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Star Wars Reads 2019

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Este viernes 8 de noviembre del 2019 se celebró el quinto Star Wars Reads en Veracruz. Agradecemos a Impetus Casa Tostadora de Café por las atenciones recibidas.








Cuarto Extracto de Force Collector

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Karr sufre de agudos dolores de cabeza y misteriosas visiones, un secreto que se activa cuando toca ciertos objetos. Sus padres se preocupan pensando que está enfermo, pero su abuela está convencida que esas visiones son resultado de la Fuerza.

Pero al tiempo que el recuerdo de los Jedi se desvanece y la Primera Orden aprieta el yugo en la galaxia, un adolescente en un planeta aislado se embarca en una aventura buscando respuestas.

La novela juvenil Force Collector, escrita por Kevin Shinick, sale a la venta en Estados Unidos el 19 de noviembre como parte de Rumbo A El Ascenso de Skywalker.



"¿A qué te refieres con que debo limpiar mi mente?" preguntó con curiosidad el joven de quince años a su abuela. "¿No es eso algo malo? Digo, ¿para qué voy a la escuela si es mejor entonces tener el cerebro vacío?"

J'Hara había estado enrollando una bola de estambre cuando su conversación inició, y ahora la estaba usando para explicarle meditación a su nieto. "El cerebro es como una esponja, Karr. Puede absorber mucho," dijo mientras apretaba la suave bola de pelo de bantha teñido de azul. "Pero a veces se satura con cosas superfluas."


Karr se preguntó si su cerebro acababa de vaciar la parte donde tenía la descripción de superfluo. Su mirada hizo que ella añadiera, "Innecesarias. Frívolas. Sin importancia."

"¿Como la velocidad máxima de un Incom T-85 X-wing?"

"Exacto. Pero al limpiar tu mente, silenciando tus pensamientos, permites que tu cerebro se abra y se vuelva receptivo a cosas que no sabías que estaban allí."

 "Como la Fuerza," dijo, no tanto como pregunta sino como prueba de su ansia.

"Como la Fuerza," repitió ella con una sonrisa. "¿Lo intentamos juntos?"

Karr asintió al tiempo que su abuela se le unía en el piso, cruzando sus piernas con una muda sugerencia para que lo imitara.

"¿Es así como meditaban los Jedi?" preguntó.

"La gente medita en todo tipo de formas, pero sí, yo diría que hay una gran posibilidad de que los Jedi lo intentaran así. Ahora cerremos nuestras bocas y abramos nuestra mente."

Karr se sentó en la misma posición junto a ella, y miró como cerraba sus ojos y descansaba sus manos en sus rodillas. Ella respiró profundamente y exhaló. Karr hizo lo mismo.

Después de unos cuantos segundos de silencio, Karr dijo, "Es difícil no pensar en nada."

Esperó una respuesta pero no la hubo.

Los dos permanecieron en silencio otro instante.

"No puedo dejar de pensar en que debí haber traído un almohadón para sentarme."

Sin abrir sus ojos, J'Hara susurró, "Si sientes remordimiento estás viviendo en el pasado. Si te pasas el tiempo preocupándote, estás viviendo en el futuro. Intenta estar en el momento. Aquí y ahora."

Karr cerró sus ojos una vez más.

Y después de otros cuantos segundos preguntó, "¿Y donde estoy viviendo si tengo hambre?"

J'Hara exhaló como si se diera por vencida.

"Lo siento," dijo Karr, notando la frustración de su abuela. "Intento mantenerme abierto, pensar en la Fuerza, pero todo lo que logro es imaginar cómo serían las batallas con sables de luz."

"Lo lograrás", dijo ella cansada. "Solo... sigue practicando. La práctica y la persistencia dan frutos."

"Lo haré." Entonces, como si la idea de pedir consejo lo hubiera asaltado, preguntó. "Abuela, ¿en qué piensas cuando piensas en la Fuerza?"

La anciana lo miró con sorpresa, y después desvió su mirada. Una lágrima rodó por su mejilla. "Es mejor no pensar en nada. Libera tu mente," dijo. "La Fuerza no es algo a lo que te puedas aferrar. Es algo que fluye hacia ti, a través de ti... y lejos de ti."

Escrito por Kevin Shinick.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de: In Force Collector, a Lesson on Patience – Exclusive Excerpt

¿Quienes son los Mandalorianos?

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Uno de los rostros más temidos en la galaxia es el de la inexpresiva máscara de un Mandaloriano. No conocemos mucho acercad el hombre debajo del casco en la nueva serie de Star Wars, The Mandalorian, pero la armadura icónica nos deja saber bastante. Con una historia llena de violencia y conflictos, pasando por los días de neutralidad durante la época final de la República, y la ocupación Imperial en la Guerra Civil Galáctica, Mandalore es un mundo lleno de orgullosos guerreros y ciudadanos que honran su vasta historia.

¿Quiénes son los Mandalorianos? Echemos un vistazo al mundo lleno de cicatrices y sus habitantes.

Ciudad de Sundari ar Mandalore

Hace mucho tiempo.


Mandalore es un planeta del Anillo Exterior que ha sido devastado por guerras continuas. Su sociedad está dividida en Casas y Clanes, que frecuentemente pelean entre ellos durante siglos para obtener poder. Su bélica gente también llevó los conflictos fuera de Mandalore, y sus temibles guerreros no tuvieron miedo de enfrentarse a los Jedi en conflictos milenarios.


Desierto de Sundari
Siglos de batalla convirtieron la superficie del planeta en un paisaje estéril. Para la época de la Guerra de los Clones, los desiertos sin fin contaban con ciudades en domo donde la mayoría de la población vivía pacíficamente. Los guerreros armados habían sido exiliados a la luna de Concordia, y se les daba por muertos después de muchos años de no saber de ellos.

Cuando otro conflicto civil terminó antes del surgimiento del Imperio, la nueva gobernante, la Duquesa Satine Kryze, se enfocó en mantener al gobierno de Nuevo Mandalore libre de conflictos a casi cualquier costo.

Duquesa Satine Kryze


La Guerra de los Clones.


La duquesa Satine era una pacifista, lo que era toda una revolución filosófica para el planeta guerrero. Su postura la hizo blanco de diversos intentos de asesinato y un golpe de estado, cuando los disidentes de Concordia se organizaron en el grupo llamado Death Watch. Apoyados financieramente por los Separatistas, el conflicto con la Death Watch atrajo la atención de los Jedi, en especial de Obi-Wan Kenobi, quien tenía una historia complicada y personal con Satine. A pesar de sus esfuerzos, Satine fue derrocada, y un sindicato criminal al mando de Darth Maul tomó el control del planeta.

Cuando la situación en Mandalore se hizo inviable, la República Galáctica finalmente tomó cartas en el asunto, y se convirtió en una presencia permanente en un planeta que antes había luchado ferozmente por permanecer independiente.

Bo-Katan Kryze


Era Imperial.


Después de la Guerra de los Clones, Bo-Katan Kryze, hermana de Satine, fungió como regente del planeta durante un tiempo. Cuando rehusó rendir pleitesía al Emperador, fue traicionada por el Clan Saxon, y Gar Saxon se convirtió en el Virrey Imperial de Mandalore.

Sabine y el Darksaber
Cuando la rebelde Sabine Wren recuperó el Darksaber de manos de Maul, regresó a su hogar con el Clan Wren de Mandalore solo para encontrar que el Imperio estaba fuertemente establecido en el poder. Gar Saxon, leal al Emperador, había destruido una colonia de Mandalorianos en el planeta Concord Dawn para evitar una insurrección. Sus muertes, añadidas a la traición de Saxon al Clan Wren, hicieron que surgiera una pequeña facción insurgente en Mandalore. Los guerreros armados pelearon en una guerra más, esta vez contra el Clan Saxon y el poderío del Imperio.

El Imperio desarrolló un arma diseñada para penetrar la armadura Mandaloriana, pero Bo-Katan, Sabine y los rebeldes la destruyeron antes de que causara más muertes. Victoriosa en el conflicto civil, Bo-Katan aceptó el Darksaber y Mandalore se volvió a unir bajo un liderazgo. Pero el conflicto apenas empezaba. El poder del Imperio sería desatado en contra del planeta durante la Guerra Civil Galáctica.

Sabine Wren


Armadura Mandaloriana.

La armadura usada por los guerreros de Mandalore no es solo para defensa. Los cascos generalmente son modificados para demostrar la afiliación a su clan, y cada pieza honra el legado de los guerreros que existieron antes y todo por lo que pelearon. "La armadura que uso tiene quinientos años," le dijo Sabine Wren a Ezra Bridger. "La volví a fraguar a mi propio gusto, pero las batallas, la historia, la sangre, todo vive dentro de ella. Lo mismo sucede con todos los Mandalorianos."

Jango Fett

Caza recompensas de toda la galaxia reconocían el valor de la protección que ofrece la armadura y a veces la robaban para su uso personal. "Jango Fett era un caza recompensas del montón, no sabemos como adquirió esa armadura". Le dijo el Primer Ministro Almec a Obi-Wan Kenobi durante su primer encuentro.

¿Qué historia nos contarán en The Mandalorian sobre su armadura beskar? Conforme a sus raíces, podemos esperar que esté llena de sangre y batallas.


Escrito por Kelly Knox
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Who Are the Mandalorians?



Quinto Extracto de Force Collector

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El libro Force Collector fue lanzado al mercado hoy 19 de noviembre de 2019 en Estados Unidos. En él, el adolescente Karr tiene visiones de la Fuerza cuando toca ciertos objetos. Con ayuda de su amiga Maize, se embarca en un viaje por toda la galaxia para saber más sobre la Fuerza y los Jedi.


Cuando finalmente emergieron del hiperespacio, el planeta Utapau se cernía sobre ellos, una esfera llena de espacios verdes y franjas de color café claro, con pocos tonos azules para romper la monotonía. Por aquí y por allá, las luces parpadeaban en la franja sombreada, pero no había mucho que ver desde tal distancia. Atrapadas en su órbita, se encontraban nueve lunas, danzando grácilmente alrededor del planeta y entre ellas.

Maize anunció triunfalmente, "¡Estamos aquí! ¿Ahora, a dónde vamos? No es un planeta muy grande, pero sigue siendo... quiero decir, todo un planeta. Si tus dolores de cabeza te hormiguean o lo que sea, dame alguna dirección." Extrajo un listado de datos del planeta acerca de lo que podía encontrarse en la superficie, así como ciudades, pueblos, asentamientos y puestos de avanzada.


"No es así como funcionan mis habilidades, exactamente, pero no me opongo a seguir mis instintos, tampoco." Karr miró la información y se concentró. Este era el planeta donde había muerto el General Grievous, terminando así la guerra. Había aprendido eso en la escuela y se consideraba un apasionado de la historia en cuanto a lo que se refería a los Jedi. ¿Había algún lugar que lo llamaba específicamente? Parecía una lista de lugares y datos fríos, no podía distinguir qué era importante de lo que no.

Entonces vio a Ciudad Pau en la información. "¡Espera! Alto, justo ahí."

Ella pausó la información. "¿Qué? ¿Qué se supone que debería de ver?"

"Ciudad Pau, ahí es donde empezó todo. La Batalla de Utapau. Empecemos ahí."

"Aquí dice que es un gran hoyo en la tierra." Maize escogió el lugar sin importar. "¿Estás seguro de esto?"

"Cien por ciento," mintió entre dientes.

"Bien, entonces es allí donde vamos. Espero que estés contento."

"Muy contento."

"Solo uno de nosotros lo está."

Él rió. "Vamos, admítelo. También te estás divirtiendo."

"¡No admitiré nada!" declaró ella, pero con una sonrisa.

Cuando llegaron a su destino, ambos se sintieron abrumados. Más de cerca, la ciudad era al tiempo más y menos de lo que habían esperado, y el viento golpeaba la superficie. Hacían un esfuerzo para permanecer de pie, preparándose para afrontar las ráfagas de viento, con los ojos llorosos de tanto pestañear.

"Vaya, no estabas bromeando. Cuando dijiste que era un 'hoyo en la tierra' pensé que era alguna expresión."

"No," dijo ella, "literalmente es un sumidero. Todas las ciudades aquí lo son. Eso creo."

Karr se paró entre Maize y RZ-7 frente a la nave Avadora, que habían aparcado al lado del enorme círculo que desaparecía en las profundidades del planeta. "¿Por qué nos pusiste aquí?"

"Porque es una cosa dejar tu planeta con la nave de tu padre, y otra diferente aparecerte con un yate de la Primera Orden sin un plan de vuelo," Maize leyó rápidamente sobre el lugar, sus dedos deslizándose sobre una tira de información en su datapad. "Es definitivamente un sumidero, y hay toda una ciudad allí abajo. Vaya, nunca había visto algo así."

Karr entrecerró los ojos en la oscuridad. "Parece no tener fondo."

"No, solo son once niveles. Vamos a checar."

"¿Tal vez deberíamos explorar los alrededores primero?"

Ella negó con la cabeza. "De ninguna manera. Hay demasiado viento aquí, y ya tengo la blusa llena de arena. Vamos."

Dejó que ella tomara la delantera, no porque tuviera algún problema con adentrarse en las profundidades de una civilización desconocida, o, probablemente a causa de eso, pero no iba a admitirlo.

Los niveles de la ciudad eran sus propios vecindarios, según Maize, quien podía leer y caminar y hablar al mismo tiempo, mucho mejor de lo que Karr hubiera podido hacer. Arriba vivían los oficiales de gobierno, y debajo los residentes más ricos, y así sucesivamente en cada nivel. Casi en el último nivel se encontraban los cultivos que alimentaban la ciudad. Había turboelevadores que conectaban cada nivel y transportaban a la ciudadanía, hacia arriba o hacia abajo, según se necesitara.

"¿Qué hay en el nivel más bajo?" preguntó él.

"Minas, al parecer. Excavaron todo esto hasta topar con piedra. No, espera. No es piedra. Son huesos fosilizados. Es su principal material de construcción. Se ve interesante la operación y hay mucho que ver y hacer. Tu eres el que está conectado con estos caballeros láser telequinéticos. Tu dices lo que hay que hacer ahora."

La ciudad pulsaba y vibraba a su alrededor, ocupada principalmente por los Utai y sus cabezas alargadas y ojos saltones. Pero había muchos extranjeros así que nadie miraba con extrañeza a los adolescentes más allá de una mirada de curiosidad. Abundaban los humanos, así como droides de todo rincón de la galaxia. Weequays, Rodianos, Sakiyans, y un número de especies diferentes. Debajo de los niveles más brillantes y limpios con las viviendas y tiendas más caras, pululaban los mercados y mercaderes, y una docena de idiomas se hablaban en cada cuadra.

"¿Vamos a deambular todo el día o... ?" preguntó Maize.

RZ-7 intentó decir. "Tal vez podría hacer una sugerencia."

"Estoy pensando, estoy pensando."

Una enorme criatura, de piel seca, como un lagarto, graznó y esquivó un droide de mantenimiento. La criatura llevaba una silla de montar y tenía un jinete, quien maldijo al droide en un idioma que Karr no pudo entender.

"Por acá, tiene que haber algo." Esperaba tener razón. Podía sentir el latir de su corazón, mientras apuntaba con nerviosismo sintiendo la sangre detrás de sus ojos hacia una tienda de segunda mano, apretujada entre un taller mecánico y una tienda de abarrotes especializada en alguna cultura local que olía a bayas y mariscos crudos. Casi hizo que se vomitara, pero se controló y se concentró en el asunto.

"¿Una tienda de chatarra, señor?"

"Las tienda de chatarra son minas de oro, RZ. Mira, te lo probaré."

Un enorme humano, de complexión robusta, estaba recargado en una pared, fumando alguna sustancia desconocida de una pipa casi tan larga como su antebrazo. Resopló en dirección hacia Karr y preguntó, "¿A quién le dices chatarra?"

"Hace demasiado calor. Es por los pozos termales," añadió. "Uno o dos niveles hacia abajo. A veces el calor sube y vuelve todo pegajoso. Ahora, ¿qué deseas de mi tienda de chatarra, niño?"

"No lo sabe," dijo Maize.

"¿Solo quieren echar un vistazo? Puedo vivir con ello. Tal vez encontrarán un tesoro." Echó otro sorbo de su pipa, la volteó y pisó las colillas para apagarlas. "Entren, y veamos que encuentran."

El interior era una tierra maravillosa de revoltijos y cosas tiradas. Había hileras de estantes que llegaban hasta el techo, tan llenos de cosas que se inclinaban del peso. A simple vista, Karr vio libros, rollos, juguetes y armas y juegos, arneses y sillas para animales de carga, aparatos de comunicación, pantallas y tabletas de cómputo, cajas y latas y botones y lámparas, equipo de supervivencia, botellas de alcohol añejado que nadie en su sano juicio consideraría beber.

El mercader se deslizó detrás de la barra y se dejó caer en una silla redonda con cojines que se habían ajustado a su enorme tamaño. "Soy Sconto, amigos míos. ¿Qué los trae hasta Ciudad Pau, y que desean hallar en mi tienda?"

"¿No creo que tenga algo de la Guerra de los Clones?" preguntó Karr.

El hombre les sonrió. "¿Se están burlando? Tengo lo mejor que pudo haber sucedido durante la Guerra de los Clones... ¡yo!"


Escrito por Kevin Shinick
Traducido por Mario A. Escamilla
Originalmente publicado en Instagram.

Star Wars El Universo Infinito

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El 29 de noviembre de 2019 participamos en conjunto con Foro Boca para asistir al concierto Star Wars El Universo Infinito, que ofreció la Orquesta Filarmónica de Boca Del Río, con el director invitado José Arturo González.






Sesión de Fotos

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El martes 3 de diciembre de 2019, acudimos a sesión de fotos en conocido gimnasio, y les mostramos los resultados finales, previos a nuestra participación en la primera edición de la Sakura Con.

Fotografía: Isabel Lugardo.















Sakura Con Día 1

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Fuimos invitados a la primera edición de la Sakura Con, a quienes les estamos agradecidos por todas las atenciones recibidas.

A continuación las fotos del primer día.









Sakura Con Día 2 - Parte 1

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El 15 de diciembre de 2019 fue el segundo día de la Sakura Con, agradecemos la invitación y les mostramos algunas de las fotos de ese día.























Sakura Con Día 2 - Parte 2

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El 15 de diciembre de 2019 fue el segundo día de la Sakura Con, agradecemos la invitación y les mostramos el resto de las fotos de ese día.













Presentación en Telever - Parte 1

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El miércoles 18 de diciembre de 2019, estuvimos en el programa "Vuelve a la Vida" de Televisa Veracruz, pasando un excelente momento. Muchísimas gracias a Ana Bueno y al resto del elenco, así como a Mario Consejo.

Mostramos algunas capturas de pantalla y videos durante la transmisión.




















Presentación en Telever - Parte 2

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El miércoles 18 de diciembre de 2019, estuvimos en el programa "Vuelve a la Vida" de Televisa Veracruz, pasando un excelente momento. Muchísimas gracias a Ana Bueno y al resto del elenco, así como a Mario Consejo.

Presentamos algunas fotos detrás de cámaras de este evento.

























Alphabet Squadron - Shadow Fall. Primer Extracto

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El año pasado, la excelente novela Alphabet Squadron nos dio una historia de pilotos con problemas durante la formación de la Nueva República, siendo la sucesora espiritual de los libros de la serie X-Wing en el viejo universo expanido. Ahora, les traemos un vistazo exclusivo al segundo libro de la trilogía.

Shadow Fall nos pondrá al corriente con la General Syndulla y sus revoltosos pilotos del Alphabet Squadron en su búsqueda para aplastar al Remanente Imperial. Pero como implica el título, también explorará más a fondo las maquinaciones de la Shadow Wing. Ahora dirigida por el Mayor Soran Keize (el antiguo mentor de Yrica Quell) no solo veremos sus planes para derrotar a las fuerzas de la Nueva República, sino también como se las arregla el que solía ser uno de los escuadrones de élite  del Imperio en una galaxia en la que el Imperio se desmoronó frente a sus ojos. La novela, escrita por Alexander Freed, sale a la venta en Estados Unidos el 23 de junio de 2020.



Soran Keize descendió una escalera en su camino al puente de mando y titubeó en dejar caer el peso de su bota en el enchapado. Por un instante, consideró tomar un camino alterno hacia el vestidor; entonces desechó el pensamiento calificándolo de cobardía y prosiguió en su andar, donde pronto arribó a una intersección de cuatro puntos cerca del centro de la cubierta.

En el centro de la intersección, orientada noventa grados respecto a Soran, se encontraba una figura humanoide vestida en cuero y tela roja. Una placa de vidrio negro le servía de cara, y poseía una quietud que hacía obvio que se trataba de una estatua o una máquina. Cada cierto tiempo, recordó Soran, la figura giraría para hacerle frente a otro de los pasillos, como un anticuado aparato de medición del tiempo alternando entre las horas, o como una primitiva brújula que apuntaba hacia algún lugar de importancia galáctica.


La intersección estaba decorada, o ungida, como recordó Soran, con una mezcolanza de objetos. Colocados entre la tubería y las paredes del corredor se encontraban placas de rango, gorras de oficiales o botellas de licor de contrabando. De un cable colgaba una línea de medallas y listones que vibraban al ritmo del hiperpropulsor de la Aerie. En las paredes mismas, grabadas con cuchillos o antorchas láser, los nombres de los fallecidos del escuadrón 204 y más, llenaban paneles enteros.

Era tanto un monumento al Imperio y a sus caídos como un santuario a la entidad en su centro: el Mensajero vestido de rojo que había llegado a la Shadow Wing después de la muerte del Emperador. El Mensajero solo había hablado una vez, hasta donde Soren sabía, ordenando el comienzo de la Operación Cenizas antes de callar para siempre. Desde entonces, había permanecido con la unidad, siguendo a la Abuela hasta Pandem Nai de donde ella no pudo escapar.

Había estado en la misma intersección a bordo del Aerie cuando Soran arribó. Su presencia lo molestaba, era una máquina con influencia desmedida, usando el nombre y la voz de un Emperador muerto que había estrangulado a la galaxia tanto como la había alimentado, pero las reacciones de la tripulación de la Aerie lo perturbaban aún más. El santuario crecía día con día. Los pilotos bajaban sus cabezas y callaban cuando pasaban. Soran había propuesto mover el droide a la bahía de carga, pero le preocupaba que solo creara consternación y desconfianza.

Miró con fijeza la máscara sin rostro de la máquina mientras pasaba. No dijo nada.

Estaba más allá de debate que la Shadow Wing necesitaba un propósito. Podía salvar a su gente si lo dejaban, podía enseñarles a sobrevivir en las orillas de la galaxia, lejos de la guerra que ya habían perdido, pero estaban obstinados con sus ilusiones de venganza y fervor patriótico. Deseaban pelear una guerra, y entonces les encontraría una guerra que luchar.

Simplemente no estaba seguro si esta era la correcta.

Se detuvo cuando escuchó un susurro, "Ayúdanos."

Detrás de él, arrodillado frente al Mensajero se encontraba un joven al que Soran reconoció como Kandende, el piloto que había interrumpido la fiesta de bienvenida para la tripulación del Edict.

"Ayúdanos, Emperador Palpatine," dijo Kandende. "Guíanos hacia algo más."

Soran observó como Kandende extrajo una navaja de su bolsillo, la abrió y presionó la hoja contra la palma de su mano. La sangre, del mismo color de la ropa del Mensajero, fluyó y Kandende tomó una de las manos del droide entre las suyas, tomando el guante de cuero hasta que la sangre roja bajó por la muñeca de Kandende y goteó hacia la cubierta de la Aerie; hasta que Kandende mostró una expresión de dolor y apartó su mano, secándose la herida con la manga de su uniforme.

El droide no había reaccionado y no lo haría. Kandende giró, y se alejó dando tumbos por el corredor.

Soran recordó la primera vez que vio al Mensajero. La máquina había llegado a la Pursuer en un transbordador, del cual no sabían su origen, y se dirigió hacia la Coronel Nuress. Había verificado su sangre con una aguja que brotó de su palma.

Pensó en estudios antropológicos de culturas primitivas expuestas a la tecnología galáctica, cultos que se habían formado alrededor de los evaporadores de humedad, creyendo que su devoción era necesaria para activar los dispositivos. Se preguntó si Kandende era el primer piloto en tratar así al Mensajero; sus acciones poseían una formalidad ritualista.

Soran decidió que ya no importaba si su guerra contra las fuerzas de la General Syndulla era la guerra correcta para el escuadrón 204. Era mejor que la alternativa.

Escrito por Alexander Freed.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de In This Exclusive Star Wars Alphabet Squadron: Shadow Fall Reveal, the War for the Galaxy Gets Bloody.

The Rise of Skywalker - Expanded Edition, Primer Extracto

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La novelización de Star Wars: The Rise of Skywalker llega a tiendas el 17 de marzo, pero no es una mera adaptación. Escrita por Rae Carson y ya disponible para preordenar, la novela incluye escenas expandidas y contenido que no se vio en cines, así como algunas cuantas sorpresas, todas ellas obtenidas de escenas eliminadas, material nunca antes visto y la dirección de los creadores de la película. En este extracto exclusivo, Kylo Ren atraviesa Mustafar buscando un artefacto Sith que podría guiarlo hacia el Emperador Palpatine; pero en una nueva secuencia, encuentra a un ser extraño que protege el deseado aparato.



El general Armitage Hux miró, desde una distancia segura, cómo el Líder Supremo Kylo Ren y un escuadrón de stormtroopers se abrían paso entre sangre y destrucción a través de los patéticos colonizadores de Mustafar. La batalla a través de los oscuros bosques de Corvax Fen, uno de los pocos lugares en el infernal terreno del planeta de lava que era suficientemente frío como para sostener vida, si se le podía llamar así. Los áridos árboles crecían entre un nocivo pantano, y el aire estaba cubierto con la neblina. Los bárbaros colonizadores no podían presentar una resistencia decente; sus alabardas y sables arcaicos no eran rivales para la superioridad técnica de un buen blaster, o incluso Hux tenía que admitir, de un sable de luz.


Ren era un instrumento contundente, un perro inconsciente, cuya obsesión actual era atrasar todos los planes de la Primera Orden. El general estaba incluso tentado a entrar en combate él mismo para apresurar las cosas, solo para que pudieran abandonar este horrendo planeta. O al menos estaba tentado si sus habilidades no estuvieran mejor utilizadas en otro lado. Pero era mejor si Ren hacía todo el trabajo sucio, Hux era demasiado valioso como para arriesgarse.

"Es casi hermoso verlo," dijo el Leal General Pryde, de pie detrás de él. El hombre mayor tenía ojos azules arrogantes y una amplia frente que parecía inmune a la sudoración, incluso en un clima infernal como éste. "¿No cree usted?"

Hux se rehusó a darle la cortesía de una respuesta, tal vez porque la verdadera belleza venía de la disciplina, del orden. Así que era casi contra su voluntad que se encontraba absorto en ver como Ren cargaba contra un bárbaro, de frente, con su capa ondeando, la neblina envolviéndolo. El brillo de su sable de luz ocasionalmente iluminaba la cicatriz de su mejilla, haciendo que pareciera una grieta de lava ardiente en su cara. Era como algo extraído de un sueño, o tal vez de una pesadilla, al tiempo que el Líder Supremo impalaba su flamígero guardamano en el abdomen de su atacante, lo levantó del piso, mandándolo a rodar detrás de su espalda. Kylo Ren no se dignó en darle un solo vistazo, simplemente continuó a través del bosque buscando su siguiente víctima.

Pero ya no quedaba nadie. Los cadáveres se desperdigaban por el piso, meros bultos de sombra en la penumbra. El aire olía a ozono y vegetación quemada. Todo estaba misteriosamente silencioso cuando Ren miró a su alrededor, recuperando el aliento. Incluso a tal distancia, Hux podía sentir su decepción de que no habría más muertes, que ya no quedaba como ventilar su furia.

Kylo Ren se recompuso y caminó fuera de los bosques, sus hombros elevados con determinación, el sable de luz aún encendido. El misterioso objeto por el que había venido, lo que los había llevado a cruzar la galaxia, estaba casi a su alcance.

"Se ha vuelto loco," dijo el General Hux, y el desprecio en su voz era obvio incluso para él mismo. "La llama de la rebelión se propaga por la galaxia y Ren persigue un fantasma."

"No," respondió el Leal General Pryde, suave pero con firmeza. "Alguien esta detrás de esa transmisión. Y el Líder Ren no le rendirá cuentas a nadie."

Hux entrecerró sus ojos. Ren definitivamente le rendiría cuentas a alguien, algún día. Pero aún no se daba cuenta de ello.

Kylo Ren no mostraba piedad para nada y para nadie, pero tenía una renuente apreciación para las cosas que se esforzaban por sobrevivir. Incluso aunque el flujo de lava más cercano estuviera a varios kilómetros de distancia, parecía que el aire era demasiado caliente, con demasiados químicos, como para que algo pudiera crecer aquí. Cuando aterrizaron, Hux había dicho que el planeta era un "desolado terreno infernal", y Kylo no se había molestado en corregirlo. La verdad era que, Mustafar estaba lleno de vida, toda conectada a través de la Fuerza. Como esos desdichados cultistas que acababa de asesinar, obsesionados con proteger el legado de Vader. O este bosque de retorcidos árboles de hierro que se molestaban en cultivar. O incluso los organismos extremófilos que pululaban en los flujos de lava. Todos eran frágiles, pero determinados, mutilados pero indomables.

No cabía duda de porqué su abuelo había escogido este lugar como su hogar.

Kylo caminó entre los árboles, el sable de luz aún encendido. Había malevolencia frente a él, además de una oscuridad que no tenía nada que ver con el ciclo de día y noche del planeta. Pero no era esa la razón por la que mantenía su arma lista. Se había rehusado a apagarla porque durante un breve momento, mientras se abría paso a espadazos entre los Mustafarianos, la había sentido. Observándolo. Ahora estaba en guardia y permanecería así hasta que obtuviera por lo que había venido.

Llegando a un acuerdo mutuo silencioso, los stormtroopers que lo acompañaban habían declinado seguirlo a través del bosque, lo que estaba bien para él. Prefería estar solo en esta parte.

Después de unos pasos, el piso se volvió esponjoso. La niebla se espesó. Un ligero chapoteo indicó que su presencia había sido observada. Finalmente, los árboles dieron paso a un pequeño lago con agua salada, rodeado completamente por el bosque y con unos cuantos bultos como peñascos, saliendo del piso en curiosos ángulos. No, no eran peñascos, se dio cuenta al mirarlos de cerca, más bien eran restos del castillo de Darth Vader.

Una capa de aceite cubría la superficie del lago. Pero cuando Kylo se aproximó, el agua burbujeó en el centro, creando pequeñas olas que chocaban con sus botas.

Del centro, emergió una enorme criatura sin pelo, brillando con la humedad, con algunos pedazos de basura del lago pegados a su pastosa piel. Sus ojos estaban cerrados, pero de alguna manera podía ver, porque sobre su enorme cabeza calva se encontraba una segunda criatura con enormes miembros arácnidos. Los dos estaban unidos en simbiosis. Kylo sintió el dolor del gigante, como si fuera esclavo del ser arácnido que se unía a él. Sin embargo, ninguno sería capaz de sobrevivir sin el otro.

La criatura arácnida habló. "Soy el Ojo de la Telaraña del Pantano. Sé qué estás buscando."

"Me lo darás," dijo Kylo.

El Ojo inclinó su cabeza, haciendo un extraño chillido. Le tomó un momento a Kylo darse cuenta que se estaba riendo de él. "No hay necesidad," dijo el Ojo. "¿Realmente crees que mi señor lo hubiera dejado en custodia de alguien que podría ser influenciado por un truco de la Fuerza?"

No, supongo que no.

"Lo has buscado por algún tiempo, ¿no? Debo advertirte, nuestro planeta le prende fuego al engaño. Si continúas por éste camino, te encontrarás con tu verdadero ser."

Kylo gruñía con impaciencia. Mantuvo su mirada en silencio.

"Bien," dijo la criatura, aunque decepcionada de que Kylo no siguiera con la ceremonia. "De acuerdo a los deseos de Lord Vader, has derrotado a mis protectores y te lo has ganado. Su buscador de camino."

El gigante ciego debajo del Ojo levantó su enorme mano del agua y apuntó hacia un pequeño islote en el lago. En él había una estructura de piedra, como un altar.

Kylo apagó su sable de luz y lo enganchó a su cinturón. Vadeó en el lago poco profundo, mojando sus botas y su capa. El agua estaba tibia, y la tierra debajo era un lodo en el que se hundían sus pies. Ignoró todo y trató de alcanzar el objeto piramidal. Cabía de manera satisfactoria en su mano, pesado y caliente, y lo miró por un momento, perdido en su brillo rojo. Los lados estaban hechos de vidrio grabado y enmarcados en resina de color gris oscuro. La luz carmesí en su interior parecía pulsar ligeramente. Ren había viajado mucho para obtenerlo, y aún así dudaba, mirando a la pirámide con desconfianza.

"Te guiará a través de las Regiones Desconocidas," dijo el Ojo. "Hacia el mundo oculto de Exegol. Hacia él."

Quienquiera que fuera el. La transmisión que decía ser de Palpatine había llegado a todas las orillas de la galaxia. Kylo la había memorizado:

Al fin, el trabajo de generaciones está completo. El gran error se ha corregido. El día de la victoria está al alcance de la mano. El día de la venganza. El día de los Sith.

No estaba seguro si lo creía, pero era una apuesta segura que Kylo no era el único que buscaba respuestas. Otros seguirían el mismo camino y llegarían a Mustafar tarde o temprano, buscando este mismo objeto.

¿Acaso su abuelo no lo habría hecho más difícil? Estos cultistas eran demasiado fáciles de matar. Esta criatura era demasiado fácil de convencer. Por supuesto, él era el heredero de Vader. El objeto le pertenecía.

Ahora que lo tenía en la mano, podía ver las marcas en el vidrio convertirse en patrones. Cartas estelares. Marcas de alineación. Algo se agitó dentro de sí, sugiriendo el poder y conocimiento antiguos, y sintió un frenesí de triunfo. Todo había valido la pena, desviar naves, mandar espías, buscar viejos registros, soportar la vanidosa desaprobación del idiota de Hux, todo para encontrar esto.

Kylo miró hacia arriba, y se sorprendió al ver que el Ojo de la Telaraña del Pantano se había ido, había regresado debajo de la superficie de un lago que estaba tan quieto que parecía que nadie vivía  debajo.

¿Que tanto tiempo había pasado mirando a la pirámide?

Kylo Ren no quiso desperdiciar más tiempo. La sangre seca hacía que su cara tuviera comezón, y sus botas y su capa estaban empapadas con el agua del lago, pero en vez de regresar a su nave de comando, la Steadfast, regresó a los demás a sus tareas normales y saltó a su TIE whisper modificado para continuar en solitario con la siguiente parte de su trayecto.

Nadie protestó.

Conectó la pirámide a su computadora de navegación, ajustando los puertos donde indicaban las marcas del cristal. La interfaz de navegación se encendió al registrar la nueva información, pero también emitió una alarma.

Puesto que esas coordenadas lo llevarían más allá de las Orillas Occidentales, hasta las Regiones Desconocidas. Kylo anuló las alarmas y saltó al hiperespacio. Las estrellas se convirtieron en corrientes de materia.

Las Regiones Desconocidas permanecían sin cartografiar debido a una caótica red de anomalías que creaban una barrera casi impenetrable para la exploración: solo los más temerarios o desesperados se aventuraban allí, criminales, refugiados y si los reportes estaban en lo correcto, restos de la vieja flota Imperial que se habían rehusado a aceptar el gobierno de la Nueva República.

Unos cuantos planetas habían sido descubiertos, pero sus poblaciones eran pequeñas, el comercio con el resto de la galaxia se había disminuido con el riesgo relativo a la navegación. Los Sith y los Jedi habían encontrado caminos incluso más peligrosos, más mundos ocultos, o eso decían las leyendas, y los saltos específicos coordinados que se requerían para navegar a través de las anomalías, estaban entre sus secretos mejor guardados.

El viaje valdría la pena. Alguien estába ahí afuera, haciéndose pasar por el Emperador mismo, y Kylo ya podía sentir las olas de duda en la Primera Orden. Después de todo lo que había hecho, todo lo que había sacrificado para convertirse en Líder Supremo... ¿quién se atrevería a desafiarlo ahora?

Escrito por Rae Carson
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de Kylo Ren Rampages on Mustafar in the Star Wars: The Rise of Skywalker Novelization – Exclusive Excerpt

Función de Estreno - El Ascenso de Skywalker

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El 19 de diciembre de 2020 se estrenó en cines mexicanos la película Star Wars: El Ascenso de Skywalker, donde finaliza la saga de la familia Skywalker en cines. Estuvimos presentes en Cinépolis Las Américas Veracruz, donde también acudieron otros clubes.















Bazar de Coleccionables

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El primero de marzo del 2020 acudimos al Bazar de Coleccionables, donde además de exposición, se realizó un panel sobre coleccionismo.













Thrawn Ascendancy I: Chaos Rising - Sinopsis oficial

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Se ha publicado la sinopsis oficial de Chaos Rising, la primera novela de la trilogía Thrawn Ascendancy, escrita por Timothy Zahn, la cual sale a la venta en Estados Unidos el próximo 6 de octubre del 2020.



Descubre los orígenes de Thrawn dentro de la Ascendencia Chiss en el primer libro de una nueva trilogía épica de Star Wars de la mano del autor bestseller Timothy Zahn.

Más allá de las orillas de la galaxia se encuentran las Regiones Desconocidas: caóticas, inexploradas, y casi impasables, con secretos y peligros escondidos a partes iguales. Anidada dentro de ese caos arremolinado se encuentra la Ascendencia, hogar de los enigmáticos Chiss y las Nueve Familias Gobernantes que los lideran.

La paz de la Ascendencia, un símbolo de calma y estabilidad, se encuentra hecha trizas después de un atrevido ataque a la capital Chiss que no deja rastros de su enemigo. Desconcertados, la Ascendencia despacha a uno de sus jóvenes oficiales militares más brillantes para localizar a los enemigos ocultos. Un recluta que ha nacido sin título, pero que ha sido adoptado dentro de la poderosa familia Mitth y se le ha otorgado el nombre Thrawn.

Con el poder y el apoyo de la Flota Expansiva, así como la ayuda de su camarada la Almirante Ar'alani, las respuestas comienzan a aparecer. Pero la primera misión de Thrawn se aventura muy dentro de la región que llaman el Caos, y las cosas no son lo que parecen. La amenaza hacia la Ascendencia apenas está comenzando.

Traducido por Mario A. Escamilla desde Star Wars: Thrawn Ascendancy (Book I: Chaos Rising)

Queen's Peril - Primer Extracto

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Este verano veremos un regreso detallado a los días de la República Galáctica con el lanzamiento de Queen's Peril, una novela juvenil enfocada en la reina adolescente de Naboo. La novela presenta a la autora E.K. Johnston de regreso a la era de las precuelas como su anterior novela, Queen's Shadow, en donde continúa explorando el personaje de Padmé Amidala, la mujer que un día se convertiría en la madre de Luke y Leia Skywalker. Este nuevo libro es una precuela a Queen's Shadow, que se enfoca en la transición del personaje de Reina de Naboo a miembro del senado Galáctico.

"Lo que es cierto sobre Padmé es que siempre supimos que estaba condenada," dijo Johnston en una entrevista sobre su nuevo libro. "Ella no lo sabe, obviamente. Pero nosotros sí. Y aun así nos enamoramos de ella. Mientras su historia se vuelve cada vez más oscura, sigue peleando. Cada día, se levanta y pelea contra la oscuridad. Usa su intelecto. Usa su influencia. Y ocasionalmente, usa un bláster. Eso significa mucho: alguien que se levanta por las mañanas y trata de dar lo mejor de sí para cambiar el mundo. Queen's Peril nos muestra el inicio de todo eso."

La novela se pondrá a la venta en Estados Unidos el 2 de junio de 2020.


En retrospectiva, tal vez no debío haber conocido por primera vez a Tsabin cuando era Reina. Tuvo sentido en ese entonces. Padmé tenía juntas en la mañana con varios oficiales y empleados de palacio, y cuando Panaka anunció que era hora de su última junta de la tarde, Padmé se había mantenido dentro de su papel.

Así que Tsabin la había conocido como una monarca fría y distante, y no como alguien que iba a conocerla como su segunda piel.

A su favor, Padmé se dio cuenta de su error tan pronto como Panaka terminó de presentar a las chicas entre ellas.

"Gracias, Capitán," dijo Amidala. "Eso será todo por ahora."

 Panaka se sorprendió de haber sido despedido; no estaría en turno hasta el siguiente día, pero se tragó sus protestas y las dejó solas. Ambas se miraron entre sí en un silencio incómodo. Los ojos de Padmé miraron de reojo a los guardias, quienes pretendían no estar ahí. Aún no los conocía bien, así que no sabía que tan discretos serían. Nunca la acompañaban a sus habitaciones donde dormía. Y recordó que había dos sillas ahí.

"¿Caminas conmigo?" dijo, levantándose y alzando un brazo.

Tsabin asintió y caminó a su lado. Padmé guió el camino hasta su recámara y cerró la puerta detrás de ellas.

"Esto es más complicado de lo que imaginé," dijo. "Por favor, toma asiento."

Tsabin obedeció. De hecho, hasta el momento, había sido muy dócil, y su cara no había mostrado emoción alguna. Padmé podía entenderlo completamente.

"Las Doncellas Reales son asignadas tradicionalmente a una reina para servirle en su menaje personal," dijo Padmé para empezar. "No se si el Capitán Panaka te dijo lo mismo que me dijo a mí, pero no es exactamente lo que estoy buscando."

"El capitán dijo que está buscando una guardaespaldas, pero no del tipo común," dijo Tsabin. "No la defendería con mi bláster. La defendería con mi identidad."

"Ningún monarca ha tenido un guardaespaldas de ese tipo desde la última disputa con los Gungans, y eso fue hace muchas generaciones," dijo Padmé. "Y aún no estoy completamente segura de que tengamos una razón para regresar a esas prácticas."

"Mi impresión es que el Capitán Panaka es de esas personas que siempre piensan 'no veo porque no'", dijo Tsabin.

Permanecía sentada rígidamente en la silla. Padmé se dejó caer en su propio asiento, y miró con satisfacción como los hombros de Tsabin se relajaron.

"Estoy de acuerdo," dijo Padmé. "Pero no veo que haya nada de malo en seguir su consejo."

"O," sugirió Tsabin, con un dejo de travesura en su voz, "dejarle pensar que obedecemos la mayoría de sus consejos."

Padmé no intentó detener la sonrisa que contagió su cara. No era por naturaleza una persona engañosa, pero entendía la necesidad de ocultar sus cartas.

"Mi nombre es Padmé," dijo. Era la muestra más grande de confianza en la que podía pensar. Debería ser suficiente.

"Es un placer conocerla," dijo Tsabin, finalmente mirándola con una expresión incauta.

Padmé se recargó más en su silla. Aventó sus pantuflas y cruzó sus pies frente a ella, sus rodillas se posaron sobre los descansabrazos.

"Ya he cambiado un poco los planes del capitán," dijo. "Pensó que una sola guardaespaldas sería suficiente, pero lo he convencido de que un grupo es una mejor idea."

"Porque es más fácil esconderse," musitó Tsabin. "¿Sabe quienes?"

"Aún no," dijo Padmé. "Apenas lo discutimos ayer. Pero te ha encontrado, y estoy segura que tuvo otras personas en mente al momento de traerte aquí."

"Le seremos leales a usted, no a él," dijo rápidamente Tsabin. "Me han dado alojamiento en las barracas, con los demás guardias, y no creo que sea una buena idea."

Padmé no había pensado en ello.

"Me ha reclutado porque soy buena dando apoyo. Es lo que siempre he hecho en los grupos a los que he pertenecido. Pero no creo que sea todo lo que puedo ofrecer," dijo Tsabin. Cuando Padmé permaneció en silencio, continuó, "las intérpretes de Hallikset pasan años perfeccionando su control de la respiración, aún cuando se trata de un instrumento de cuerda. Es parte de la disciplina, pero también ayuda a mantener la pureza del sonido. Puedo respirar sin que nadie se de cuenta, lo que significa que puedo controlar mi cara y mis reacciones."

"Me preguntaba como lo hacías," dijo Padmé. "Eres muy buena."

"Puedo enseñarle," dijo Tsabin inmediatamente. Esto iba a ser más divertido de lo que Padmé había pensado. "Es posible que todos tengamos diferentes reacciones instintivas a las cosas, pero si ambas aprendemos la misma forma de ocultarlas, nadie podrá darse cuenta."

Platicaron un poco más sobre ellas, conociéndose más a fondo. Un droide les trajo la cena, y el sol se ocultó, sin que ninguna de ellas se preocupara. Tsabin comprendía rápidamente las ideas de Padmé, y era aún más rápida en ofrecer sugerencias para mejorarlas. El plan no era perfecto en absoluto, pero era un buen comienzo.

"Es lo más que podremos hacer antes de tener a las demás," dijo Padmé. "No tiene caso en montar todo hasta que no tengamos a todas las participantes."

"Al menos, mientras puedo enseñarle los ejercicios de respiración," dijo Tsabin.

"Permite que llame primero a un droide," dijo Padmé, tomando la decisión a nombre de ambas. "No te quedarás en las barracas."

Escrito por E. K. Johnston
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de How 'Star Wars: Queen's Peril' Retells Origins of Padmé Amidala

The Rise of Skywalker - Expanded Edition: Segundo Extracto

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En el extracto de la novelización de Star Wars: The Rise of Skywalker Expanded Edition, Leia le enseña a Rey los caminos de la Fuerza, mientras recuerda uno de sus entrenamientos con Luke.

La novela sale a la venta en Estados Unidos el 17 de marzo.


Rey se sentó con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. No recordaba haberse levantado del piso, pero estaba vagamente consciente de que de alguna manera había terminado por flotar. Guijarros y piedras flotaban a su alrededor, como un campo de asteroides orbitando su sol. La Fuerza fluía a través de ella, la mantenía a flote, la conectaba con todo. La exuberante selva de la luna de Ajan Kloss pululaba de vida. Podía sentir cada árbol y arbusto, cada reptil e insecto. A unos cuantos pasos, oculta en su madriguera, una pequeña criatura peluda acicalaba la piel de sus cuatro crías.

"Eso es, Rey", se escuchó la voz de Leia, grave y tranquilizadora como siempre. "Muy bien. Tu conexión se vuelve más fuerte cada día. ¿Puedes sentirla?"

"Si."

"Ahora, expándete. Si tu mente está lista, podrás escuchar las voces de los que han existido antes."


Rey inhaló por su nariz y trasladó su conciencia al vacío. La paz y la calma eran claves, decía Leia siempre. Se expandió, buscó, sintió la brisa en sus mejillas, olió el suelo arcilloso, húmedo por las lluvias recientes.


"Estén conmigo, estén conmigo, estén conmigo," murmuró. Pero, no escuchó nada excepto el viento en los árboles y el chirrido de los insectos."


"¿Rey?"

No quería admitir que estaba fallando, así que en lugar de ello dijo,  "¿Por qué detuvo su entrenamiento con Luke?" Sus palabras sonaron demasiado cortantes, como un desafío.

Leia lo tomó con calma. "Otro tipo de vida me llamó."

Con los ojos aún cerrados, Rey preguntó, "¿Pero cómo supo?"

"Un sentimiento. Visiones. De como podía servir a la galaxia en una forma diferente."

"¿Pero cómo supo que esas visiones eran ciertas?" presionó Rey.

"Lo supe." Pudo escuchar la sonrisa en la voz de Leia.

Rey no podía entender como Leia estaba tan segura. De todo.

"Atesoré cada momento que pasé con mi hermano," añadió Leia. "Las cosas que me enseñó... Las usaba cada día. Una vez que tocas la Fuerza, es parte de ti para siempre. En el transcurso de los años, continué aprendiendo, creciendo. Había veces en el Senado donde las meditaciones que había practicado con Luke fueron lo único que evitó que causara un incidente galáctico."

Rey frunció el cejo. Leia no necesitaba paciencia. Podía haber hecho que cualquiera hiciera lo que ella dijera, con el poder de la Fuerza. ¿Seguramente había sido tentada a hacerlo?

"¿Se enojó Luke? ¿Cuando lo dejaste?" Esperó que Leia se diera cuenta de que podía hablar y flotar al mismo tiempo ahora. Eso era progreso, ¿no?

Leia hizo una pausa para considerarlo. "Estaba decepcionado. Pero lo comprendió. Creo que tenía la esperanza de que regresara a entrenar algún día."

Rey casi se rió. "Debió haber sabido." Una vez que Leia tomaba una decisión, se quedaba con ella.

"Le di mi sable de luz para convencerlo. Le dije que se lo diera a algun estudiante prometedor un día." Pero la voz de Leia se había contraído. Rey sintió que estaba ocultando algo.

"¿Dónde está su sable de luz ahora?"

"No tengo idea. Ahora, deja de intentar distraerme," dijo Leia...

Leia miró a Rey correr hacia lo lejos, con un atisbo de sonrisa en sus labios. Entrenar a la chica siempre la llenaba de orgullo, pero también de temor. Rey era una estudiante maravillosa y exasperante. Se frustraba con todo aquello que no entendía rápidamente, sin darse cuenta de la rapidez con la que entendía las cosas.

No podía juzgarla, eso sí. Leia había exasperado a Luke de igual manera. Además, había algo con envejecer que hacía que su conexión con la Fuerza fuera más potente. Cuando el cuerpo comenzaba a fallar, la mente tomaba su lugar, evitando el estorbo de las habilidades físicas. La verdad era que, Leia no podría correr a través de la jungla aunque lo quisiera. La paz y la calma le llegaban fácilmente porque era lo que su cuerpo ansiaba.

Entonces, tal vez Leia nunca había sido joven. Cuando tuvo la edad que tenía Rey ahora, ya estaba liderando una rebelión.

Rey podría ser una gran líder algún día, y lo sería, si Leia tenía algo que ver en ello. La chica tenía a la oscuridad dentro de ella, igual que Ben. Pero Leia no cometería los mismos errores que había hecho con su hijo. No le daría pie al miedo, no al miedo de que la oscuridad creciera en su pupilo ni miedo a su propias deficiencias como maestra. Y lo más importante, no enviaría lejos a Rey.

Leia volteó y comenzó a caminar hacia la base. Extendió una mano y dejó que sus dedos siguieran el contorno de los arbustos y los helechos de hojas anchas que se alineaban a su paso. Ajan Kloss le traía tantos recuerdos. Años atrás, había entrenado aquí con Luke, quien lo había llamado "un Dagobah bonito." Había dicho que era igual de húmedo, cálido, verde y lleno de vida como el planeta en donde había entrenado con Yoda, excepto que no olía mal.

Llegó a un claro. A su derecha, un enorme árbol con un tronco grueso se extendía hacia la luz del sol, desplegando un dosel de ramas que daba sombra al claro, evitando que cualquier otra cosa creciera, excepto los arbustos y un pasto muy corto. Leia había entrenado aquí, en este mismo lugar. Había extendido sus manos y tocado el árbol con respeto. Una enorme bola de corteza se había formado para cubrir una vieja herida. Casi estaba cerrada.

Leia había dañado el árbol. Había aventado el sable en dirección hacia Luke y había fallado, cortando el árbol en su lugar. El árbol había tratado de curarse por más de dos décadas.

Oh, Luke, espero estar haciendo lo correcto, pensó. Leia no era una Maestra Jedi, pero había aprendido de los mejores. Y no solo de Luke; en el transcurso de los años también había escuchado ocasionalmente las voces de Obi-Wan Kenobi a través de la Fuerza, y aún más raramente, la de Yoda. Algunos días parecía que aprendía de la Fuerza misma. Era principalmente una política y una general, pero había aceptado su legado como Jedi y lo había aceptado en la medida de lo posible.

Y tal vez eso era lo que Rey necesitaba: entrenamiento en la Fuerza no con un Maestro formal, sino con alguien que estuviera más enraizada en las actividades diarias de la vida y la supervivencia. Obi-Wan no había impedido que Vader cayera en el lado oscuro. Luke había fallado de la misma manera con Ben. Ella no le fallaría a Rey.

Los insectos cantaban mientras ella caminaba. Los pájaros gorgoteaban por encima, y los pequeños anfibios emitían sus cantos de apareamiento. Era extraño como un lugar tan estridente podía ser tan pacífico. El ruido era tan alto, siempre presente, y tan tranquilizador, que era casi tan perfecto como el silencio.

Hacía muchos años, poco después de la Batalla de Endor, había descubierto el poder meditativo del sonido. Ella y Luke se habían ausentado para entrenar, y de alguna manera había terminado parada de manos mientras Luke la intentaba distraer con burlas amistosas. Aun con ayuda de la Fuerza, sus hombros habían comenzado a dolerle, y sus brazos temblaban. Habían pasado una hora peleando con sus sables de luz y su cuerpo estaba exhausto.

"Sabes," dijo Luke, con voz presumida, "cuando hice esto en Dagobah, Yoda estaba sentado sobre mis pies."

Lo decía muy a menudo, Cuando hice esto en Dagobah... Era molesto y no ayudaba en nada. Así que Leia se lo recordó. "Estas siendo molesto y no me ayudas en nada."

"Y lo hice con una sola mano," añadió él.

Estaba tratando de provocarla, de enseñarle una lección sobre enojo e impaciencia, y todos esos disparates. Luke había olvidado que su estudiante era una magnífica estratega que se había beneficiado de una educación en la realeza. Leia no iba a dejarse provocar.

En su lugar, pensó. Extendió su control en la Fuerza, dejó que fluyera a través de ella como la sangre por sus venas. Un pequeño insecto comenzó a frotar sus mandíbulas, silbando una canción aguda y dulce.

Un instinto la guió, y Leia se enfocó en el sonido. Era hermoso, puro, etéreo, completamente distanciado de las preocupaciones del liderazgo y de la enseñanza, del fracaso y del aprendizaje.

Enfocándose y con deleite, Leia se levantó del suelo.

Flotó boca abajo, con los pies apuntando al cielo. Después de un momento, levantó sus brazos y los mantuvo paralelos al piso.

Pero era una estudiante, nueva en los caminos de la Fuerza, y cuando regresó su conciencia, se dio cuenta de lo que había hecho, y manoteó hacia el piso como si fuera a caerse.

Lo hizo justo a tiempo, su cuerpo colapsó y se encontró de repente hincada en el lodo. No importaba. Lo haría mejor la próximoa vez.

Leia levantó la cabeza y vio como Luke la observaba con la boca abierta.

"¿Alguna vez hiciste eso con Yoda?" no pudo evitar preguntarle.

El negó con la cabeza.

"Puedo hacerlo incluso mejor," insistió ella. "Flotar por más tiempo."

Luke recuperó la voz. "Me harás un mejor maestro," dijo

No era la respuesta que ella había esperado. "¿A qué te refieres?"

Se inclinó, ayudándola a levantarse. "Tu manejo de pies es terrible," dijo. "No me malinterpretes, estás progresando con el sable de luz, pero... haces otras cosas. De manera natural." Su cara se puso roja. "Lo que quiero decir es que, eres excepcional. Solamente... diferente."

Había sonreído, con esa sonrisa de granjero que había conservado siempre hasta la noche de la traición de Ben.

Leia se sacudió el recuerdo con un esfuerzo. Los recuerdos llegaban rápidamente y con intensidad en estos días.

No obstante, estaba contenta con este recuerdo. Sería la clave para entrenar a Rey. Leia y Rey eran diferentes, los últimos restos de una Orden muerta, y juntas, forjarían un nuevo camino.

Escrito por Rae Carson.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de Leia Reflects on Training with Luke in the Star Wars: The Rise of Skywalker Novelization – Exclusive Excerpt


Cronología de Star Wars

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Presentamos la cronología de películas y series de televisión de Star Wars hasta el momento.



Cada película está señalada en la línea temporal, mientras que las series de televisión se muestran en una franja de tiempo.

26 de marzo de 2020: Hemos actualizado la línea de tiempo para incluir las series y películas más recientes.

SPOILERS

Si no has visto la película de Han Solo: Una Historia de Star Wars NO SIGAS LEYENDO.




Si... Maul está vivo. Te presentamos los siete puntos más importantes en su vida:
  1. Siendo niño, Darth Sidious solicita como aprendiz a Maul, el hijo de Madre Talzin, lider de las Hermanas de la Noche en Dathomir. Darth Sidious lo entrena y le da el título de Darth Maul, Señor Oscuro de los Sith.
  2. En un enfrentamiento en el Palacio de Theed en Naboo, Darth Maul es cortado a la mitad por el joven Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi y dado por muerto.
  3. Su hermano, Savage Opress, quien busca venganza, decide buscar a Maul (quien ha dejado de ser Darth) y lo encuentra viviendo en Lotho Minor como un monstruo con extremidades arácnidas. En Dathomir reparan su mente y le dan unas piernas robóticas.
  4. Después de conquistar Mandalore y formar a la Sombra Colectiva, una alianza con las organizaciones criminales más poderosas de la galaxia, es derrotado por Darth Sidious quien mata a su hermano Savage y es hecho prisionero. Escapa pero al intentar defender su planeta de Darth Tyrannus y Grievous, su alianza criminal se hace pedazos y apenas logra escapar.
  5. Años después lo encontramos como líder de la organización criminal Crimson Dawn (Alba Escarlata), cuando su principal operador Dryden Vos es asesinado por su teniente, Qi'Ra de Corellia.
  6. Al intentar buscar un arma que lo ayude a dominar la galaxia, queda abandonado en el planeta Malachor, antiguo hogar de los Sith, hasta que una banda de Rebeldes lo encuentra y con su ayuda logran escapar de Darth Vader.
  7. Después de intentar sin éxito hacer de Ezra Bridger su aprendiz, logra descubrir el secreto del supuesto Elegido de la Fuerza, a quien cree localizar en Tatooine. Ahí, finalmente muere en combate contra un viejo Obi-Wan Kenobi.

Fuentes:
  • Solo: A Star Wars Story. The Official Guide. 
  • Rogue One: The Ultimate Visual Guide
  • The Clone Wars
  • Rebels
  • Cómic Darth Maul: Hijo de Dathomir
Esta publicación se hizo originalmente el 28 de mayo del 2018.

    Alphabet Squadron: Shadow Fall - Segundo Extracto

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    En el segundo extracto de la novela Star Wars: Shadow Fall de Alexander Freed, los pilotos Chass y Nath juegan sabacc mientras esperan ser llamados a combatir. Pero, por supuesto, hay mucho más en juego que una competencia amistosa...

    La novela se estrena en Estados Unidos el 23 de junio.



    "¿Bombarderos en posición?"

    "Esperamos que la diversión comience," dijo Nath Tensent en su comunicador, aunque mientras lo decía le pareció que era lo menos divertido que había hecho en semanas. Envió sus coordenadas a la Lodestar, recargándose en su asiento mientras el Y-wing retumbaba a su alrededor. "¿Qué hay de ti, Chass?"

    "Sabes que estoy en posición. Puedes verme flotando a estribor," respondió ella. "Soy el punto que no se ajusta al viento."
     La pantalla de Nath parpadeó y leyó el comentario de T5. El droide astromecánico tenía una imaginación muy sucia. Sonrió y evitó compartir el mensaje por el bien del oficial de control de vuelo. "Solamente avísanos cuando tengas trabajo para nosotros. Mantendremos la vista en el escudo," dijo, y dejó de transmitir a tierra.

    Para ese entonces, Wyl y Quell se dirigían a la capital, a altura lo suficientemente baja como para deslizarse debajo del escudo de energía y dirigirse a los generadores. Hasta que el escudo se apagara, no había mucho que Nath o Chass o el Escuadrón Granizo pudieran hacer, sus naves de asalto no tenían la velocidad o agilidad necesarias para seguir al A-Wing y al X-Wing, y el enemigo no era lo suficientemente estúpido como para mandar refuerzos fuera de su zona de protección.

    Así que esperaron.

    "¿Estás escogiendo tus canciones?" preguntó Nath.

    Pudo escuchar el mal humor en el tono de Chass: "¿Cuánto tiempo crees que me toma?"

    "¿Entonces no estás ocupada? Tengo un mazo de cartas..."

    "¿En serio?"

    "Claro."

    "¿Y tienes la paga de una semana para poder apostar?"

    "Claro," repitió Nath.

    Su paga no era la misma que la de Chass, pero ella no necesitaba saberlo. Caern Adan aún estaba rellenando los bolsillos de Nath, como había sucedido desde la fundación del grupo.

    Originalmente, Adan había tratado a Nath como su agente personal, ofreciendo depósitos regulares de créditos a cambio de algún trabajo ocasional. Ahora que Adan tenía toda una división trabajando para él, ambos entendieron la nueva situación sin necesidad de hablar sobre ello: los pagos de Adam servían tanto para mantener a Nath en silencio como para mantenerlo en el escuadrón.

    Nath había averiguado cosas sobre Yrica Quell que Adan quería mantener en secreto. Nath no tenía problemas con ello. Podía hacer buen uso del dinero extra.

    Nath sacó un mazo de debajo de su asiento. Chass y él jugaron una mano lenta e incómoda de sabacc abierto, parando ocasionalmente cuando alguien anunciaba algún progreso en tierra. "¿Que tal si hacemos una apuesta secundaria?" preguntó. "¿Que tal si el gobernador nos tiene una sorpresa esperando?"

    Chass se rió tan alto que la bocina de la cabina comenzó a crepitar. "Por supuesto que la tiene. No hay necesidad de apostar."

    Nat se encogió de hombros y se rascó detrás de la tira de ajuste de su barbilla. Chass no era la más brillante del escuadrón, pero no era tonta. "¿Cuál es tu predicción? ¿Sobre la batalla completa?"

    "Mi predicción es que Wyl y Quell están volando hacia una tormenta de fuego. Recibirán algunos raspones, aun así derribarán los generadores del escudo, y para cuando nosotros lleguemos, será un vuelo fácil. Obviamente, será una carnicería para las tropas de infantería."

    "Obviamente," a Nath le caían bien las tropas de la Sesenta y Cuatro, pero había aprendido incluso antes de unirse al ejército, que la infantería no sobrevive por largos períodos. Era la razón por la que había escogido a la marina en vez del ejército. "Supongo que en unas cuantas horas, el planeta será nuestro. Tal vez entonces Quell o Adan nos digan sus planes."

    Notó la incertidumbre en su silencio antes de su respuesta incómoda. "Claro."

    Eso era interesante.

    "¿Crees que seguirán ocultándolo?" preguntó. No era una pregunta que le pareciera importante, pero era un disparo en la oscuridad.

    "Probablemente," dijo Chass.

    Nath repitió mentalmente la conversación en su cabeza y sonrió. "¿No quieres volver a ver a la Shadow Wing, verdad?"

    Chass maldijo. Nath silenció su transmisión y respondió a un mensaje desde tierra antes de volver a captar su señal. "...no sabes de lo que estás hablando."

    "Claro que lo sé," dijo. "No te preocupes. La verdad es, creo que Wyl tampoco quiere volver a encontrárselos."

    "¿Te lo dijo?"

    "Wyl es un buen chico. Será un comandante decentemente bueno si tiene la oportunidad. Pero no es difícil leer sus sentimientos."

    Chass emitió un bufido, aunque no dijo nada. Nath consideró compartir lo que Wyl le había dicho, pero decidió mantener la confianza del chico. Habían pasado toda una tarde discutiendo sobre el asunto, Wyl expresó su gentil frustración con la operación en Troithe hasta que se hizo bastante obvio que estaba preocupado por evitar otro desastre como Pandem Nai. Estaba preocupado sobre el costo de otra victoria.

    Pero Nath asumió que el terror también jugaba una parte en la falta de entusiasmo de Wyl. Wyl no era cobarde, pero era humano. Si no quería volver a enfrentar a la Shadow Wing, por supuesto que lo justificaría como parte de su preocupación con los planes.

    Se preguntó si podía hacer que Chass confesara. Era la última en el escuadrón de la que esperaba tuviera reservas, incluso si había superado su deseo de morir, era totalmente seguro que no había perdido su resentimiento contra la Shadow Wing.

    Antes de que pudiera decir algo, ella habló. "¿Qué hay de ti?"

    Consideró la respuesta antes de decir, "Obtuve mi venganza, y esos bastardos casi me matan dos veces. Tampoco lo deseo."

    Dejó fuera las partes que ella no necesitaba saber: Que era divertido obtener una pila de créditos por poco trabajo mietnras la Nueva República reclamaba territorio; que estaba obteniendo placer en dar soporte aéreo a tropas que luego clamaban su nombre y le invitaban tragos y hacían alboroto cuando aterrizaba. Tomar la capital era un riesgo. Atrapara a la Shadow Wing sería mucho trabajo.

    "Bueno," dijo Chass. "Tal vez echemos a perder esta misión y no tengamos que preocuparnos más de ello."

    Nath hubiera respondido, pero otra transmisión entró primero.

    La gente estaba muriendo ahí abajo. La batalla había comenzado.

    "¡Bombarderos! ¡Avancen! ¡Avancen!"

    La voz de la General Syndulla se oyó por el comunicador, sobresaltando a Chass. Se ajustó en su asiento, checó su ángulo y encendió sus motores antes de que Nath le dijera, "¿Estás lista?"

    "Seguro," dijo Chass. "Mientras nadie trate de derribarme, estaré bien."

    "¿Cómo va el resto de tu escuadrón?" preguntó Nath.

    El B-wing rebotó al tiempo que Chass ajustaba el giroscopio, había mantenido la cruz levantada mientras sostenía su posición frente al viento, pero para volar, era mejor la posición horizontal. Comenzó un largo descenso en espiral a través de las nubes, hacia la capital. Nath y los Y-Wings del Escuadrón Granizo estaban detrás de ella ahora, pero de acuerdo al plan de vuelo, la sobrepasarían una vez que descendieran hasta la altitud del escudo.

    Se preguntaba si algo malo había pasado cuando escuchó la voz de Quell decir, "Lark y yo estamos bien y en ruta para escoltarlos. Kairos proveerá cobertura a los equipos en tierra."

    "Grandioso," dijo Chass. "Trataremos de no volarla en pedazos."

    Cuando las nubes se rompieron la ciudad se hizo visible y Chass presionó un botón. El tamborileo rápido de una cantante de folk político de Loletia llenó la cabina. Los Y-wings la siguieron y se balanceó con la brisa y la canción, los primeros torpedos de protones y las bombas guiadas con láser cayeron rumbo a coordenadas preasignadas como estrellas de Cerberon cayendo del cielo.

    Pronto Chass estuvo suficientemente cerca para ver la devastación. Pronto estaría escogiendo blancos y evadiendo fuego mientras intentaba no acribillar a sus propias tropas en el piso. Podría olvidar la conversación con Nath, él había dado un resoplido. ¿No quieres volver a ver a la Shadow Wing, verdad? Pero estaba equivocado al respecto, no era la Shadow Wing lo que la aterraba tanto como lo que vendría después.

    El B-wing brincó cuando una bomba de protones fue lanzada.

    Por ahora, haría lo que sabía mejor. La única cosa para la que había sido hecha.

    Escrito por Alexander Freed.
    Traducido por Mario A. Escamilla.
    Original de The Pilots of Alphabet Squadron Enjoy Sabacc Before the Storm in Shadow Fall – Exclusive Excerpt






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