonde tenía que ir. Los Vectors eran pequeños, ágiles. Una flota de ellos era algo imposible de olvidar, los Jedi coordinando sus movimientos a través de la Fuerza, logrando un nivel de precisión que ningún droide o piloto ordinario podían igualar.
Parecían una parvada de aves, o tal vez hojas que caían arrastradas por un remolino de viento, todas girando en la misma dirección, unidas por una conexión invisible... alguna Fuerza. Bell había visto una exhibición en Coruscant una vez, como parte de los programas de alcance del Templo. Trescientos Vectors moviéndose al mismo tiempo, como dardos dorados y plateados reflejando el sol sobre la Plaza del Senado. Se separaban y entretejían como trenzas y pasaban uno junto al otro a velocidades increíbles e imposibles. Era lo más hermoso que había visto. La gente lo llamaba la Corriente. Una Corriente de Vectors.
Pero ahora el Nova volaba solo, con solo dos Jedi a bordo. Él. Aprendiz Jedi Bell Zettifar, y al frente, en el asiento del piloto, su maestro, Loden Greatstorm. El contingente Jedi a bordo de la Third Horizon se había separado, los Vectors se dirigían a lugares a través de todo el sistema. Había demasiadas tareas que hacer, y muy poco tiempo.
Su destino era el cuerpo planetario más poblado, Hetzal Prime. Su asignatura, vaga pero crucial: ayudar.
Bell miró a través de la cabina para ver la curvatura del mundo debajo, verde, dorado y azul. Un lugar bello, al menos desde esta altura. En la superficie esperaba que las cosas fueran diferentes. Los rastros de motores de las naves podían verse por todo el horizonte, un éxodo masivo de naves alejándose del mundo. La Nova y otros cuantos Vectors y Longbeams que podía ver por aquí y por allá eran las únicas naves que se acercaban al planeta en vez de alejarse.
"Entrando a la atmósfera superior, Bell," dijo Loden, sin voltearse. "¿Estás listo?"
"Usted sabe que amo esta parte, Maestro," dijo Bell.
Greatstorm sonrió. La nave se inclinó, o cayó, era difícil ver la diferencia. Un rugido se filtró del exterior al tiempo que el vacío del espacio se convertía en la atmósfera. Las orillas del Vector, manufacturadas con precisión, cortaban el aire tan finamente como cualquier hoja, pero incluso así encontraban algo de resistencia.
La Nova rasgó a través de los niveles más altos de la atmósfera de Hetzal Prime, no, no rasgó. Loden Greatstorm era un piloto demasiado fino para ello. Algunos Jedi usaban sus Vectors de esa forma, pero no él. El tejía la nave, deslizándose a través de las corrientes de aire, montándolas para descender, dejando que la nave se convirtiera en otra parte del juego entre la gravedad y el viento, encima de la superficie del planeta. La nave deseaba caer, y Greatstorm la dejaba. Era estimulante, mortal, imposible de sobrevivir, y la Vector estaba diseñada para transmitir cada vibración y trepidación a los Jedi dentro, para que usaran la Fuerza para guiarlos de la mejor manera. Bell apretó sus manos en puños. Su cara mostró una sonrisa.
"Espectacular," dijo sin pensar. Su maestro rió.
"Nada de ello, Bell," dijo Loden. "Solo apunté la nave hacia el planeta. La gravedad se encarga del resto."
Siguieron una larga y prolongada curvatura, suave como las orillas de un río, y entonces la Nova se enderezó, ahora lo suficientemente cerca de la superficie del planeta como para que Bell pudiera ver los edificios, vehículos y otras pequeñas cosas debajo. Parecía tan pacífico. No había indicación de que había un desastre aproximándose. Nada excepto el creciente número de naves que abandonaban la superficie.
"¿Dónde aterrizaremos?" preguntó Bell. "¿Le dijo algo la Maestra Kriss?"
"Lo dejó a nuestra discreción," contestó Greatstorm, mirando a los lados, su perfil oscuro, como de peñascos o montañas, ya que sus lekku de Twi'lek caían desde su cráneo. Sus ojos seguían los rastros de los motores de las naves en la evacuación planetaria. "Ayudaremos en cualquier forma que podamos."
"Pero es todo un planeta. ¿Cómo sabremos donde..."
"Tu dime, hijo," dijo Loden. "Búscame un lugar donde ir."
"¿Entrenamiento?" preguntó Bell.
"Entrenamiento."
La filosofía de Loden Greatstorm como maestro era muy simple. Si Bell era en teoría capaz de hacer algo, incluso si Loden podía hacerlo diez veces más rápido o cien veces más hábilmente, entonces Bell lo haría, no Loden. "Si yo hago todo, no aprenderás nada," era un dicho de su maestro.
Loden no tenía que hacer todo, pero Bell hubiera estado feliz si, de vez en cuando, hiciera algo. Ser el aprendiz del gran Greatstorm era una fuente inagotable de tareas imposibles. Había entrenado en el Templo Jedi por quince de sus dieciocho años, y nunca había sido fácil, pero ser el Padawan de Loden era otro nivel completamente diferente. Cada día, sin excepción, lo llevaba al límite. Cualquier tiempo privado que Bell obtenía era gastado desesperadamente en caer en el sueño más profundo de su vida hasta que todo comenzaba de nuevo. Pero... estaba aprendiendo. Era mejor ahora de lo que había sido seis meses atrás, en todos aspectos.
Bell sabía lo que su maestro quería que hiciera. Otra tarea imposible, pero era un Jedi, o iba en camino, y a través de la Fuerza todo era posible.
Cerró sus ojos y abrió su espíritu, y ahí estaba, la pequeña luz interior que nunca dejaba de brillar. Siempre al menos como la luz de una vela, y a veces, si se concentraba, podía crecer como un resplandor. A veces, la sentía tan brillante como un sol, tanta luz que temía quedar ciego. Honestamente, sin embargo, no importaba. Ya fuera chispa o infierno, cualquier conexión con la Fuerza espantaba las sombras.
Bell ahondó en la luz dentro de él, sintiendo los puntos de conexión con otras formas de vida, otros repositorios de la Fuerza en el planeta debajo. Cerca de él, sintió una fuente de gran poder y energía. Estaba encauzada, como carbón en un horno, pero había enormes reservas de poder que estarían disponibles de ser necesario. Era su maestro, Loden. Bell avanzó más adelante. Estaba buscando algo más.
Ahí. Como una holollamada de larga distancia que se enfoca cuando la señal se vuelve suficientemente fuerte, la red de la Fuerza que conectaba las mentes y espíritus de los millones de habitantes de Hetzal Prime se encendió en la mente de Bell. No era como un dibujo claro, eran más como impresiones, un mapa de zonas emocionales, no tan diferentes de los retazos de diversos cultivos que se mostraban en la superficie debajo de la Nova.
En su mayoría, sentía pánico y miedo, emociones que los Jedi trabajaban duro para eliminar de sus sistemas. De acuerdo a las enseñanzas, el único contacto de un Jedi con el miedo debería de ser sentirlo en otros seres; una experiencia bastante común. Bell había sentido esas emociones reflejadas muchas veces, pero siempre junto al amor, la esperanza y la sorpresa y muchas formas de alegría; el espectro de sentimientos inherente a todos los seres vivos.
Bueno, normalmente. En Hetzal Prime, en este momento, era solamente pánico y miedo.
Bell no estaba sorprendido. Había escuchado la orden de evacuación. "Un desastre en progreso en todo el sistema. Se les ordena a todos los seres abandonar el sistema Hetzal por cualquier medio necesario y permanecer a una distancia segura." Sin explicación, sin advertencia, y era obvio lo que sucedería con todos. Millones de personas y claramente no había suficientes naves para evacuarlos a todos. ¿Quién no entraría en pánico?
En un mundo que exudaba tal energía negativa, era difícil pensar en que podían hacer un par de Jedi. Pero Loden Greatstorm le había encargado una tarea, así que continuó explorando, buscando un lugar donde podrían ayudar.
Algo... un nudo de tensión, enroscado, denso... un conflicto, una pregunta, un sentimiento de cosas que no deberían ser así, un sentimiento de injusticia.
Bell abrió sus ojos.
"Al este," dijo.
Si había injusticia ahí, bueno... llevarían justicia. Los Jedi eran justicia.
La Nova giró y aceleró suavemente bajo el control de Loden. El maestro de Bell ocasionalmente lo dejaba pilotear, la nave podía controlarse desde cualquier asiento, pero los Vectors requerían tanta habilidad como un sable de luz. Bajo las circunstancias, Bell estaba feliz de dejar que Loden tomara la iniciativa.
En lugar de ello actuó como navegador, usando su conexión con la Fuerza para guiar el Vector hacia el área donde había sentido el conflicto intenso, dándole indicaciones a Loden, ajustando la dirección de la nave.
"Ya debemos estar por encima," dijo Bell. "De lo que sea."
"Lo veo," dijo Loden, su voz cortante. Normalmente sus palabras llevaban una sonrisa, incluso cuando hacía una crítica brutal del aprendizaje de Bell. Pero no en este momento. Lo que Bell sentía, sabía que el Maestro Greatstorm también lo sentía, probablemente más intensamente. Debajo en la superficie, justo donde estaba el Vector, había gente que podía morir. Tal vez estaba muriendo.
Loden inclinó la nave otra vez mientras volaba en un círculo estrecho, dándoles un panorama claro de la superficie a través de la burbuja de transpariacero de la cabina de la Nova.
Cien metros por debajo estaba un complejo de alguna clase, amurallado. Enorme, pero no tanto, probablemente el hogar de algún individuo o familia acaudalada, en lugar de una oficina gubernamental. Una enorme cantidad de personas rodeaba las paredes, cerca de las puertas. Una sola mirada le bastó a Bell para encontrar la razón.
Atracada en el lugar había una enorme nave espacial. Parecía un yate de placer, suficientemente grande como para llevar a veinte o treinta pasajeros además de la tripulación. Y si los pasajeros no se preocupaban por el comfort, el yate probablemente podría llevar diez veces más personas. La nave tenía que ser visible desde el nivel del piso, su casco sobresalía por encima de las bardas del lugar, y la gente que atascaba las puertas claramente pensaba que podría ser su única oportunidad de abandonar el planeta.
Los guardias armados en las murallas pensaban diferente. Mientras Bell miraba, un disparo de bláster surgió cerca de una puerta, un tiro de advertencia, afortunadamente, pero que indicaba que la situación estaba por complicarse. La tensión en la multitud iba creciendo, y no había necesidad de ser un Jedi para darse cuenta.
"¿Por qué no están dejando entrar a la gente?" preguntó Bell. "Esa nave podría poner a muchos de ellos a salvo."
"Averigüémoslo," dijo Loden.
Activó un interruptor en su panel de control. La burbuja de la cabina se deslizó hacia atrás, insertándose dentro del casco de la Nova. Loden giró, sonriendo, con el viento golpeándolos a ambos, haciendo que los Lekku de Loden y las rastas de Bell revolotearan detrás de sus cabezas.
"Te veo allá abajo," dijo. "Recuerda. La gravedad hace la mayor parte del trabajo."
Y entonces saltó.
Escrito por Charles Soule.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de Light of the Jedi Extended Excerpt.